SIN TIEMPO
POR EDUARDO SANGUINETTI,
FILÓSOFO
Ante
lo manifestado por los voceros del gobierno, que preside, aparentemente,
Mauricio Macri, en Argentina, debo comentar cual ciudadano libre, que discrepo
de manera rotunda, con la puesta en escena de un espectáculo “snob” y ridículo
de simulación y simulacro, al servicio de intereses muy particulares de
multinacionales, publicitadas por las corporaciones mediáticas de
desinformación de los personeros de siempre y sus crías, absolutamente al
margen del acontecer de la vida de la comunidad, sin aptitud ni actitud para
recuperar la unidad de un pueblo, hoy fragmentado, dividido y enfrentado… ¿o me
equivoco?
He
discrepado asimismo, con el gobierno kirchnerista, en sus inicios, al cual no
he adherido, salvo, en los logros sociales, en materia de Derechos Humanos,
como así también en la nacionalización de empresas como Aerolíneas Argentinas,
YPF… logros en materia de Derechos Humanos, sin antecedentes, a nivel
planetario, en sus condenas efectivas a los genocidas de dictaduras y sus
cómplices civiles… todo esto, habla muy bien del gobierno de Cristina
Fernández, quien no ha cesado, hasta el fin, de accionar contra el olvido y la
persistencia de la memoria, mal que le pese a los fascistas que hoy piden
homenajes a los generales asesinos, los que engrosan las filas del macrismo y
sus aliados.
Resistencia
a no dejar de lado la memoria, la justicia, la verdad en libertad, para los que
asesinaron a una generación, plena de ideas e ideales, en dictadura genocida,
insisto es digna de ocupar un sitial de honor en la historia argentina.
Sentir,
razonar y pensar libremente, interpelar lo real como lo imaginario, asumir las
responsabilidades teóricas y prácticas de vivir entre los hombres, existir en
un Estado de derecho, donde se cuide a la comunidad en educación, salud, medio
ambiente equitativamente en los límites de lo necesario y verdadero, para hacer
de esta vida algo digno de ser experimentado… ¿lo asimilarán a su prácticas de
administrar Argentina, Macri y Cía?
Este
planteo inicial, que representaba un horizonte de millones de destinos, hoy
aparentemente en vías de extinción, será aniquilado por prácticas de un sistema
atroz, instalado en aquel pequeño mundo en el que aún era posible formular por
y para la humanidad un destino de plenitud en ética y armonía. Pequeño mundo en
el cual sus términos estaban basados en una realidad para todos en poesía. Más
aún eran la base de esa realidad en poesía.
¿Por
qué sendero se arribó a tal estado de amnesia, a esta ausencia de memoria, a
olvidar el presente? La resistencia no tiene espacio alguno, salvo la que
reivindica Argentina y todo el planeta, para la economía de mercado, hoy
triunfante, y que por cierto posee una lógica propia a la cual no se enfrenta
ninguna otra. Todos parecen participar de estas ceremonias fúnebres, considerar
que el estado actual de las cosas es el único viable y posible.
Ha
llegado la hora de reflexionar en verdad sobre la verdad, manifestando lo que
los dueños de la tierra temen oír y ver. En consecuencia, estos improvisados
recién llegados, que permanecen al margen de la realidad de un pueblo, aceitan
las máquinas de represión y la seguridad ‘para todos’ con su aparato policial y
la tecnología de última generación, traducida en cámaras que visualizan
nuestras vidas como medida de prevención del ‘delito’, que ellos consumaron en
prólogo. Causa que dispara de inmediato el efecto no deseado de lo que a diario
comenta los artículos de los medios denominados de ¿comunicación?, hasta el
hartazgo, con noticias fabuladas de realidades obstinadas.
Debemos
correr el riesgo de ser muy precisos al verificar la realidad, a pesar de
provocar cierto malestar inicial, en el camino de la resistencia y de modificar
rumbos, sería hoy el único referente lúcido para preservar el futuro, nuestro
futuro. Hoy se impone hablar francamente, sin dobleces, sentir, pensar y decir,
son la consigna.
Mantener
la lucidez, no desesperar y soportar con dignidad este tiempo de transición,
sin dejarse llevar por la embestida del aparato represor del vetusto
neoliberalismo. Que, repito, triunfó hoy sin dudas en esta aldea global, con su
política de exterminio de todo lo maravilloso que tenía la vida en términos de
naturalidad y principios éticos de relación.
Lo
único que se le escapa a este tiempo sin tiempo, es una actitud plena de
dignidad y ética, en temple y conocimiento. Esta es la coherencia, la fuerza de
cohesión que nos sostiene. Un instante de verdad equivale a la eternidad es la
eternidad en un instante, enfrentada al instante mercantil descartable,
desechable y perentorio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario