Señor Antona, ¡si
pero no!
Cándido
Quintana
Portada de Diario de Avisos, el número
2 del PP en Canarias, el palmero Asíer Antona dice, entre otras muchas cosas
que poco me interesan, que “CC va a desaparecer si no abandona su estrategia
caciquil propia del siglo XIX”. Sin duda, una frase perfectamente preparada
para la ocasión, en la clásica estrategia de arañarle votos a un partido muy
cercano, casi hermano.
Este es un claro ejemplo de que
cualquier político, por poco que nos guste o muy malo que sea, dice a veces
cosas interesantes ajustadas a la verdad. Lo malo y muy grave que viene
sucediendo en Tenerife es, sin ningún tipo de dudas, achacable a Coalición
Canaria y a sus formas caciquiles de gobernar. Y siguen instalados en el poder
con las ayudas que sabemos, de ellos también.
Y el concepto caciquil abarca un amplio
abanico de artes oscuras, siempre interesadas para los caciques de turno. Son
tantos los casos a enumerar que me alargaría demasiado, sin salir de Santa
Cruz, la Celgán y el PGO o el Mamotreto y Las Teresitas son claros ejemplos
recientes de ello. Pero a pesar de esto, señor Antona, NO cuente con mi voto,
porque...
Por si se le ha olvidado, son muchos
los respaldos de su partido a estas míseras formas de actuar o a dirigentes de
Coalición Canaria que encajan en su discurso, como, por ejemplo, a Miguel
Zerolo. Si prefiere, hablamos de Carlos Garcinuño o de CristinaTavío, etc., y
de sus decisivos apoyos en iniciativas caciquiles de CC. Resumiendo, “primero
hay que limpiar nuestra casa para poder criticar la suciedad de las de los
demás”. Y esta reflexión la hago extensiva al PSOE también.
Pero claro, ustedes no sólo no limpian
vuestra casa, sino que ayudan constantemente a ensuciar la de Coalición Canaria
en esa estrategia caciquil, y esto es mucho más grave. Y no sólo me refiero a
esas iniciativas a las que me he referido o al apoyo dado de forma continuada a
ese ex alcalde condenado y multi-imputado, sino, rebobino, al respaldo o los
silencios cuando, tras dejar un conocido bagaje de “juzgado de guardia”, lo
elevaron a los altares del Senado, para, ¡claramente!, dilatar sus causas, como
ha sucedido. ¡Un poco más de congruencia, por favor!
© Cándido Quintana
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