FITUR nada que celebrar enCanarias,
África. Colonia de España.
ANTONELLA ALIOTTI Y
MARÍA JOSÉ BELDA DÍAZ
Otro año más llega Fitur, en su escaparate, el pertinente lavado de cara a través del “greenwashing aplicado al destrozo del territorio a las políticas socioeconómicas patriarcales, a la violencia estructural, la aporofobia, el racismo”. Aunque parezca innecesario, queremos recordar que estamos en el año 2024, con una declaración de emergencia climática aprobada en el 2019 por el Gobierno de Canarias, con décadas de denuncias de los colectivos, de personas como Cesar Manrique. Denuncias y recordatorios constantes de que Canarias es un Archipiélago y como tal, un territorio finito y acotado. Un territorio donde se ha instaurado desde los 70 un modelo económico, muy rentable para cuatro, e insostenible para nuestra tierra y nuestra gente. Siempre intuímos que el turismo masivo era destructivo para Canarias, sin conocer certeramente las malas condiciones de trabajo que hemos y seguimos teniendo; la precariedad, la brecha salarial y desigualdad respecto a otras Comunidades autónomas.
Una imagen de las consecuencias de este sistema
devastador se encuentra al entrar por Los Cristianos y echar una mirada a los
descampados de los dos municipios más ricos de Tenerife, Arona y Adeje. Aquí vamos a encontrar
las chabolas donde vive la ciudadanía
que no tiene capacidad económica para alojarse en una vivienda. La imagen es
impactante, no sólo para nosotras, también para los y las turistas , que algunas veces
se acercan a las transeúntes y preguntan. Claramente el panorama es chocante
para cualquiera, aquí tenemos la foto del resultado del monocultivo del
turismo “hoteles de 5 estrellas y
chabolas", que conviven y configuran un ecosistema sociolaboral, gracias a
las políticas económicas que se han impulsado y defendido en el archipiélago.
En FITUR a día de hoy,
se sigue vendiendo a las islas
como destino de sol y playa, aunque desde siempre se ha obviado el cuidado de nuestro océano y nuestro territorio.
Veamos la situación de la Isla de Tenerife donde cada día se incrementan
aproximadamente 1.200 altas en el servicio canario de salud, paradójicamente, en Tenerife
contamos con dos únicos
hospitales públicos que ofrecen todas las prestaciones, recordemos una vez más
que el del Sur y el del Norte llevan décadas de espera para su puesta en
marcha. Eso sí, estamos a la cabeza estatal por denuncias en la oficina de
defensa del paciente.
En el ciclo vital del agua nos encontramos con un
descontrol que solo se puede justificar con la mala gestión que se ha realizado
por quienes nos han gobernado los últimos 50 años, depuradoras a las que no les
llegan las aguas fecales, 128 puntos de vertidos de aguas residuales ilegales.
Bañarse en nuestras playas es como ducharse con el agua usada del retrete de
nuestra casa, tal vez con un tratamiento de antibiótico y algún triturado, pero
esta es la realidad, es por ello que se cierran playas de nuestra costa a
menudo y que gran parte de la población hemos visto afectada nuestra salud por
las bacterias que navegan a sus anchas entre la mierda. La contaminación del
mar con 57 millones de litros vertidos diarios, entre ellos los de las
“cloacas” de los hoteles, hace que la
calidad del agua sea pésima, no obstante
las playas se dotan con zonas de sombras y chiringuitos, por
supuesto, para favorecer la demanda
turística.
Sobre el ciclo del agua, realmente vivimos una
contradicción y es que nos quieren hacer creer que la solución es la
depuración, cuando realmente no se hace y además se vierte agua dulce al mar en
diferentes puntos, véase Jover, Playa de Castro o la Hoya del Cedro. Es
evidente la especulación y el negocio que se hace con el agua.
La escasez y restricciones es sólo para las residentes y por supuesto para el sector primario que va
menguando su producción, alejándose de la utópica soberanía alimentaria. Eso
sí, mientras se riegan kilómetros de campos de golf, se derrocha agua dulce en
las duchas de las playas y en llenar piscinas para el disfrute del turismo.
A esta realidad le tenemos que sumar la basura que nos deja esta invasión, unos 16
millones anuales de guiris visitan Canarias.
