RAMOS ALLUP
CONTRA
BOLÍVAR Y CHÁVEZ
EDUARDO ROTHE
Envalentonada
porque los problemas internos del chavismo le dieron una mayoría parlamentaria
circunstancial, la burguesía venezolana se lanza torpemente a la confrontación:
sus diputados proclaman la intención de derrocar a Maduro mediante un golpe
legislativo, y el nuevo presidente de la Asamblea Nacional, el desprestigiado
socialdemócrata Ramos Allup, elogia como "civilizada" la fenecida
Constitución de 1961, anuncio tácito de su proyecto de liquidar la Carta Magna
Bolivariana y las leyes sociales de Chávez. Para él, 16 años de cultura
política bolivariana se reducen a "malandraje chavista"
A
Ramos Allup le fascina escucharse a sí mismo, pero no se trata sólo de
palabras: él y muchos de los nuevos parlamentarios son curtidos conspiradores y
golpistas del 2002, promotores o simpatizantes de las asonadas militares y la
violencia de calle de los últimos años, beneficiarios del amparo, tolerancia y
benevolencia del gobierno chavista que
los protegió de la ira popular, prefiriendo siempre "un mal arreglo que un
buen pleito".
Ramos
Allup es uno de ellos, y peor, porque como él mismo dice "el pasado no se
puede cambiar", y arrastra su sanguinolenta complicidad activa o pasiva
con todos los crímenes de la Cuarta República: este Felipillo criollo, pícaro
profesional, fanático de las camisas bien planchadas con los calcetines
ensangrentados, "grosero, abrasivo, arrogante y puntilloso" según un
embajador gringo, llega a la Presidencia de la Asamblea Nacional dispuesto
demostrar cómo se lucha contra el socialismo y -si es necesario- regresar a la
dictadura democrática estilo Acción Democrática.
Al
inaugurarse irrespetando a Chávez, Ramos Allup va más allá del contrapunteo con
el gobierno para lanzarse decididamente contra el pueblo, no solamente contra
los 5.600.000 chavistas disciplinados que votaron en las elecciones
parlamentarias del 6D, sino contra la gran mayoría que derrotó a la derecha 19
veces en 15 años. Ramos Allup rasga el pudoroso velo del discurso democrático y
declara abierta la guerra social, confiando en la vieja receta que mantuvo a la
oligarquía en el poder durante casi dos siglos: represión e ignorancia.
Para
la represión se necesitan militares, y es aquí donde el proyecto de la derecha
revela su peor defecto: es profundamente antinacional y contempla la entrega de
la soberanía, las empresas básicas y los recursos del país a los intereses
imperiales. Los militares dignos, sea cual sea su jerarquía, no masacrarán al
pueblo para defender a lacayos: habría que purgarlos y reemplazarlos por
militares indignos dispuestos a utilizar a la Fuerza Armada como policía
política y tropa anti-motín. Hace tiempo que los militares bolivarianos
advirtieron que no se dejarán purgar sin pedir la ayuda del pueblo, en un
escenario donde la expresión "Unidad Pueblo-Fuerza Armada" tendría
nuevo sentido práctico de movimientos y pronunciamientos que cambiaría la
historia de la democracia en Venezuela.
Y
en cuanto a la ignorancia, ni los 6 millones de chavistas que votaron ni los 2
millones que se abstuvieron son amnésicos: suman 8 millones que NO votaron por
la derecha y quienes, al final de cuentas, saben que la lucha es de clases y
quién es su verdadero enemigo.
La
mediocridad es "La incapacidad de reconocer y respetar la grandeza" y
Ramos Allup, al irrespetar a Chávez y a Bolívar, es la perfecta representación
de la mediocridad soberbia. En el terreno simbólico, y Ramos Allup lo sabe,
todo se juega alrededor de Bolívar y Chávez, fundadores y re-fundadores de la
República, únicos que convocaron al pueblo a ejercer protagonismo de guerra y
paz, y a enfrentar exitosamente a los mayores imperios del planeta. El abierto
desprecio de la burguesía (y de Ramos Allup) por ambos próceres, es aplaudido
por la oposición y resentido por el pueblo (civil y militar) como una afrenta clasista
contra la mayoría, y como una negación racista del destino universal de
Venezuela.
¡Cuidado!
Ramos Allup no pretende menos que la presidencia de la República: se ve a sí
mismo como el Adolphe Thiers que masacró la Comuna de Paris, como el social demócrata
alemán Noske que firmó la orden de asesinar a Rosa Luxemburgo diciendo
"Alguien tiene que ser el perro sangriento", como salvador de la
burguesía dispuesto a demostrar que "con AD se roba mejor", listo
para comandar la guerra social y ejercer la dictadura pero, eso sí, respetando
formalmente la democracia representativa. Es un individuo peligroso en tiempos
peligrosos, un perverso poliforme como Rómulo Betancourt, y nadie debe dejarse
engañar por su retórica.
El
himno de la Falange Española reza "Cara al sol con la camisa nueva" y
Ramos Allup declaró que al terminar su mandato en la Asamblea quería salir
"De frente al sol con la mirada altiva"... El tutor de Ramos Allup,
Carlos Andrés Pérez, dijo al iniciar su último mandato que al terminar quería
que lo sacaran en hombros de Miraflores, y salió destituido por ladrón. ¿Cómo
saldrá Ramos Allup? Todo depende de la capacidad de organización y movilización
del pueblo bolivariano para resistir y contraatacar, para enfrentar y derrotar
a la burguesía en la guerra social del 2016.
"Sepan los nacidos y los que van nacer que nacimos para vencer y no
para ser vencidos".
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