JORGE BRITO, EL FINANCISTA DE
LAS CUATRO ESTACIONES
POR
EDUARDO SANGUINETTI(*)
Jorge Brito perdió la vida este viernes en un accidente aéreo.
Que me hagan sonreír quienes gobiernan, los poderosos de turno, no es casualidad, pues siento y pienso que no hay nada que exaltar, mucho para condenar, demasiado para acusar, pero no puedo dejar de mencionar que hay tantas cosas risibles, todo es risible cuando se piensa en la muerte.
He conocido a Jorge Brito en los lejanos años de mi infancia, éramos vecinos en el barrio de Belgrano "R", como también lo era Jorge Neuss y su hermano Germán, con quienes en aquel tiempo transitamos instancias asimiladas a los "dorados años de la infancia", tan lejanos a los avatares que el destino propone y uno, cual sujeto del mismo dispone.
Jorge pierde a su
padre -un oficial de la Policía- siendo niño, la madre, una mujer entrañable y
perspicaz, conformaban junto a su hermana mayor, el hogar de la familia Brito,
sito en la calle Capitán General Ramón Freire.
Construir un relato
de infancia y juventud es grato y nostálgico, conociendo sobre todo el final...
pero no deseo dejar de mencionar al grupo de "chicos" del barrio,
como Mariano Aguilar, Germán Neuss, Pablo y Pedro Richards y otros, cada uno
con sus particularidades, que quedaron legitimadas en actos de vida, según
transcurrieron los años de la existencia de todos.
Jorge fue alumno
del colegio Juan XXIII. acostumbrado a caminar por el barrio, con cadena en la
cintura, acompañado de su perro "Sombra", un ovejero belga. No
recuerdo si le interesaba el conocimiento de grandes hombres de la historia o
la poesía, pero no abandonaba jamás el deseo de llegar a ser un hombre de
negocios poderoso, lo cual logró con empeño y ayuda de "amistades"
ocasionales, que fue granjeando en su vida, asimilado a la tabla de autoridades
de todos los gobiernos, desde los ´70 al presente.
Jorge, como no se
ignora, fundó junto a su cuñado Delfín Jorge Ezequiel Carballo, la compañía
financiera Hamburgo, luego Anglia. Como sucede casi siempre, con los conocidos
del barrio, perdimos contacto a fines de 1969, cuando los Beatles se separan y
los 60 pasan a ser un recuerdo mítico.
Me voy para siempre
del barrio y comienzo a desandar los caminos de mi vida, dedicándome por entero
a mi vocación por las humanidades, el comienzo de la construcción de mi obra
filosófica, poética y performativa. Jorge en su devenir, pasó a ser comidilla
del espacio público, donde se relataban sus 'hazañas financieras' en mesas de
dinero. Ambos, Jorge Brito y Delfín Carballo, siempre tuvieron una gran
capacidad para establecer vínculos tanto empresariales como políticos: el
ascenso estaba asegurado.
En tiempos de
dictadura, las mesas de dinero brotaban de manera delirante en Buenos Aires,
Brito y su grupo, no dejaron de lado ninguna oportunidad que se les ofreciera
para sumar poder financiero, de allí deviene la leyenda oscura, fraguada en
libros y notas periodísticas, sobre cómo se configuraron los negociados de
Jorge con el poder. No olvidemos que Buenos Aires es una "Gran
Aldea", con alcahuetes de todo tipo, apuntalados por la siempre presente
corporación mediática.
Brito y Carballo
fueron socios, confidentes, cuñados y complementarios, aunque la opinión
pública conoce más a Brito (rostro público del grupo financiero), esto resultó
vital en el inicio de la democracia, con Raúl Alfonsín como presidente, cuando
se quedaron, según informan periódicos de la época, con la Financiera Macro,
fundada por José María Dagnino Pastore, Alieto Guadagni y Mario Brodersohn
(conocidos por la consultora Econométrica), que Brito y Carballo reconvirtieron
en Banco Macro, autorizado por el Banco Central a operar como banco comercial,
con ayuda inestimable del gobierno radical y sus funcionarios. Lograron un
vínculo clave, con el ex Banco Río, Chrystian Colombo, por entonces cercano
familiarmente al inefable Enrique "Coti" Nosiglia, con quién jugó
fuerte.
