CARACOLAS,
ALGAS...
DUNIA SÁNCHEZ
Caracolas,
algas y un sinfín de rorcuales vagando por el espacio abisal de nuestras
entrañas. El océano. Sí, ese que con sus peripecias a través del sereno oleaje
nos visita a cada instante, en cada momento de nuestros pasos. Escucho su rumor
como éxtasis del vivir. Me pierdo en cada llamada de su cuerpo gris cuando la
tarde cae, me induce a ser alas plateadas bajo la luna albina de sus
profundidades ¿Qué misterio guardarán? Llameante danza de cetáceos en la clara
visión de mis manos. Ven, me dice. Voy con la mirada contemplativa de su
belleza, de su perfecta armonía. Despacito me sumerjo en su atmósfera, me acoge
con su gran masa hasta lo hondo del hechizo. Sí, hechizo. No puedo detenerme.
Una pequeña cumbre de bruma asciende cuando mi ser se halla entregada a él.
Continuo, hasta mecer mi cuerpo en las esferas de la lejanías a tierra. No sé
si regresaré. Todo lo que ronda es placer, tranquilidad y el incesante cántico
de las mareas…de las mareas.
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