EL ALBA, LAS SANCIONES Y LA DECADENCIA DE OCCIDENTE
JUAN
CARLOS MONEDERO
Los documentos oficiales nortemericanos, especialmente del Pentágono y del Departamento de Estado, hablan en su pelea con Rusia y China de un "mundo basado en reglas". En el triste papel de ventrílocuo que tiene la Unión Europea, se repite como si fuera una oración tranquilizadora ese mensaje, reforzándose la idea de que en las capitales europeas hace mucho tiempo que se renunció a la soberanía y que si los intereses nacionales no coinciden con los intereses norteamericanos, peor para los intereses nacionales.
La idea de "un
mundo basado en reglas" se convierte en una cacofonía, en una cámara de
eco que ya no dice nada o casi nada a todos los países que ven en espacios
resucitados, como los BRICS, una oportunidad para soltarse del brazo del
decadente imperio occidental. Porque ese mundo "basado en reglas"
rompe cualquier regla internacional cuando entra en la Embajada de México en
Ecuador para secuestrar al ex vicepresidente Jorge Glas, cuando bombardea la
embajada de Irán en Damasco, cuando desoye a Naciones Unidas y su exigencia de
un alto el fuego en Palestina, cuando bombardea el gasoducto Nordstream 2 o no
se considera concernido por ningún tratado internacional para colocar en el
espacio misiles con cabezas nucleares. Ese mundo "basado en reglas"
se refiere, en realidad, a las reglas de las empresas multinacionales que
tienen en la Organización Mundial del Comercio su Vaticano, en el Fondo
Monetario Internacional su Congregación para la defensa de la fe y en las
agencias de rating su Santa Inquisición.
Ese mundo
"basado en reglas", incapaz de mover un dedo ante el genocidio
palestino y el asesinato de miles de inocentes, incluidos niños, desentendido
de la más mínima humanidad en Gaza, acaba de regresar las sanciones a
Venezuela, argumentando una mentira que no resiste el más mínimo análisis.
Sanciones que la pobre Europa seguirá disciplinadamente apretándose un poco más
a sí misma la soga de su insignificancia.
El ALBA y la decadencia de Occidente
Esta semana tenía
lugar en Caracas el "Encuentro para una Alternativa Social Mundial",
organizado por el ALBA-TCP (Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra
América-Tratado de Comercio de los Pueblos). El objetivo de la reunión, donde
participaron delegados de más de 60 países, era discutir el documento
Alternativa Social Mundial, en un momento en donde el modelo neoliberal está
dando claras señales de agotamiento moribundo y parece querer despedirse dando
desesperados zarpazos. El ALBA es una alianza de países de América Latina y el
Caribe reunidos para coordinar una manera diferente de entender los desafíos
democráticos de la región y superar el abandono de sus obligaciones por parte
de la Organización de Estados Americanos (OEA). En ese objetivo, el ALBA avanza
para convertirse en un embrión cada vez más consolidado de ese grupo de países
que quieren superar el neoliberalismo y sus consecuencias regionales. No
estaría de más que los países del Sur de Europa que no quieren depender de los
mandatos norteamericanos se unieran para acumular fuerzas y pudieran ser más
influyentes en la Unión Europea. Mientras no lo hagan, y con el creciente
avance de la extrema derecha, seguiremos siendo los PIG’S y la influencia irá
en declive.
Una de las cosas
sorprendentes de ese encuentro en Caracas es el desprecio absoluto de una parte
importante del mundo a las decisiones "imperiales" de EEUU y de
Europa, ¿O qué otra cosa son las sanciones arbitrarias que dicta Washington?
Países sancionados como Rusia o Venezuela expresan resultados económicos
mejores que Alemania (a la que el seguidismo a los EEUU no le libró de que ayer
le hicieran espionaje industrial sus aliados norteamericanos o que
recientemente le bombardearan su más importante fuente de suministro de gas).
