martes, 16 de septiembre de 2014

CAMBIO GENERACIONAL. CAPITANES DE EMPRESA



CAMBIO GENERACIONAL. CAPITANES DE EMPRESA
L. SORIANO

Estos días y con poca diferencia nos han abandonado 2 de los empresarios más importantes del país. Entre los dos sumaban cientos de miles de empleos y un importante pico de PIB nacional. De ninguno de los dos, inmensamente ricos ambos, se conocen Yates, Autos, Aviones, Mansiones, Amantes, Fiestorros, Cacerías de elefantes, Despilfarro, o Exhibicionismo de vida privada ni escándalos. Si del Banquero poco de lo personal se sabe, del segundo nada de nada. Discretos sí que han sido en su vida, eso deberán reconocer hasta los más remisos.

El primero en pasar fue D Emilio Botín de quien les ahorrare el CV por hiperconocido. Banquero del poder, fuese quien fuese el que gobernara, llevo a lo más alto del mundo a un Banco Montañés de medio pelo. Al estilo Fugger o Welser ayudo a Felipe Gonzalez, a quien su padre respaldara en público, se entendió con Aznar maravillosamente, apoyo -para nuestra desgracia- al ínclito ZP, y estaba al piñón partido con Rajoy. “Do ut des”  era su lema, “te doy para que me des”, y solo su Banco era su fin.

 “Es mi Banco mi tesoro, es mi Dios el interés, mi Ley la fuerza y el saldo, mi única patria…  Ganar”

Sin embargo he oído y leído arteros y absurdos comentarios acerca de su comportamiento y su natural talante. Los españoles somos tan manipulables. Un Banco es por definición “una entidad financiera, que recibe depósitos por el pago de un interés, y que los presta a cambio de otro interés mayor, dentro de un marco regulador que le aplica el Banco Nacional o Central del país donde opere”. Hubiese bastado una directriz de dos líneas por parte del Banco de España para que nada de lo que se le acusa a Botín, falsamente o no, hubiese ocurrido. Pero claro que si un individuo de la calaña de MAFO preside el Banco de España, y esos de la CNMV son los que tienen que controlar a los malvados, la ruina del país y de los ciudadanos está garantizada. Y siguiendo el razonamiento del “quid prodest”, podemos tirar del hilo y encontrar el ovillo culposo que nos indique a quién beneficia no protegernos. Usen el desintoxicador y que no nos utilicen como arietes contra los banqueros mientras ellos, las Instituciones que deberían protegernos, y los políticos que deberían vigilarlos les permiten, con la Ley en la mano toda clase de tropelías contra nosotros, nuestras vidas y haciendas.         Y lo hacen porque necesitan a los Fugger modernos, los que financiaban las guerras. Estos ahora, quieren el dinero, si no para guerras, si para sus corruptelas, megalomanías, y aires de grandeza. No, no le tiren piedras a quien tiene que financiar la deuda perversa de nuestro empobrecido país, a quien tiene que poner dinero para las causas y cosas importantes. A quien tiene y tuvo que condonar deuda a partidos políticos y a quien se recurre cuando el Estado no puede financiarse en las tremendas cuentas de los gobiernos que no quieren renunciar a sus elefantiásicos gastos, corrupciones y latrocinios. Nadie, que sepamos ha devuelto un centavo nunca jamás de las rapiñas políticas. Seamos serios, si quisieran evitar que los Bancos nos maltraten, que nos exprima a intereses y cargos, y que nos embargue bienes y haciendas hubiera sido y seria ahora, sencillo, muy sencillo, solo falta Voluntad. Los beneficios los recogen los políticos y las cuotas las pagamos nosotros. Sencillo, claro y limpio. Ellos no son casas de caridad, y además los ciudadanos deben de entender que el pedir y coger dinero no es obligatorio y que hay que devolverlo. El Gobierno debería de ejercer la protección del ciudadano poniendo coto a lo que los Banqueros puedan hacer. Si no lo hacen, ya es malo que fuese por ignorancia, pero siendo por interés bastardo es horroroso y deprimente además de delictivo. Por tanto,  “Bellido matador, pero el Impulso Soberano”. Las piedras a quien se las merezca.  Sr. Botín, descanse en paz.
El segundo y con pocos días de diferencia ha sido el discreto y competente Isidoro Alvarez, sobrino de Ramon Areces fundador del Corte Ingles. Más que discreto, cuasi siniestro, por receloso de su intimidad más absoluta. Cuando se dio cuenta que tenía que externalizarse e internacionalizarse para conseguir ingresos frescos con los que paliar la ruina que es tener una empresa en este país antes de Zp y ahora de Montoro, ya fue demasiado tarde. Sumar la inaceptable e inasumible presión fiscal además de tasas, y legislaciones a decenas, con los derechos que los empresarios deben de respetar y cubrir a los trabajadores y añadir que D Isidoro no quería despedir a nadie nunca, no ha ayudado tristemente parece,  sino a destruir empleo y empresas. D Emilio acudió en auxilio de su amigo Isidoro, hay que decirlo. El referente Nacional del CI, se resquebrajaba por instantes sin que nadie pareciera querer evitarlo. Es el más claro ejemplo de que en España mientras no cambien el modelo que enmarca este perverso sistema, es imposible tener negocios rentables salvo los monopolísticos.

Estos Capitanes de empresa una vez reivindicados, dan paso a unas  raras y complicadas sucesiones. Estos candidatos y sus colaboradores no tienen en cuenta ya el espíritu de sus predecesores. Ahora estamos ahogados en nuestros “derechos” que acabaran arruinándonos primero y acabando con nosotros después. Mantener esos privilegios que es lo que son, de una parte de la población y la ciudadanía, vender la calidad de vida y el objetivo del ocio como valor fundamental sin el aporte real a la sociedad del derecho a disfrutarlo es nefasto para cualquier sociedad o civilización. Sin hijos y sin esperanza de renovación, vamos hacia el desastre final. Es la hora del cambio generacional, en muchas Instituciones, estamentos, empresas y organizaciones.  Esos sucesores, Rey incluido, se encontraran con una sociedad muy diferente a la que se encontraron los patriarcas y ellos mismos ya no son de la misma pasta que eran aquellos, para bien o para mal. Nos esperan tiempos difíciles aunque algunos sin duda mejoraran a los que se van .            A reflexionar.
Reflexiones L. Soriano


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