AÑO NUEVO, RETO MÁS ALTO
No nos sirve
repetirnos
no nos conforma el
paso trillado.
No queremos ya lo
usado.
Queremos
creer más alto,
vivir más limpio,
sentir más verdadero.
Anhelamos
velas de libertad,
soledades amadas,
caminos ciertos.
No nos conforma
la palabra vacía,
la mano que se tiende
floja,
la casa que guarda sus
puertas
de la necesidad que
callejea.
Y es Año Nuevo
nos informó hoy
la mujer del tiempo.
Pues… lo digo por eso.
María Rosa Serdio
España
♦
DON AÑO
Mi nombre es Don Año.
Camino y camino…
¿Le resulta extraño?
Ése es mi destino.
Un número fijo
son mis doce hijos.
Usted los conoce
según me parece.
Sí, señor, son doce
mis hijos, los meses.
Son todos viajeros,
pero uno por vez:
Enero primero,
Febrero después.
Nunca están juntitos
mis doce retoños.
Marzo, despacito,
me viste de Otoño.
Abril vuelve a casa
si Marzo se fue;
y Mayo no pasa
(lo verá usted)
hata que se vaya
su hermanito mes.
Y Junio con botas
me trae a su amigo:
Pelo de Hojas Rotas
–Invierno le digo–.
Y Julio y Agosto,
montados en cientos
caballos de frío,
las patas al viento…
¡Estos hijos míos!
Septiembre presenta
su novia florida:
Dulce Primavera,
es verde su vida.
Llega Octubre luego
y tras él, Noviembre.
¡Un verano nuevo!
¡Regresa Diciembre!
Me acompaña, pero
un día se va
y retorna Enero,
mi hijo primero
de vuelta al hogar.
Siempre separados…
¿A usted le parece?,
vuelven a mi lado
mis hijos los meses.
Así es mi destino…
¿Le resulta extraño?
Camino y camino…
Mi nombre es Don Año.
Elsa Isabel Bornemann
Argentina
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