DAVOS, ¿EL ESCENARIO DE LA HIPOCRESÍA?
POR: JORGE HERNÁNDEZ Y ANALÍA
EMILIOZZI
De la identificación de los
convocantes y de las fechas de creación del Foro y del comienzo de las
reuniones anuales, empiezan a emerger pistas de por dónde van las agendas que
allí se dan forma | Foto: celag.org
Conocer
quienes convocan a reunirse, de manera regular desde 1991, en esa pequeña y
fría localidad suiza puede ayudarnos a comprender a que se reúnen y por qué
eligen asistir quienes no son miembros del selecto club.
Adam
Smith dijo, en 1776, que “rara vez suelen juntarse las gentes ocupadas en la
misma profesión u oficio, aunque solo sea para distraerse o divertirse, sin que
la conversación gire en torno a alguna conspiración contra el público o alguna
maquinación para elevar los precios” poniendo en evidencia una larga tradición
de los poseedores o gestores del capital que se prolonga en la actualidad en
varias instancias y lugares, de entre los cuales las reuniones anuales del Foro
Económico Mundial, en Davos, son evento y localización insignia.
Conocer
quienes convocan a reunirse, de manera regular desde 1991, en esa pequeña y
fría localidad suiza puede ayudarnos a comprender a que se reúnen y por qué
eligen asistir quienes no son miembros del selecto club.
Según
informa su página web, el Foro Económico Mundial es una organización sin fines
de lucro creada en 1971, que declama ser una Organización Internacional para la
Cooperación Público-Privada cuyo propósito es el compromiso con la mejora de la
situación del mundo y, relacionándose con referentes políticos y empresariales
no miembros y otros líderes de la sociedad, dan forma a las agendas globales,
regionales e industriales.
Los
miembros de esta organización con desbordante altruismo declamado, los
convocantes, son 1.000 de las principales corporaciones del mundo, empresas
globales con más de 5 mil millones de dólares de facturación y figuran entre
las principales empresas dentro de su industria y juegan un papel destacado en
la configuración del futuro de su industria y de la región. Cuenta con un
selecto grupo de Socios Estratégicos, de sólo 100 empresas que representan
diversas regiones y sectores, que suponen contribuir a una mejor formulación de
políticas, informar decisiones de negocios, compartir las mejores prácticas y
la participación de los interesados más allá de los objetivos comerciales.
De
la identificación de los convocantes y de las fechas de creación del Foro y del
comienzo de las reuniones anuales, empiezan a emerger pistas de por dónde van
las agendas que allí se dan forma.
En
1971, se decide la redefinición del orden monetario internacional con la
ruptura de la convertibilidad del dólar norteamericano permitiendo que, a
través de la sola impresión de billetes, los Estados Unidos de América pudieran
acceder a la apropiación de recursos materiales en los países que tuvieran “fe”
en ese papel, produciendo dos fenómenos concomitantes, un incremento de la
liquidez internacional y un fortalecimiento de la hegemonía estadounidense.
Este incremento de la liquidez y la obtención de cuantiosos excedentes
financieros en los países productores de petróleo, los petrodólares, fueron
impulsando un proceso de fuerte ¿e innecesario? endeudamiento, fundamentalmente
en los países periféricos no petroleros, y una creciente financiarización del
excedente económico.
En
tanto, 1991 fue el año en que entre marzo y diciembre se concreta la disolución
de la URSS, con la independencia de 15 Repúblicas, fortaleciendo el rol
hegemónico del capital y reforzando la posibilidad de profundizar las
condiciones propicias para su valorización, esto es un ambiente normativo que
facilita su movilidad espacial y la elusión de restricciones en los objetos de
aplicación. En 1992 Fancis Fukuyama declaraba “el fin de la historia”.
El
derrumbe del bloque soviético, favoreció la profundización de la desregulación
y las privatizaciones impulsadas por los gobiernos de Reagan en EEUU y de
Thatcher en el Reino Unido, sostenido en teorías económicas ultra liberales,
con Milton Friedman y la Escuela de Chicago como referencia académicas
principales.
América
Latina, desde los años 70 e impulsadas por dictatoriales militares, ya había
avanzado en la implementación de políticas de ese signo que tuvieron como
resultado la identificación de los años 1980 como la “Década Perdida” para este
subcontinente.
Los
impulsores de los procesos de financiarización, desregulación y privatizaciones
prometían el derrame de generosos beneficios sobre los territorios que se
dispusieran a aceptar esas condiciones. Los derrames provistos eran de
naturaleza pecuniaria, mejora de ingresos para los sectores mas postergados de
la sociedad, y no pecuniaria, derramando conocimientos que aproximaran la
tecnología de los países atrasados la frontera tecnológica del mundo
desarrollado.
