AMADA/ESCENA 4
DUNIA SANCHEZ
ESCENA 4
VOZ DEL FONDO:
De repente como caballo desbocado la cumbre tiembla. Al derredor el ardor de una tierra que estalla en cenizas como borrachera engendrada de un volcán. Las humaredas desgarra los ojos atentos ante el desvarío de las entrañas de la tierra. Un desvaría que hace que los ojos naveguen en ciénagas del terror. Una explosión. Otra explosión. Una corriente de fuego lamiendo las laderas de esa cumbre. Amada...¡Amada¡ Despierta ….despierta Amada tu amado Pablo aun no ha vuelto al hogar. Amada…¡Amada¡ Despierta….despierta Amada. Y Amada siente un mal pronóstico. Se levanta airada, brusca, violentada con sus pasos acelerados fuera de la cueva. A través de sus ojos el ademán de la desgracia, de la traición ¡Pablo¡ ¡Pablo¡ grita con la intensidad estremecedores de una tierra moviéndose vertiginosamente, hacía el abismo. Y Amada sin el temor de la nada, del vacío, se vuelca en su búsqueda. Desnuda se erige a ese epicentro de la erupción con su vientre abultado.
AMADA:
¡Pablo¡ ¡Pablo¡…Ah,
querido mío. Todavía nos has llegado y esta cumbre se ciega, se hace sorda de
tu aliento. Ah, querido mío ¿Dónde estás? Voy a por ti amado esposo ¡Pablo¡
¡Pablo¡ Todo se quema, todo es muerte pero tú no amado mío. Pablo del alma mía,
respóndeme. Escucha amor mío ¿estás cercas? Contesta por el amor de los
espíritus de nuestros antepasados. Aquí estoy querido mío. No me ves ¡Pablo¡
¡Pablo¡ un puñal atraviesa mi pecho. Un puñal se clava y se clava en mis sienes.
Un puñal raja mi garganta. Un puñal me amenaza con el tormento. Pablo del alma
mía, respóndeme. Di algo amor. Caigo y caigo en los pozos del horror, de lo
terrible y una pena me persigue, una pena me atosiga, una pena me muerde, una
pena que me impide ser ojos de tus ojos, mano de tu mano ¡Pablo¡ ¡Pablo¡ ay,
querido mío.
VOZ DEL FONDO:
Y la cumbre
tiembla. Y las campanas redoblan ante la desgracia. Todos miran a la cumbre. Escuchan el jadeo de la pena, del
llanto de Amada. Todos se miran. Y las campanas redoblan ante la desgracia. Los
valientes salen del pueblo en sentido de la atrocidad, de lo aberrante de la
muerte. Los valientes buscan a Pablo. Los valientes temen por su vida. La
extrañeza llega a todos cuando de
inmediato se hace silencio. Un silencio pronunciando muerte….muerte. Los
valientes se miran. Los valientes desatan chispas de lágrimas ante el quejido
de Amada. Los valientes vuelven al pueblo. Y las campanas redoblan ante la
muerte. Y las campanas cantan a la amargura de los valientes que han vuelto.
Todo es callado. Todo es sombra. Todo es muerte.
AMADA:
Oh , querido Pablo.
Estás durmiendo? Despierta querido, tenemos que volver a casa. Ah, querido
Pablo te has ido sin esperarme. No respiras Pablo ¡Porqué Dios del universo¡ No
Pablo. Pablo no, no te vayas. Toca…toca mi estómago. Aquí tu hija. Oh, querido
Pablo…
VOZ DEL FONDO:
Amada descompuesta.
Amada destruida. Amada se lo lleva arrastrando hasta sus tierras ¿ A dónde vas
Amada? Lo que tanto amas te lo ha arrebatado ¿A dónde vas Amada? Las almas del
ayer siguen su ruta en un quejido sutil. Las almas del ayer lloran la muerte de
Pablo, la desdicha de Amada.
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