“POS-NEOS Y
CONTRAS
FILÓSOFO
El
poder de las macrocorporaciones mediáticas, que dibujan la realidad, se
acrecienta en Argentina, en detrimento de una democracia jaqueada, una libertad
de expresión casi inexistente, hoy… y los derechos colectivos alcanzados, en
esa nación, en franca caída.
A
un par de meses, de cumplirse 40 años del golpe genocida de 1976, el programa
de máxima de las clases parasitarias dominantes, se abre camino, definiendo la
ofensiva del gran capital financiero, sobre el trabajo, la naturaleza y la vida
en libertad de una comunidad, hoy, en estado de sospecha, para los que no se
asimilan al estado de las cosas. El resultado es la miserabilización de la
mayoría de la sociedad, en ser y estar en una Argentina, para pocos.
Las
revueltas del hambre, que afectan en particular a los miles de millones de
parias, que permanecen al borde de la vida, son la resultante de una crisis
alimentaria provocada por la especulación y por las políticas post-neoliberales
que han destruido las agriculturas campesinas, en beneficio del agrobusiness y
los cultivos de exportación.
La
crisis energética multiforme, agotamiento previsible de las reservas de
petróleo, relanzamiento de lo nuclear, calentamiento climático provocado por la
utilización masiva de las energías fósiles…, es a la vez una traducción y un
factor de agravación de los problemas económicos, de las guerras inventadas y
de la inestabilidad política y social, del mundo en el que permanecemos.
Los
modos de producción y de consumo, provocan una crisis ecológica multiforme, que
no deja de afectar a ninguno de los sectores vitales para la humanidad.
Mi
posición histórica, mi voluntad de ayudar a implementar una transformación de
la sociedad, que sea llevada por la inmensa mayoría de hombres y mujeres, de
las ciudades y del campo, no caen del cielo, a pesar de lo anunciado por
mercenarios rentados de macrocorporaciones mediáticas, falsificando “el relato
de la historia”, de las democracias fingidas-procedimentales, en las cuales, un
electorado cautivo y amancebado, elige en tiempo y forma, a sus verdugos y su
maquinaria política genocida.
El
post-neoliberalismo, más que nunca en este siglo XXI, muestra por su
brutalidad, su potencial destructivo con sus estratégicas alianzas con el
narcotráfico, la prostitución y el asesinato, que aniquila generaciones con la
basura que negocian a cualquier costo, creo esta es la guerra que ya comenzó y
debemos librar.
La
perspectiva post-socialista, es decir la esperanza de un mundo diferente al
post-neoliberalismo, hay que reconstruirla. Pues no sale indemne de las
experiencias del siglo XX. A través de las resistencias y las luchas, se trata
de inventar el post-socialismo del siglo XXI. Es por ello que me parece
completamente imperativo: desarrollar frente a los grandes problemas
movimientos de masas unitarios, coordinados a escala planetaria: democráticos,
anti-neoliberales, ecológicos, antirracistas, humanistas.
Movimientos
que actúen como instrumentos, no como un fin en sí mismos. Una fuerza capaz de
reflexionar para actuar. Frente a una vida política centralizada por el Estado,
tenemos necesidad de un movimiento post-socialista, de una fuerza para la
transformación de la sociedad, que combine actividades nacionales y
declinaciones locales.
Movimientos
que aparecen claramente rechazando la acción genocida del poder y encarnan un
cambio de sociedad. Sindicalistas, militantes asociativos, altermundialistas,
jóvenes comprometidos en la acción, antiguos militantes de diferentes
trayectorias, militantes de la diversidad, personas que llegan nuevas a la
política y personas que retoman su actividad, intelectuales comprometidos con
su tiempo y espacio. Unidos alrededor de la necesidad de defender un plan de
acción anti-neoliberal, integrando reivindicaciones sociales, democráticas,
ecologistas, antirracistas y solidarias.
Para
implementarlo, propongo ciertos ejes relevantes a considerar:
–
Sistema democrático colegiado, donde cada funcionario elegido, imponga
criterio, acorde a su capacidad e idoneidad, comprobable.
–
Espacio para el conocimiento, hoy devaluado.
–
Reducir de inmediato los gigantismos urbanos, en antípodas al cuidado del medio
ambiente.
–
Sustituir la política de grandes suburbios por pequeños poblados.
–
Reemplazar los atroces proyectos de grandes complejos “habitacionales” (en las
que lucran los especuladores de siempre), por una economía de viviendas
individuales.
–
Dar aliento a las pequeñas unidades de explotación de la tierra.
–
Desarrollar las industrias no proletarias, multiplicando los artesanos y el
pequeño comercio.
–
Erradicar los mercados financieros y trasmutarlo por mercado de valores éticos
y estéticos.
–
Orientar a que cada individuo tenga plena conciencia de sí y su entorno, que
“cuide de si mismo”, en dignidad y sabiduría, con una rutina de ocio y
nutrición. Salud y educación en nuevas instancias de aprendizaje y educación.
–
Descentralizar los lugares de vivienda, de producción y de gestión.
–
Corregir los efectos de la especialización y de la distribución del trabajo.
–
Reconstruir orgánicamente la sociedad a partir de las comunidades naturales,
las familias y los vecindarios.
–
Inclusión de los desclasados y la diversidad, en sanidad y respeto de la
libertad de expresión, sin idealizar cambios en el ser del ‘otro’.
–
Erradicación de macro-emprendimientos, con ganancias para pocos, en todas las
áreas.
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