De las sanciones a Venezuela se burlaban los asistentes al encuentro (contaba
la vicepresidenta Delcy Rodríguez que las autoridades norteamericanas ofrecían
a los líderes bolivarianos ¡visas para ir a Disneylandia! si obedecían los mandatos
de los EEUU) y también, de manera concreta, la práctica totalidad de África,
una parte importante de Asia, los BRICS (Brasil, Rusia,, India, China,
Sudáfrina, Egipto y nuevos aliados), junto con la práctica totalidad de los
países del mundo que saben que las relaciones internacionales han entrado en
otra etapa. Al final, las sanciones obligan a los países a encontrar otras
salidas, de manera que, incapaces de tumbar a los regímenes democráticos y
poner, como durante el siglo XX, gobiernos títere, lo que han forzado los
gobiernos de Obama, Trump y Biden ha sido la desconexión de muchos países de la
órbita europea y norteamericana que han descubierto que les puede ir incluso
mucho mejor cambiando de aires. Quédense con su jardín, le dirían al Alto Comisionado
Josep Borrell, que en nuestra jungla hay más pasto y mejores reglas. Es
evidente que el poderío militar norteamericano y europeo sigue siendo el más
alto del mundo, pero tampoco es verdad que en el siglo XXI ese poderío militar
se traduzca en capacidad de victoria. Los EEUU han perdido la guerra en Siria,
Afganistán, Irak y, con bastante probabilidad, perderán la de Ucrania. Y el
genocidio de Palestina, que es una forma desesperada de enfrentar un conflicto,
terminará llevando a Netanyahu a un tribunal penal internacional o a la región
al abismo. Gaza está siendo el Hiroshima y Nagasaki de un Israel reconvertido,
desesperantemente, en un país fascista.
Las sanciones a Venezuela ¿te han vuelto a engañar?
Las sanciones a
Venezuela tenían por detrás la excusa de no haber dejado presentarse a la
candidata de los EEUU, María Corina Machado ni a la persona señalada por ella,
Corina Yoris. Y digo excusa porque, como en tantas otras veces, las derrotas de
la oposición venezolana, su incapacidad o su fragmentación suelen ocultarse en
los medios internacionales como "otra" decisión autoritaria de la
"dictadura" venezolana (rara dictadura donde la oposición puede
presentarse a las elecciones, tiene sus medios y todo el apoyo económico y mediático
de los EEUU y Europa, aunque, eso sí, tiene que cumplir las leyes venezolanas,
más o menos como ocurre en el 100% de los países occidentales, con salvedades
curiosas como el funcionamiento desde hace cinco años al margen de la ley del
Consejo General del Poder Judicial español).
En España, en las
elecciones de 2023 Podemos se quedó fuera de la pelea electoral en Andalucía. A
las 12 de la noche se cerraba el registro y Podemos no llegó a tiempo. Quien
tenía la firma era Izquierda Unida pero, por las razones que fueran -retrasos,
mala fe, errores- no lo hizo. Y Podemos se quedó fuera. Echarle la culpa al
registro electoral sería distraer que la culpa estaría o en Podemos o en
Izquierda Unida. Bueno, pues eso es lo que ha pasado en las candidaturas de la
oposición en Venezuela. Pero ¿para qué vas a reconocer tu inutilidad si puedes
echarle la culpa a Nicolás Maduro?
La inhabilitación
de María Corina Machado no fue ninguna sorpresa para nadie en Venezuela. Porque
en el Acuerdo Parcial para la Promoción de los Derechos Políticos y Garantías
Electorales para Todos, conocido como Acuerdo de Barbados, que firmaron el
gobierno de Venezuela y la oposición, es decir, en el acuerdo que acordaron
ambos para normalizar la situación en el país, se decía que " los
candidatos presidenciales y partidos políticos" podrían presentarse
"siempre que cumplan con los requisitos establecidos para participar en la
elección presidencial, consistentes con los procedimientos establecidos en la
ley venezolana".
