ANTES DE QUE
LLEGUE UN INVIERNO MORTAL
LUIS MORAGO - AVAAZ
Queridos
amigos y amigas:
Están
huyendo del terror... Escapando de una violencia tan brutal como la de los
atentados que han sacudido París, Beirut y Bamako. Y aun así, a menos que
actuemos ahora, corren el riesgo de convertirse en chivos expiatorios.
Hoy
más que nunca, miles de mujeres, hombres y niños están llegando a las fronteras
de Europa -- hambrientos, exhaustos, enfermos -- con la única esperanza de que
alguien abra pronto una puerta y que la pesadilla de la que huyen se haya
terminado.
Pero
el mal tiempo acecha y la perspectiva de un invierno gélido, que para muchos
podría ser mortal, no está moviendo a los gobiernos a actuar. Al contrario,
están construyendo vallas cada vez más altas para mantener fuera a los
refugiados.
Ahora
nosotros, la gente corriente, somos la principal fuente de esperanza de
aquellos que se encuentran atrapados entre los muros de la vergüenza de Europa.
Si
somos muchos los que aportemos una pequeña suma ya, podremos financiar un
proyecto de la ONU para que miles de personas bloqueadas en las fronteras,
desamparadas y expuestas a un frío glacial puedan llegar a centros donde
estarán protegidas y a salvo. Además, haremos campañas para ayudar a cientos de
familias de refugiados a encontrar cobijo para el invierno.
Esta
es una de las mejores formas de decir a los extremistas que el mundo no se va a
dividir. No hay tiempo que perder. Únete para llevar esperanza al otro lado de
las vallas:
Desde
los bosques de Eslovenia hasta las islas griegas, pasando por las calles de
Londres y Berlín, profesores, pescadores, pensionistas y jóvenes, incluidos
muchos miembros de Avaaz, han dado un paso adelante para tender una mano a
decenas de miles de refugiados -- ellos son los héroes olvidados de esta
tragedia que crece cada día. Durante los últimos 5 meses, nuestra comunidad ha
financiado operaciones privadas de rescate marítimo que han salvado miles de
vidas, y ha puesto en marcha un proyecto en el que miles de miembros de Avaaz
han ofrecido apoyo, e incluso alojamiento, a quienes huyen de la guerra.
También hemos montado una potente campaña de 1,2 millones de firmas gracias a
la cual hemos podido presionar a los dirigentes mundiales para que ofrezcan
asilo a cientos de miles de refugiados.
Los
recientes atentados han hecho que esta batalla sea ahora mucho más ardua. Pero,
si recaudamos lo suficiente, podremos realizar todas estas cosas:
Ayudar
a la Agencia de Refugiados de la ONU a facilitar los vehículos necesarios para
transportar y proteger a miles de refugiados indefensos, bloqueados a lo largo
de las fronteras europeas, para que puedan salir de los puntos de llegada,
situados en tierra de nadie, y llegar a centros de tránsito o de acogida donde
estén a salvo.
Lanzar
una campaña para garantizar que Grecia facilite a los refugiados un acceso
seguro y legal a su frontera terrestre como forma de evitar más muertes por
ahogamiento.
Aumentar
la presión a los gobiernos europeos para asegurar que cumplan y amplíen su
promesa de trasladar y acoger a refugiados por toda Europa inmediatamente.
Llevar
a cabo acciones estratégicas rápidas para contrarrestar el alarmismo y el odio
hacia los refugiados.
Es
fácil caer en el desánimo por la tremenda magnitud de esta crisis y sus causas
fundamentales. Aun así, esto no puede ser excusa para no actuar. Nuestra
increíble comunidad se creó para momentos como este -- vamos a apoyar a estos
hombres y mujeres valientes que desafían a la muerte y al terror luchando por
la seguridad y la libertad de sus pequeños y sus mayores. Y apoyemos también a
los héroes olvidados que, día tras día, trabajan sin descanso para mantener
vivas las esperanzas de los refugiados.
Ya
sea en respuesta al ciclón más devastador de la historia de Birmania o a la
terrible epidemia del Ébola… Cuando otros recurrían al cinismo y a la
desesperación ante sobrecogedores peligros ambientales o sociales, nuestra
comunidad mostraba, una y otra vez, una combinación única de humanidad, coraje
y determinación. Y vamos a volverlo a hacer.
Con
esperanza y gratitud,
Luis,
Emma, Mais, Marigona, Antonia, Ricken y todo el equipo de Avaaz
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