UNA PATADA PARA LA HISTORIA

 

UNA PATADA PARA LA HISTORIA

ÉRIC CANTONA: “PATEAR A UN FASCISTA NO SE

SABOREA TODOS LOS DÍAS”

JAVIER QUERO GONZÁLEZ

Éric Cantona, 57 años, ex jugador de fútbol. Nacido en el seno de una familia de clase obrera en el barrio de Les Caillols, Marsella. “Vengo de una familia de inmigrantes, rebeldes, soldados y trabajadores”, ha explicado muchas veces. Su abuelo, Pere Raurich nacido en Cataluña, combatió durante la Guerra Civil con el Ejército Popular de la República. Tras el triunfo fascista, la familia Raurich tuvo que exiliarse a Francia.

 

Cantona comenzó su andadura deportiva en equipos de tercera división francesa, donde años más tarde los equipos profesionales comenzaron a tentarle, al igual que la selección sub-17 de Francia. Tras recorrer varios clubes franceses, entre los que cabe destacar el Girondins de Bordeaux, el Olympique de Marseille, y el Nîmes Olympique, dió el salto a la liga inglesa, la Premier League. Aterrizó en 1992 en el Leeds United, donde levantó las pasiones del Elland Road.  En ese mismo año, Alex Ferguson, entrenador del Manchester United, optó por incorporar al delantero francés a filas.

 

Tras tres años en los diablos rojos, el United se enfrentaba al Crystal Palace. Cantona, mientras se retiraba del terreno de juego expulsado, pudo percibir como un aficionado, Matthew Simmon (con un historial delictivo a sus espaldas, y relacionado con la extrema derecha), le profirió una serie insultos discriminatorios, “vete a tu país, bastardo”. El delantero francés no dudó en correr hasta la ubicación del hincha, se elevó en el aire y le propició una patada voladora. Obviamente, fue sancionado, inhabilitado y cumplió condena. Años más tarde, en el 2021, cuando ya se encontraba retirado del fútbol, declaró: “me hubiera encantado patearlo aún más fuerte”.

 

En la actualidad, Éric Cantona se encuentra inmerso en el mundo del arte a través de su trabajo como actor. Continúa activo en su compromiso político y colabora con la Fundación Abbé Pierre, contribuyendo a la creación de viviendas sociales y a la regulación de los precios de alquiler. “Es inaceptable que haya gente hoy que tiene que hacer enormes sacrificios con la educación de sus hijos, a veces incluso con su salud, para tener un alojamiento”, dice.