miércoles, 17 de enero de 2024

PALABRAS A MARIO VARGAS LLOSA

 

PALABRAS A MARIO VARGAS LLOSA

JOSÉ LUIS MERINO

Leí su novela Conversación en la Catedral, años atrás. Pese al tiempo transcurrido, guardo una imagen de su libro; cuando asegura llevar en su interior un “sartrecillo valiente” (se refería al escritor-filósofo francés Jean Paul Sartre, como remedo del cuento El sastrecillo valiente).

Leyendo a Sartre encontró a quien mejor había ensayado sobre el arte de narrar.

Ahí no estaba sólo la materia de su magistral novela. Mas el sumo logro sería llegar a rebatirle al maestro en alguno de sus pasajes. Lo que cuenta es intentarlo, una y otra vez.

En 2010 Mario Vargas Llosa es galardonado con el Premio Nobel de Literatura. En 1964, le otorgaron el Nobel al propio Jean Paul Sartre. Pocos días después, los académicos suecos recibieron la negativa de Sartre a aceptar el Nobel. No era el gesto del rebelde que habitaba en él. Había algo más.

Para sí lo hubieran querido cuatro de los grandes escritores, en cuatro lenguas diferentes, como James Joyce, Marcel Proust, Franz Kafka y Jorge Luis Borges.

En el discurso de la Academia de Suecia, el Nobel Vargas Llosa inició su discurso con viva defensa de los indígenas iberoamericanos.

Citó a César Vallejo, junto a un trivial textito. Desconozco el motivo de no querer aprovechar la ocasión de elogiar al poeta. Lo haré yo.

Quisiera ser breve. El profesor Volodia Teitelboin, biógrafo de Gabriela Mistral y Pablo Neruda, vino a Bilbao a dar una conferencia. El director de la edición vasca de El País me pidió que fuera con un fotógrafo a entrevistarle. Así lo hice. El profesor lo sabía todo de la poesía y los poetas. Me habló hasta de Juan Rulfo y de su magnífica novela, Pedro Páramo, muy elogiada por Borges. “Tal un día como hoy, muchos años antes, en 1970, entrevisté a Juan Rulfo en México”. “Cómo pasa el tiempo, señor Merino”. “Dígamelo a mí, señor Teitelboin”.

La entrevista llegaba a su fin. “César Vallejo es el mayor poeta en lengua española, de Quevedo y Góngora a nuestros días”. Llegó la lacónica respuesta del señor Teitelboin: “Sí, César Vallejo fue el poeta del hambre”.

***

Vuelvo al discurso de la Academia. El señor Vargas Llosa, en dos ocasiones, mencionó cuatro palabras bélicas. Armas de Destrucción Masiva, las cuales pasaron de boca en boca por medio mundo. Nadie conocía su origen. Solo tres hombres conocían su historia. Todo se inició con los antiaéreos estadounidenses bombardeando sin piedad el territorio de Irak. Los soldados iraquíes repelieron la agresión con armas convencionales, porque no tenían armas de destrucción masiva ni las tuvieron nunca. Aquellos tres hombres que arrasaron Irak, siguen llamándose George Bush (USA), José María Aznar (España) y Tony Blair (Reino Unido).

Pasados algunos años de la mal llamada guerra de Irak, el Primer Ministro Inglés, Tony Blair, acudió al prestigioso medio británico de la BBC, para dar las siguientes noticias:

Los tres responsables de la ofensiva contra el régimen de Sadam Husein, George Bush, José María Aznar y yo mismo, aun sabiendo que el ejército iraquí carecía de armas de destrucción masiva, emprendimos el ataque al territorio de Irak. Fue un acto criminal contra la población civil. Pido perdón con toda el alma en nombre de mis compatriotas y en el mío propio por los miles de muertos causados y por los destrozos a la población. Que los otros dos mandatarios no deseen pedir perdón a nadie, quede para ellos. La infamia criminal es un hecho compartido de lesa humanidad.

Pienso en aquellos niños de Irak que no podrán ver más la luna y las estrellas ni escucharán las canciones de los nidos…

Imagen de portada: Mario Vargas Llosa, Premio Nobel de Literatura | 29/11/2018 – Flickr | Detalhes da licença – Criador: Casa de América 

 

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