En el ocaso
alfonsinista, recuerdo haber leído en medios gráficos de aquel tiempo, que el
Macro logró una alianza con el clan Yoma, recibiendo redescuentos y la entidad
otorgó una línea de crédito para comercio exterior a la curtiembre de la
familia política de Carlos Menem. Cuando la empresa colapsó, el único acreedor
que recobró su deuda fue el Banco Macro.
En el gobierno
menemista, el Banco Macro se hizo cargo, en forma progresiva, del Banco de
Salta, Banco de Misiones, Banco del Noroeste, Banco de Jujuy, Bansud, el 35 por
ciento de Scotiabank Argentina, Nuevo Banco Suquía, Banco Empresario de
Tucumán, Nuevo Banco Bisel, Banco de Tucumán y Banco Privado de Inversiones.
Jorge Brito apostó
a Menem con todo su potencial en los 90, como también en el intento de
reelección del "Turco" en 2003. La recordada Fundación Argentina
Solidaria, fue el canal para el manejo financiero de aquella campaña,
operatoria investigada por la justicia. Este vínculo de Brito con Menem,
provocó quizás cierta resistencia de Néstor Kirchner en su primer tiempo como
presidente, a hacer participar del ‘juego del poder’ a Jorge Brito, quien supo
hábilmente doblegar a Kirchner, hasta terminar siendo bautizado como “el
banquero de los Kirchner” en los cables de la diplomacia estadounidense, que
expuso WikiLeaks ampliamente.
El holding del
Banco Macro, cotiza en Nueva York en forma de ADR, está formado por Macro Bank
Limited, Macro Securities S.A. Sociedad de Bolsa, Macro Fiducia S.A., Banco
Privado de Inversiones S.A. y Macro Fondos S.A, Macro Securities, Fundación
Macro Bansud y Sud Inversiones y Análisis. A la vez ocurrieron
diversificaciones en los negocios, según cronistas de economía y finanzas,
hasta emprendimientos independientes de Brito y Carballo (tiempo de tregua de
Carballo en el Macro), para luego volver con modificaciones importantes en la
estructura, para apostar por una profesionalización de la industria bancaria
como lo es la reconversión global, tan nefasta para el país.
Por cuestiones
personales, se llevó mal con Mauricio Macri presidente, instancia que no le
impidió a Brito seguir ampliando sus negocios durante el gobierno de Cambiemos.
En 2018, la
Inversora Juramento S.A. fue denunciada penalmente por la ONG internacional
GreenPeace al detectar mediante vuelos e imágenes satelitales que la firma taló
más de 700 hectáreas de bosques protegidos por leyes nacionales en las fincas
Jumialito, Pozo del Breal y Pozo de la Pichana. Jorge Brito era el principal
accionista de dicha firma radicada en 1992 en el sur de Salta para instalar el
primer Feedlot en el NOA y uno de los más importantes del país.
La empresa de
ganadería intensiva fue denunciada por producir contaminación, así como el
gobierno provincial fue acusado de no requerirle a la empresa controles ambientales
siendo una mega producción que se extiende en 90.000 hectáreas. Según publicó
Cuarto Poder, Natalia Godoy, hija del presidente de la Cámara de Diputados
salteña -Santiago Godoy- es la directora de la firma.
Con Alberto
Fernández en la Rosada, Brito fue anfitrión de los encuentros que junto a
Sergio Massa (su amigo o algo así), le organizaron a Máximo Kirchner con el
establishment económico.
En estos días se
manifestó en entrevista concedida a Infoabe, contrario al bono solidario que se
debatió en el Congreso, avizorando una "Rebelión fiscal" si la ley
era aprobada. El destino impuso criterio, y su fallecimiento jugará la suerte
del poder económico, como un niño que juega con cuentas, desviando la mirada a
otros ávidos actores, que cual costumbre no permitirán el despegue de la
Argentina hacia un destino de grandeza, en igualdad, libertad y verdad.
Resulta indigno,
que los medios todos, sus informantes, políticos y demás fauna que conforma el
espectro socio- político-cultural de la República Argentina, eleven a categoría
de prócer a quien sólo supo ser un financista, devenido en banquero, ocupación
que William Shakespeare inmortalizó, mencionando a tal tarea, degradante por
cierto, como "la de un mercader".
Parafraseando la
inmortal frase de Bertolt Brecht en su obra “La ópera de los tres centavos”:
“¿Qué es robar un banco comparado con fundarlo?”
(*) Filósofo y
poeta
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