¿POR QUÉ FUE
ASESINADO MARTIN LUTHER KING?
POR: MANUEL YEPE
El asesinato de personalidades descollantes tiene una extensa
tradición en Estados Unidos. Los magnicidios, desde Lincoln hasta Kennedy, dan
fe de la violencia que ha caracterizado la lucha por el poder en esa nación y
los de Martin Luther King, Malcolm X, Fred Hampton y tantas otras
personalidades políticas consideradas amenazas
al status quo ilustran la viabilidad del asesinato como
herramienta política de la élite estadounidense desde el poder.
El libro "Un acto de Estado: la ejecución de Martin Luther
King", de William Pepper, ex corresponsal de prensa en Vietnam, abogado y
amigo del líder negro estadounidense, documenta el hecho de que Martin Luther
King Jr. fue ejecutado por su postura firme contra la guerra de Vietnam y por
la campaña, que planeaba desde 1967, de movilizar
quinientos mil ciudadanos pobres que bloquearían Washington D.C.
hasta que fueran aceptadas ciertas demandas económicas básicas de los
humildes que incluían garantías de pleno empleo, de ingresos y
vivienda digna, todas a expensas del sistema globalista, bancario y militar
imperante.
En su famoso sermón contra la guerra de Vietnam, King dijo que
Estados Unidos había mentido en las justificaciones dadas para la guerra y
había traicionado a los vietnamitas tras la II guerra mundial, financiado y
apoyando los esfuerzos de recolonización de Francia.
Pese a las amenazas contra su vida y haber sido abandonado por
muchos de sus aliados más cercanos, King decidió dedicar toda la fuerza de su
integridad, autoridad moral y prestigio internacional a desafiar el poderío de
Estados Unidos, al que consideraba un país en bancarrota moral y "el mayor
proveedor de violencia en la tierra".
Se negaba a apoyar la guerra de Vietnam, además, porque desviaba
dinero que debía servir para la atención de programas internos destinados a la
ayuda a los pobres.
Para King, "los daños que la guerra provocaba devastando
las esperanzas de los pobres, eran agravados por el hecho de que jóvenes negros
estaban siendo enviados a 8 mil millas de distancia para supuestamente
garantizar en el sudeste asiático libertades de las que ellos carecían en el
suroeste de Georgia o el este de Harlem".
A la élite le preocupaba que, si no se cumplían las exigencias
económicas de los pobres, estallaría una revolución.
El libro de Pepper documenta cómo en la conspiración para
ejecutar a King estaban involucrados protagónicamente el Director del FBI, J.
Edgar Hoover, y su tenebrosa COINTEPRO, surgida como aparato de represión
anticomunista que luego incluyó ente sus objetivos al movimiento negro, el
indio, los de luchadores por los derechos civiles
y muchos otros grupos acusados de disidentes.
En la noche del 4 de abril de 1968, Martin Luther King estaba en
Memphis prestando su apoyo a una huelga. Al final del día, francotiradores del
ejército del más alto nivel ocupaban posiciones para eliminarlo tan pronto les
dieran la orden. Dos oficiales del ejército estaban en el techo de una estación
de bomberos cerca del motel Lorraine, para fotografiar los acontecimientos.
Dos bomberos negros habían recibido órdenes de no presentarse al
trabajo ese día y un detective negro de Departamento de Policía de Memphis en
servicio de vigilancia en la estación de bomberos fue relevado de la asignación
y llevado a su casa.
En el motel donde King se alojaba se le había permutado la
habitación de planta baja por otra de tercera planta con balcón. El propietario
de una parrillada al fondo del motel ya había recibido $100.000 en efectivo por
su participación en el crimen. Tenía que ir a la zona posterior de la
parrillada con el ejecutor de King y posesionarse de la pistola inmediatamente
después del disparo fatal. Cuando se calmara todo, y King hubiera caído, se
pondría en marcha inmediatamente el procedimiento de limpieza.
James Earl Ray, el ejecutor designado sería inculpado, los
francotiradores dispersados, los testigos fuera de control serían asesinados y
la escena del crimen destruida.
Así ocurrió. Varias personas que podrían aportar testimonios que
condujeran el esclarecimiento de los hechos fueron liquidadas sucesivamente por
extraños infartos (Andrew Breitbart), ataque cardíaco (Tim Russert),
envenenamiento (Michael Cormier), o por causas ignoradas, como el reportero
Mark Pittman, de 58 años de edad.
Tras cuatro semanas de juicio civil en Memphis, Tennessee, con
testimonios de más de 70 declarantes, los doce miembros del jurado emitieron el
histórico veredicto unánime de que King había sido víctima de una conspiración
y que el ejecutor acusado, James Earl Ray era apenas una pieza de ella.
El libro de Pepper confirma que Martin Luther King fue siempre
un revolucionario intransigentemente comprometido con la causa de los pobres en
justa lucha contra la explotación y que la conspiración que acabó con su vida,
de hecho, fue un acto de Estado.
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