El 'lawfare' siempre
llama dos veces
ANA PARDO DE VERA
Pese a la aparente complejidad del entramado institucional, político y policial para acabar con el independentismo, primero, y con Podemos, años más tarde y en otra operación similar, lo cierto es que la estructura de las cloacas de Interior durante el Gobierno de Mariano Rajoy, en complicidad armónica con periodistas y medios conservadores, han sido muy burdas. Lo que sí tenemos claro ya -con indicios abrumadores y sonrojantes- es que, con las informaciones desveladas esta semana por La Vanguardia y El Diario.es en una investigación conjunta, el círculo sobre el lawfare denunciado por Junts y ERC antes y durante el procés se va cerrando y estaban implicados desde el presidente Rajoy hasta la secretaria general del PP, Dolores de Cospedal, y el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, pasando por el ejecutor, el ministro del Interior Jorge Fernández Díaz, y su policía corrupta, y unos tribunales que han hecho prácticamente nada teniendo en cuenta la magnitud del escándalo: desde el GAL de los gobiernos socialistas no existe un caso de mayor corrupción institucional que las cloacas de Interior del Gobierno Rajoy. No hay democracia que pueda soportar esto sin que se depuren responsabilidades; y éstas no consisten en juzgar levemente una parte del brutal entramado corrupto (operación Kitchen) y echar la tierra del olvido sobre todo lo demás.
Gracias
a todo el material periodístico publicado hasta ahora con grandes esfuerzos y
muchos palos en las ruedas -de estas cloacas, Público sabe un rato-, para desentrañar esta operación antidemocrática y
criminal, no nos van a hacer falta ni las comisiones de investigación exigidas
por los independentistas catalanes en el Congreso. Mucho menos, unos tribunales
que han cogido con enorme desidida e indiferencia las denuncias contra estas
cloacas policiales, mediáticas y gubernamentales: primero, investigando con la nariz tapada la destrucción de
pruebas judiciales sobre la corrupción del PP en el caso Kitchen y segundo, sin consecuencias para los creadores
y difundidores de informes y cuentas falsas creadas en las cuevas
policiales y publicadas a todo trapo y portada en la prensa nacional y
adjudicadas a dirigentes independentistas como Xavier Trias, Artur Mas o Jordi Pujol.
¿Qué
responsabilidades políticas y judiciales se han asumido desde 2012, que comenzó
la operación ilegal y anti-independentista desde las cloacas del Estado cuyo Poder Ejecutivo (y
Judicial) ostentaba el PP? Siguen abiertas, como decimos, la operación Kitchen -donde el juez de la Audiencia Nacional Manuel
García-Castellón hace malabares para alejar cualquier implicación de
Rajoy, presidente del Gobierno y del PP, y a Cospedal, ministra de Defensa y
número dos del PP- y
en Andorra -ni siquiera en España-, donde la Justicia de ese país investiga a
Rajoy; el que fuera ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz,
y al de Hacienda, Cristóbal Montoro, a raíz de una
querella por supuestas presiones a la Banca Privada de Andorra (BPA) para obtener
información de políticos catalanes durante el procés.
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