Y María Corina
Machado ha sido juzgada y condenada por pedir la intervención de EEUU en
Venezuela, algo así como si los jueces inhabilitaran a un político español que
pidiera que se bombardeara España, que Putin invadiera Tarragona o que se
promovieran actos de violencia en nuestro país (¿Nos acordamos de la kale
borroka? Por mucho menos, en España hemos inhabilitado a mucha gente a la que
no se les ha permitido presentarse a las elecciones. Así que conviene ser
honestos y lo que uno no quiere en su país, tampoco debe quererlo para otros.
El 100% de los
partidos acreditados ante el CNE inscribieron a alguno de los 13 candidatos que
van a competir para la presidencia de Venezuela. Y entre esos 13 candidatos los
hay de todas las ideologías. Entonces, ¿qué ha pasado con las candidaturas
presidenciales para que EEUU y la pusilánime UE sigan con las sanciones? Pues
lo que ha pasado es que la oposición está dividida (ya me gustaría que en
España la izquierda estuviera menos dividida), además de que hay mucha gente en
Venezuela que está enfadada con Guaidó, de la Plataforma Unitaria. Este enfado
no es solo porque regaló la joya de la corona venezolana en EEUU (CITGO). No
solo permitió que les robaran también a los venezolanos el oro que estaba
depositado en Londres, así como el dinero de las cuentas internacionales, sino
que, por si fuera poco, se robó, con su pequeño grupo, una parte de ese dinero
(son las denuncias de sus antiguos compañeros). Que es lo que explica por qué
la oposición no quiso que Guaidó siguiera siendo "presidente encargado".
Qué lúcida estuvo ahí España, Pedro Sánchez. Como ocurre con la derecha de
muchos países, Juan Guaidó, el "líder" de la Plataforma Unitaria, es
un patriota, aunque no se sabe de dónde.
Es importante
también entender que los empresarios venezolanos, que están ganando mucho
dinero ahora mismo (Venezuela se ha recuperado económicamente), no confían en
los candidatos que quieren llevar a Venezuela a una guerra civil. Y ahí están
María Corina Machado, Capriles Radonski o Leopoldo López y todos los que están
en Madrid cobijados por José María Aznar y por Díaz Ayuso. Las élites
económicas de Venezuela no confían en María Corina Machado -igual que las
españolas dejaron caer a Pablo Casado, que era todo un Secretario General del
PP- y, de hecho, han terminado, por presiones de los EEUU, encontrando un
candidato común para la Plataforma Unitaria Democrática.
La persona que
María Corina Machado había señalado para presentarse en su lugar, la profesora
de filosofía Corina Yoris, de ochenta años de edad, no cumplía los requisitos
legales del país (en concreto, la Ley Orgánica de procesos electorales). Ella
pensaba que la Mesa de la Unidad iba a presentar a su candidata, pero en el
último momento decidieron presentar al gobernador del Zulia, Manuel Rosales
-que ha terminado renunciando en aras de la unidad-, de manera que Corina Yoris
se quedó, como decimos en España, colgada de la brocha porque ni tenía las
firmas recogidas para presentarse ni tenía ningún partido registrado en el
Consejo nacional Electoral que la avalara ni tampoco el poder para presentar
candidatos. María Corina Machado pasó a odiar a Manuel Rosales -parece evidente
que le engañó- y por eso, finalmente, el candidato de la oposición ha sido otra
persona.
El partido al que
quería recurrir desesperadamente María Corina Machado, Vente Venezuela no es un
partido acreditado porque no cumplía los requisitos ante el CNE. No ha
participado en elección alguna hasta ahora. Sólo se presentó a las primarias de
la oposición en 2023, realizadas sin registro electoral y arbitradas por un
partido, Súmate, del cual Machado es miembro fundadora. Vamos, que no cumplía
ningún requisito.
