POR EDUARDO SANGUINETTI,
FILÓSOFO
Previo
a la visita del presidente argentino Mauricio Macri a Uruguay, para reunirse
con su par, Tabaré Vázquez, el ministro de Economía, Danilo Astori, elogió las
medidas económicas de Macri, “Me gustaron mucho, creo que son buenas para
Uruguay y ojalá sean también buenas para Argentina”. Así lo aseguró en un foro,
días pasados, en el espantoso espacio farandulero, Conrad de Punta del Este… no
olvidemos que este personaje, pertenece a un gobierno de izquierda-neoliberal…
Simulación de simulacros.
Las
mentiras de la política, ya no dejan de tener contenidos inocultables, que
provocan una instancia paradójica en secretos develados, que todo ciudadano
avezado no deja de conocer y deplorar, deviniendo en estos, una sensación de
impotencia e indignación, producida por la violencia diferida del vector al que
apunta la mentira: la necesidad de un sentido que no existe.
Pueblos
huérfanos de un “tiempo sin tiempo”, donde el poder simulado en democracias
“fingidas”, abandonan a su suerte y a las consecuencias atroces de vivir sin
justicia y bajo la mirada falaz de los medios de comunicación y el imperio de
las redes sociales tejidas por seres perdidos en el imperio de Twitter y
Facebook, con futuro calculado de ser esclavos de un materialismo ilusorio.
Internet
ha abierto las puertas del infierno metafórico, a la injuria, las difamaciones,
la mentira instalada por los mercenarios rentados de medios corporacionistas,
la afrenta directa entre las personas, unas contra otras, lo han logrado, pues
todo queda en la virtualidad, lo concreto y el cara a cara, se diluyó en las
nupcias de la web.
Un
mundo donde el neoliberalismo impuso su criterio, en la gran mentira de
elecciones “libres”, donde la oferta son candidatos clonados: caras de la misma
moneda… que pactan y pautan, antes del rito eleccionario, donde los pueblos
acuden mansamente, incluso con cierta alegría dominguera, a hacer valer su
derecho obligatorio, votando más de lo mismo… ¿lo sabrán?
La
máquina fatal del neoliberalismo continúa produciendo miedo a gran escala y,
siempre que falta materia prima, trunca la esperanza que puede encontrar en los
rincones más recónditos de la vida política y social de las clases populares,
la tritura, la procesa y la transforma en miedo.
El
racismo travestido como clasismo rige en el mundo, pues mientras se han
instalado como parte del lenguaje social y políticamente correcto, de orden
pluricultural, la condena de la discriminación racial o de género, el vivir en
una dictadura de clase, es considerado muy normal.
No
importa que las corporaciones multinacionales exploten a los pueblos y además
sean culpabilizados por su calidad de pobres y por no llegar jamás a la cima de
la pirámide, donde conviven las mafias de los “triunfadores”, del prostíbulo en
que se ha convertido este mundo.
Como
prueba irrefutable, basta ver en las corporaciones mediáticas, blindan al
funcional de turno, en función ejecutiva, sin nada que lo eleve sobre sus
“súbditos”… cómo, de manera grosera, insultante y atrozmente vulgar, el
clasismo se instala cual práctica criminal, apuntalando logros inexistentes de
figuras degradadas de los denominados “ricos y famosos”, plenos de “glamour
chatarra siglo XXI”, poniendo de relieve las astronómicas sumas de dinero ganado
en negociados extraños y difusos, a los que llegan por sus contactos con el
poder político, deportivo, cultural, sin nadie que lo denuncie o al menos lo
considere como una apología del delito flagrante de escupir en la cara de los
millones de carenciados, que lo visualizan ante las pantallas, tomándolos como
norte a alcanzar. O soy un imbécil o algo ocurrió que no alcanzo a visualizar,
ni experimentar, en mi dinámica de no adaptarme y organizarme para asimilarme a
este tiempo y espacio.
El
neoliberalismo en acto genocida, subsiste, gracias al control global que ejerce
hacia las personas mediante el miedo y la represión. El pensamiento crítico es
arrinconado, despreciado y perseguido. Bajo nuevas formas inquisitoriales, el
neoliberalismo proyecta su poder, dejando tras de sí una estela donde la muerte
se alza como su valor más elevado.
Pero
a no preocuparse, los medios monopólicos de desinformación, que blindan las
canalladas de gobernantes inútiles, con fábulas de todo tipo, son un fenómeno
mundial… la prensa diaria, se ha convertido en literatura bizarra con tendencia
comic… “Trust in Trush”.
En
el pasado, los neoliberales perseguían a los que pensaban distinto, hoy,
persiguen a los que piensan… algo inasible, que, estas bestias no han
asimilado… siempre cobrando su parte de barro y sangre.
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