PATÉTICO DEBATE ENTRE MARIANO RAJOY Y PEDRO SÁNCHEZ
LUIS GONZALO SEGURA
No
sé cómo ha podido pasar, por mucho que lo pienso no soy capaz de comprenderlo.
No llego a entender cómo pude haber visto en el pasado este tipo de debates y
dar credibilidad a alguno de los contendientes, es un poco como ver esos
peinados y trajes que hace veinte años todos envidiaban y hoy cualquiera
borraría de su pasado si pudiera.
Tal
vez es el tiempo el que ha colocado en su sitio, poco a poco, a personajes
terriblemente siniestros como Felipe González, José María Aznar o José Luís
Rodríguez Zapatero. Y eso por hablar de políticos y no pensar en figuras como
la de Juan Carlos, exrey, rey emérito o lo que sea, al que la televisión elevó
a la categoría de héroe nacional y salvador de la democracia, quedando hoy en
lo que ha quedado… Efectivamente, personajes a los que nadie se quiere parecer
(espero).
Hoy
las televisiones han intentado perpetrar otro truco de magia antidemocrático
intentando salvar al bipartidismo, pero el debate se ha enmarcado en el
esperpento del “y tú más”, con dos políticos nerviosos y desencajados. Dos
mentirosos intentando afirmar que el mentiroso es el otro, dos dirigentes de
dos partidos corruptos intentado hacer creer que ellos no son corruptos pero el
otro sí. “Y tú más”.
Ha
sido inevitable ver a Pedro Sánchez como un José Luís Rodríguez Zapatero, más
guapo y divino pero mucho más torpe. Al ver a Mariano Rajoy ni siquiera hemos
podido ver a un José María Aznar más guapo ni más divino, ni desde luego, más
inteligente. Si un debate entre José María Aznar y José Luís Rodríguez Zapatero
difícilmente nos habría vuelto a engañar, escuchar a dos versiones mucho más
acartonadas y menos capacitadas ha terminado por convertir el debate en un
fiasco absoluto.
Puede
ser que no haya ayudado verles leer, recurrir a las retorcidas estadísticas que
siempre les dan la razón a ambos y a todas esas frases y silencios que tantas
veces hemos escuchado y que han presagiado incumplimientos electorales o
engaños burdos. Tampoco esos insultos y reproches, que parecen peleas más
propias de matones que intentan escapar del cubo de la basura de la corrupción
en el que ambos se encuentran que de esos hombres de estado y altas miras que
se supone que son (o que alguien quiso algún día que creyéramos que son).
De
nuevo silencio sobre las Fuerzas Armadas en un debate electoral. Nada sobre
independizar la justicia militar, ni la necesidad de externalizar los órganos
de control, ni derechos y libertades para los militares, ni finalizar la
precariedad laboral o terminar con las compras innecesarias como submarinos que
no flotan (S80), aviones que no vuelan (A400M) y matan a nuestros militares o
carros de combate (Leopard) que solo nos sirven para los desfiles. Se trata de
un silencio mediático infame, un tabú que le cuesta a los ciudadanos 40.000
millones de euros en armas que no se necesitan y un presupuesto de defensa
encubierto hasta el extremo de estar escondido entre un 50 y un 75% del mismo,
según las diferentes fuentes. Una gran estafa con muchos cómplices, incluidos
los dos que se sentaban esta noche.
Creo
que en parte es eso y en parte es todo, es que ya les conocemos, conocemos su
pasado y por ello también su futuro. Están atrapados por sus antecesores, son
iguales que los que se sentaron en el mismo asiento, con los mismos asesores y
las mismas estrategias y terminaron en las mismas grandes empresas, directa o
indirectamente, y con las mismas biografías repletas de “x” e incógnitas. Son
los mismos y son lo mismo, hablan en el mismo lenguaje, mienten de la misma
manera, usan los mismos trajes gastados y los mismos trucos baratos de trilero.
Debate
rancio, política vieja y los engaños de siempre.
Fin
de la cita.
Luis
Gonzalo Segura, exteniente del Ejército de Tierra y autor de las novelas
“Código rojo” (2015) y “Un paso al frente” (2014).
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