El art. 27 de la
ley Orgánica de Partidos Políticos venezolana dice que cualquier organización
política que no se presente a dos elecciones continuas queda cancelada y deberá
renovar su habilitación si quiere presentarse a las elecciones. Vente Venezuela
debía hacer un nuevo registro y presentar las firmas de, al menos, el 5 por
ciento del registro electoral y haber constituido el partido en 12 entidades o
regiones del país. Vente Venezuela no hizo esos trámites. Entonces, ¿Cómo iba a
registrarse?
Como Vente
Venezuela, encabezada por María Corina Machado, no estaba registrada, debía
ponerse de acuerdo con otros partidos de la oposición, con los que suponía que
tenía un pacto previo. ¿Y qué pasó? Que esos partidos le dijeron a María Corina
Machado que no aceptaban que nombrara a dedo a una candidata de ochenta años
que iba a responder solo ante ella. Y, ellos, que eran los autorizados, no
presentaron a la candidata de María Corina Machado. Y eran casi las 12 de la
noche y los partidos de la oposición, no le cumplieron a Machado. Como se
pregunta el filósofo y comunicador venezolano Miguel Ángel Pérez Pirela ¿por
qué esperaron tantos meses para presentar a esa señora desconocida? Porque no
contaban con que Rosales iba a engañar a Machado. Cosas de la derecha (de las
que la izquierda tampoco está falta).
El Ejército israelí
asegura haber atacado un lugar de lanzamiento de cohetes en el norte de Gaza
El Ejército israelí
asegura haber atacado un lugar de lanzamiento de cohetes en el norte de Gaza
¿Qué le quedaba a
María Corina Machado? Pues según lo que dice el art. 52 de la Ley Orgánica de
Procesos Electorales, debían presentar ante el Consejo Nacional Electoral
firmas de respaldo que sumaran, al menos, el 5% del último padrón electoral.
Esas firmas debían estar refrendadas por el Consejo Nacional Electoral a través
de una comisión verificadora, como dice la propia ley orgánica (no vale
inventárselas).
En conclusión, como
María Corina Machado no había cumplido con los requisitos legales y como Manuel
Rosales la había traicionado, según la propia María Corina, solo le quedaba
hacer ruido internacional. Un clásico de la derecha venezolana. La española últimamente
lo que hace es ir a al Parlamento Europeo a dar voces.
Una conclusión sencilla
El 25 de marzo se
culminó el proceso según la ley orgánica electoral venezolana, donde se
presentaron 13 candidatos, entre ellos Nicolás Maduro, candidato a la reelección,
respaldado por más de 4 millones de militantes del PSUV que lo eligieron en un
proceso de primarias. En los movimientos dentro de la oposición, ya está
también confirmado Edmundo González Urrutia, el candidato de los EEUU y que
responde a la nueva oleada de extrema derecha latinoamericana que representa en
Argentina Javier Milei.
González Urrutia
fue embajador en Argentina durante el golpe contra Hugo Chávez (golpe que
apoyó, por lo que después fue, obviamente, destituido). González Urrutia no
deja de ser un personaje controvertido. Deseó, después de celebrar el
fallecimiento de Chávez, "muerte por cáncer a todos los chavistas".
Igualmente se ha significado por sus comentarios contra mujeres, negros,
indígenas y la comunidad LGTBi. En términos económicos, comparte los principios
neoliberales y en política internacional no ve otro horizonte que el que le
marque Washington. Otro patriota. Ha sido la carta de Machado contra Manuel
Rosales y es la salida encontrada por EEUU para que la oposición se una: la extrema
derecha venezolana ya tiene pues, de no mediar algún impedimento legal, su
candidato. Y las elecciones hablarán.
Así que ¿dictadura?
¿No será que EEUU y los que siguen sus dictados siguen queriendo hacer en
Venezuela lo que han hecho en Ecuador, en Afganistán, en Siria o están haciendo
en Gaza? Europa debiera hacer una reflexión profunda, porque si entendemos los
cambios que está experimentando el mundo, ¿no será que la que se está quedando
sola es Europa?
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