OTRO CÁLIZ
AMARGO
X ELSA CLARO
Mariano
Rajoy no renuncia a seguir acechando a cuanto político y grupo existe en busca
de redondear una bancada que le permita repetir mandato. Ninguna de las tres
formaciones con mayor cantidad de diputados (PSOE, Podemos, Ciudadanos, en ese
orden) aceptó la propuesta de una “gran coalición”. Si en Alemania se unieron
los cristianodemócratas con la socialdemocracia, o en Francia hubo varias veces
“cohabitación”, como llaman en París a una administración compartida por dos
tendencias contrarias, los políticos ibéricos no parecen muy inclinados a
similar experiencia.
Hacen
bien, pues incluso Ciudadanos, de Albert Rivera, un partido nuevo que entra por
primera vez al Congreso, pese a ser conservador, tampoco quiere que le vinculen
con una derecha que ha venido a menos tras dilapidar su mayoría parlamentaria
absoluta, con la cual instauraron cuanta ley quisieron a contrapelo de la
voluntad ciudadana y de algunos sectores políticos con representación en el
legislativo o fuera de este.
El
socialdemócrata PSOE, que desde el término del franquismo gobernó el mayor
número de veces, alternando con el PP, tampoco quiere que le vean junto con
quienes han lastimado tanto a la sociedad española. Pedro Sánchez, su máximo
dirigente, ha sito categórico en la negativa a una alianza con Rajoy. Para
Pablo Iglesias, jefe de Podemos, hay mucho de teatro en las posturas de los
socialdemócratas que, estima, van a concluir, facilitando que el PP siga
dirigiendo el país.
Cierto
o no, en el peor momento, el PSOE tiene diferencias internas fuertes. Una
facción quiere eliminar a Sánchez como jefe de ese partido y exigen que se
realice el congreso correspondiente en febrero, cuando pudiera ser renovado –o
no- su liderazgo. En una reunión recién concluida del Comité Federal, máximo
órgano entre convenciones, conformado por 250 jefes de ese partido desde los
municipios hasta la jefatura de las autonomías, Sánchez logró recibir más
apoyos que rechazos, pero las diferencias no se han dilucidado por entero.
Una
de las ideas manejadas por Pedro Sánchez era una alianza entre PSOE, Podemos y
otros más o menos progresistas, y constituir un frente de izquierda para
gobernar. Esa opción no es imposible todavía, pero, según las piezas sobre el
tablero, poco probable. Sin embargo, en algún momento puede pesar,
favorablemente, el deseo de varios partidos inclinados a exigir la derogación
de reformas regresivas, como la laboral, las que rigen en la enseñanza y el
sistema sanitario o la mal afamada ley mordaza, que limita derechos ciudadanos.
Un
punto de discordancia en la fuerte disputa dentro del PSOE es el rechazo al
criterio de Pablo Iglesias, quien acepta que se realice un referéndum
soberanista en Cataluña. No pretende que esa región se independice, pero sí que
sus ciudadanos expresen su voluntad.
Iglesias
parece imbuido de una fuerte desconfianza. Al término de la reunión del PSOE,
donde siete de los máximos dirigentes autonómicos accedieron a ese cargo con el
apoyo de Podemos, expuso: “Que digan la verdad (el PSOE), que digan que en
última instancia están dispuestos a abstenerse para que gobierne Mariano Rajoy
y que lo que buscan es sustituir a Pedro Sánchez para probar suerte con otro
candidato o candidata”.
Esa
suspicacia le lleva a proponer que un ocasional gobierno de izquierdas esté encabezado
por una figura independiente. “Es una posibilidad –aseveró- que prevé la
Constitución y que, eventualmente, puede servir para sustituir las carencias de
un candidato (Pedro Sánchez) que parece que no cuenta ni con el apoyo de su
propio partido”.
De
que poco sorprendente ocurrirá se colige de las declaraciones del jefe de
Ciudadanos, Albert Rivera, comprometiéndose a abstenerse en la posible
investidura de Rajoy si el máximo dirigente del PSOE lo hace. Ambos han dado
certeza de que, en principio, se negarán a que el actual gobernante acceda de
nuevo al poder.
Entre
las fricciones que hay dentro de los grupos políticos (el ex presidente José
María Aznar también pidió a Rajoy que el PP hiciera un congreso extraordinario
y urgente) , se manifiestan por igual los reclamos sobre qué grupo debe asumir
la jefatura del Congreso. Pese a las dudas, el desconcierto o la fragmentación
dejada por las urnas el 20 de diciembre 2015, Rajoy piensa abrir legislatura a
como dé lugar, fiándose de que sus tanteos para lograr que alguien se le asocie
y el sume su bancada, dará resultado.
Unos
y otros tienen dos meses por delante pues, al cabo, si no hay una plataforma
viable para asumir la jefatura de gobierno, se repetirán los comicios. Esa
especie de segunda vuelta a la española, que no existe hoy, pero reclaman
algunos dinosaurios ibéricos, puede resultar como cuando se levanta una piedra
y aparecen debajo derechistas alimañas.
Cubadebate
/ La Haine
Texto
completo en: http://www.lahaine.org/otro-caliz-amargo
No hay comentarios:
Publicar un comentario