Sin
embargo, lejos de observarse un derrame de ingresos hacia los menos
favorecidos, se fue generando una creciente concentración de la riqueza en poca
manos que, superando las previsiones mas pesimistas y según las cifras
ofrecidas Intermon Oxfam, “confirman que los grandes beneficiados de la
economía mundial son quienes más tienen, según este informe, y que el sistema
económico cada vez está más orientado a favorecerles; no en vano, la riqueza
individual que se encuentra oculta en paraísos fiscales asciende ya a 7,6
billones de dólares, una cantidad que supera al PIB del Reino Unido y Alemania
juntos”.
Estos
beneficios se ilustran con la consideración de que “En 2015, sólo 62 personas
poseían la misma riqueza que la mitad más pobre de la Humanidad. La riqueza en
manos de las 62 personas más ricas del mundo se ha incrementado en un 44% en
apenas cinco años. La riqueza en manos de la mitad más pobre de la población se
redujo en más de un billón de dólares en el mismo periodo, un desplome del
41%.”
Desde
la perspectiva de la distribución del ingreso, esta evidencia, tan contraria al
resultado esperado de las condiciones del bienestar basadas en el goteo o el
derrame de las utilizadas está mostrando la impertinencia de la teoría y
aportando evidencia a las conjeturas de Adam Smith.
Desde
la perspectiva estructural de la las economías desequilibradas, como las
latinoamericanas, todas las ventajas generadas al capital han profundizado el
proceso de extranjerización y concentración, sin producir derrame alguno en
favor de una redefinición del perfil de especialización productivo que pudieran
mejorar su dinámica temporal, en términos de mejoras en la destrucción personal
y regional de ingresos.
La
consideración de que, a través de la imposición de patentes a nuevos, y no
tanto, procesos de innovación tecnológica, las empresas convocantes, con la
anuencia de las autoridades políticas acompañantes, intentaran frenar el
derrame de conocimiento (spillover effect) aporta otra evidencia a la
contradicción sobre el del derrame.
En
ese contexto ¿Qué explica la presencia de gobernantes con escaza posibilidades
de influir en la definición de la agenda construida en Davos? ¿Qué aportan a
sus respectivos países la presencia, por ejemplo de los Presidentes de
Argentina, Mauricio Macri; de Perú, Ollanta Humala; de Colombia, Juan Manuel
Santos; y de México, Enrique Peña Nieto?
Siendo
bien pensados, se puede suponer que su cosmovisión del mundo los lleva
honestamente a suponer que eliminando el corset opresor de las regulaciones
restrictivas a su movimiento y aplicación, en algún momento, las mejores
condiciones ofrecidas al capital terminarán derramando buenaventuranzas sobre
las inmensas mayorías desposeídas de derechos sobre bienes de capital.
Una
reflexión menos generosa con los actores políticos que ofician de partenaire de
los convocantes, pudieran suponer que sus políticas, las que buscan las
bendiciones en ese Foro, pueden reportarles importantes beneficios personales
en términos de atenciones pecuniarias directas ofrecidas por el capital o
indirectamente a través de la incorporación/reincorporación al sistema de
puertas giratorias que hacen que después de un cargo de gestión política
accedan a muy rentable cargos en la gestión privada.
Sea
cual sea la motivación, si la consecuencia de participación es, como parece, la
continuidad en Colombia, México y Perú, y la redefinición en Argentina, de
política económicas liberalizadoras y desreguladoras, el destino continuará
ofreciendo pobres niveles de crecimiento económico en México, muy probable
ralentización en Perú, Colombia y Argentina, degradación de los mercados de
trabajo y la distribución de la renta en todos los países y crecientes
disparidades territoriales al interior de cada país.
En
Davos, ¿con algo de hipocresía? prometen para algún día generosos derrames de
rentas, mientras con los que ya se materializan, los derrames de conocimiento,
se hacen ingentes esfuerzos para evitarlos y/o rentabilizarlos en la esfera
privada.
Asi,
Davos es, para algunos, algo parecido a un altar donde profesar creencias en la
recompensa futuras, para otros, el espacio de rentabilización de activos y
personas y, para muchos de nosotros, los ausentes, es el estímulo para la
construcción de nuevas perspectivas analíticas y alternativas políticas
superadoras.
América
Latina ¿fue? escenario de interpelaciones a la agenda de Davos. Europa ¿lo está
siendo?. Aunque le pese a Fukuyama,… la historia continúa.
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