miércoles, 27 de enero de 2016

EL MULTIJAQUE DE IGLESIAS

EL MULTIJAQUE DE IGLESIAS

Por David L. Segura

Quedará grabado en mi memoria en día 22 de Enero de 2016, como el día de la estrategia política, el día en que contemplamos la política española como si de una partida de póker o como aquellas partidas múltiples de ajedrez donde un maestro internacional (habitualmente de un país comunista) se enfrenta,

Tras una visita de Pablo Iglesias a quien horas antes el líder de IU califico como el “Ciudadano Felipe de Borbón”, en lo que parecía un mero episodio más, de la ronda de entrevistas de la cual no saldría noticia alguna. El líder de Podemos se adelanta al resto de los políticos con una jugada maestra con la que es capaz de dar jaque simultaneo en todos los tableros políticos, obligando a mover ficha a los representantes principales de cada uno de los grupos políticos. Mientras todos estaban más cómodos agazapados, a la espera de que fueran otros, quienes tomaran la iniciativa, Podemos pone en bandeja al PSOE un pacto de gobierno, imposible de ignorar para un partido socialista en claro declive en lo que a números se refiere.

Obliga con este movimiento a saltar a la palestra a Pedro Sánchez, quien a pesar de querer salir del delicado momento de una forma lo más diplomática posible, acaba sucumbiendo verbalmente al órdago que Iglesias le manda, impulsado no solo por la satisfacción de verse presidente del gobierno, pasando a la larga de vencido a vencedor, sino también por la necesidad de no ser tachado de inmovilista, adjetivo a eludir en este momento. Ahora la responsabilidad del líder socialista está en convencer a los llamados “Barones” de su partido, que esta es la mejor opción, se puede gobernar junta a otros grupos con los que existan discrepancias, pero se necesita un mínimo consenso interno, para que este posible gobierno fructifique y no tener a posteriori la sensación constante de tener al enemigo en casa.

Obliga con este movimiento a Mariano Rajoy a una decisión impopular entre sus votantes, la de no presentarse de momento a la elección declinando la oferta de Felipe IV, la estrategia también es clara, la imposibilidad de crear gobierno debida a la falta de apoyos, hacen imposible su investidura, por lo que no tiene necesidad de tirarse a una charca vacía. Con esto no gana el PP, otra cosa más que tiempo para su difícil tarea de conseguir apoyos, pero da el pase a quienes pueden crear gobierno, quizás no tenga otra opción pero en el caso de que Sánchez llegara a la presidencia del gobierno con apoyos de izquierdas, Rajoy sería indudablemente el perdedor de la partida y muchos verían en su propio entorno este acto como una estrategia cobarde lo que seguramente obligaría incluso a un cambio dentro de su partido.

Obliga con este movimiento, a que Alberto Garzón deje atrás las diferencias que le separaron de Podemos en la campaña electoral, satisfactoria obligación en este caso, pues la búsqueda de un gobierno de izquierdas siempre sobrevoló la cabeza de Garzón y la posibilidad de ser ministro en dicho gobierno no se contemplaba en ninguna apuesta.

Obliga con este movimiento a Albert Rivera a aceptar como una posibilidad viable este gobierno de izquierdas, a pesar de ser contrario a este acuerdo, el dejar de lado el tema de las consultas independentistas y exponer Podemos la posibilidad de que si la hubiese, esta consulta implicaría a la totalidad del territorio nacional, desbarata un poco la posible negativa de Rivera y le deja sin razones de peso para apoyar al PP. Coloca a Ciudadanos en tierra de nadie, fuera en principio de cualquier pacto, a raíz de las declaraciones de su líder y con las encuestas a la baja en lo que concierne a la posibilidad de nuevas elecciones.

Obliga con este movimiento a posicionarse claramente a otros grupos como PNV o Esquerra Republicana entre otros, quienes hasta entonces eran meros espectadores de las idas y venidas de candidatas con mayor peso y convirtiéndolos de repente de figurantes a posibles protagonistas de esta película. Englobados en el grupo de los nacionalistas o independentistas, parece que en este momento es un crimen para algunos que pudieran formar parte del gobierno del país, pero a los mismos que hoy quieren dar esa imagen, alguien les recordará que otros gobiernos con las mismas siglas ya se valieron de partidos nacionalistas para conseguir sus propósitos y conseguir formar gobiernos.

Obliga con este movimiento a Felipe IV a comenzar una segunda ronda de negociaciones, lo que para un Borbón acostumbrado a otros menesteres, enseña lo que significa el tedioso momento de trabajar, cosa que tampoco le vendrá mal de cara a intentar el difícil cometido de cambiar la imagen de la Casa Real, pero aún hay más, pone al inquilino de “La Zarzuela” en la tesitura de tener que presentar al Parlamento un candidato a presidente, a quién apoyos pueden instarle en un momento a poner en entredicho el sistema Monárquico, favoreciendo con esto que grupos de ideas republicanas participen de este gobierno, una situación bastante molesta para una Monarquía en horas bajas.

Por obligar, este movimiento de Pablo Iglesias obliga incluso a las televisiones y la prensa en general a cambiar los contenidos de sus programas aceleradamente, pero de una manera gratificante y satisfactoria ya que el hecho de instar a todos a actuar, da a la prensa juego, y gana adeptos entre los periodistas, ávidos de noticias nuevas y estrambóticas estrategias. Quizás lo mejor para los medios sería que nadie se entendiera, que llegará un nuevo proceso electoral, tras lo visto en la pasada campaña, la más mediatizada de la historia, cuanto más se alargue la incertidumbre, cuantos más procesos haya que culminar, más noticias se generarán.

Con todo esto inventa Iglesias una nueva jugada de ajedrez, un movimiento que pasara a los anales de la política española y que seguramente será estudiado por otros en el futuro, un movimiento que denominaremos el MULTIJAQUE.

David L. Segura

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