En Tenerife, somos incapaces de gestionar las 557.507 toneladas al año de las que apenas se
recicla el 12% y el problema sin resolver se suma a las otras consecuencias.
En el sector laboral que depende del turismo prima la
precariedad laboral, esto genera que la
situación de precariedad esté anclada, recordemos que nos mantenemos año tras
año entre las primeras comunidades con mayor número de personas en situación de
pobreza. El aumento del turismo está correlacionado con el aumento de mujeres
en situación de prostitución, el turismo sexual es una demanda implicita en la
venta de nuestro destino paradisiaco.
Nuestra gente joven formada y
cualificada, preparada para renovar e impulsar
la economía, la sostenibilidad de esta tierra se tiene que exiliar; es
evidente que la ausencia de diversificación económica es el eje central de la
hecatombe que estamos viviendo.
En la era de la concienciación de la importancia que
tiene el tiempo libre, su repercusión en la salud y la productividad, pretenden
adiestrar a nuestra juventud, para
servir y vivir esclavas del turismo.
Sí, porque nosotras somos la mano de
obra de este sistema que en Canarias representa la pobreza, mientras, se jactan
en decir que en 2023 se han facturado más de 20 mil millones. Seguramente la
cifra será mayor, está claro que estas multinacionales hacen negocio y
amortizan sus inversiones, mientras destruyen nuestras islas
y empobrecen a nuestra gente. Un ejemplo
es el modelo de turismo con “todo
incluido” que ha
destrozado a las autónomas y pequeñas
empresas que subsistian en las ciudades turísticas alrededor de hoteles y
apartamentos. Las Canarias y los Canarios
somos gente pobre que ni sueña con ser Clase media.
La problemática se ha ido incrementando y las que vivimos
en Canarias, no sólo no podemos pagar el
excesivo precio del alquiler tampoco podemos acceder a una cesta de la compra equilibrada. De
nuestras mesas ha desaparecido el pescado, la fruta, las verduras, el aceite de
oliva, la ilusión por un empleo decente,
el aliciente de que este modelo económico y social sea justo y equitativo,
hemos perdido hasta la calidad de vida que otorga vivir en el paraíso. Van menguando los productos de
nuestra tierra, el km 0 no existe en los planes de quienes se enriquecen a
costa nuestra.
Y es que, el Paraíso
ya no existe, lo han destruido, nos lo han robado. En los últimos años
hemos visto cómo se filmaron varias
películas en territorios protegidos, sin
control, porque no tenemos suficientes guardas medioambientales, cada día
vemos como se disfruta destrozando
nuestros lugares ancestrales, nuestra
historia, nuestra cultura, lo hace
cualquiera y es que da igual sea un influencer que se graba y emite
mientras atenta contra un espacio natural
o una empresa Belga que se ha adueñado de nuestras Tierras y arrasa con
yacimientos así como con flora y fauna
en peligro de extinción. Como dice Padilla en su viñeta a 0 euros, y es que, ni
multas ni Ecotasa para invertir en la conservación y mejora de nuestro
Ecosistema. Eso sí, mientras en FITUR, quienes gobiernan, celebran los más de
48 millones de pasajeros, y regalan nuestra riqueza, nuestros espacios protegidos
incluso el Parque Nacional del Teide que es patrimonio de la humanidad. Regalan
a cualquier postor la devastación del territorio a favor de las grandes
empresas hoteleras y las constructoras. Regalan nuestra riqueza a una industria carroñera que se alimenta de nuestros
recursos.
En resumen aquí en la colonia, en el archipiélago Canario celebramos FITUR y su
todo vale, todo está incluido, “destrucción y contaminación del territorio,
pobreza, esclavitud, precariedad, borrado de nuestra historia, ineficicacia en
la gestión del territorio, en la puesta en marcha de los servicios necesarios,
en la reorganización de la movilidad y diversificación económica”. Y ahora que
no nos vengan a contar lo contrario con discursos que no se han ni se van a
materializar.
Tenerife a 25 de enero de
2024
Antonella Aliotti
María José Belda Díaz
ExConcejala del
Ayuntamiento de Arona. ExConsejera del
Cabildo de Tenerife
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