VENEZUELA: YA NO ES
COSA DE VOTOS Y ACTAS, ES DE ENFRENTAR Y VENCER LA MULTI GUERRA IMPERIALISTA
“Al
Imperialismo ni un tantito así”
En
la guerra global infinita que EE UU, con su PENTÁGONO, su CIA y su OTAN, libra
para detener su inevitable decadencia, el capítulo venezolano tiene una
importancia singular; sumamente relevante en Nuestra América para el destino de
su lucha por la segunda independencia y la emancipación social de sus pueblos.
No nos quedemos en la superficie, esforcémonos por salirnos de las hojarascas, de los votos y las actas; cruzados, revueltos y contaminados por esa guerra a cargo de todo el sistema imperialista occidental, comandado por EEUU.
Venezuela
es un tesoro de agua, petróleo, biodiversidad… Cuenta con enormes yacimientos
de hierro, bauxita, níquel, carbón, oro, diamantes, calizas y otros minerales
no metálicos; además de importantes prospecciones de amianto, fosfato,
manganeso, azufre y plomo.
Hacia
esas riquezas y contra su nueva independencia y los nuevos impulsos
continentales en esa misma dirección, apunta la voracidad y el coloniaje brutal
de un sistema imperialista decadente, que desde el 2002 ha desplegado una multi
guerra global con la misión imposible de restablecer su diezmada supremacía.
Se
trata de una guerra no convencional, que dura ya más de dos décadas.
De
una guerra colonial de quinta generación.
De
una guerra múltiple: financiera, económica, mediática, tecnológica,
cibernética, psicológica, paramilitar, guarimbera, terrorista…presta a la
invasión militar con las armas más modernas del planeta.
De
una guerra de desgaste progresivo y ascendente, heroicamente resistida.
Bloqueo
económico, embargo financiero, terrorismo digital, híper bombo de mentiras
alienantes, sabotajes al sistema eléctrico, al sistema electoral, a todos los
sistemas establecidos.
Atentados
y agresiones violentas.
Desabastecimientos
brutales.
Asfixie
alimentaria y estrangulamiento al sistema de salud.
Sabotajes
eléctricos y electrónicos.
Migraciones
masivas forzadas.
Infiltración
del paramilitarismo militar colombiano.
Apoyo
y estímulo al neofascismo hasta convertirlo en una fuerza amenazante, violenta,
desestabilizadora, conectada al paramilitarismo colombiano, a la CIA y al
Mossad israelí.
Cerco
político hostil desde una cadena de países de la Unión Europea, Norte y
Suramérica.
Estados,
partidos, cadenas de medios de comunicación y de corporaciones conjuradas en la
infame tarea de hacer sucumbir la Venezuela bolivariana y chavista.
Plan
Guaidó: establecimiento de un gobierno fantoche, sin estado, sin base real,
ridículamente respaldado por todo sistema imperialista occidental y sus aliados,
incluido el fenecido Grupo de Lima; todo a nombre de la democracia y la
libertad.
Plan
fracasado precisamente por la resistencia heroica del bravo pueblo venezolano,
por la firmeza de un proyecto de profundo arraigo popular, impresionante
combatividad y formidable capacidad de movilización; enfrentado con la altivez
de un proyecto de revolución hasta ahora pacífica, pero a la vez armada.
Plan
fracasado, pero no definitivamente abandonado.
- HACIA UN NIVEL MÁS ALTO DE LA CONFRONTACIÓN.
Entramos
ahora a un nivel más alto de la agresión imperialista, a una nueva fase de la
guerra desatada y progresivamente intensificada.
Esa
guerra ha impactado con más fuerza que antes al escenario electoral, bajo un
liderazgo netamente neofascista, instrumentado por EEUU con la complicidad de
Europa Occidental y todo su sistema hemisférico.
Los
resultados electorales, enmarañados por diferentes vertientes de la guerra y la
confrontación forzada, ya cuentan poco.
La
participación en los comicios fueron solo un pretexto para irrumpir con un
nuevo plan tipo Guaidó y un nuevo grupo continental tipo Grupo de Lima
ampliando, bajo la férula de los Milei, Noboa, Bolsonaro, Murillo…apelando a la
escoria de la OEA y operando desde la cúpula del Estado Profundo y la claque
bipartidista estadounidense.
El
Plan Corina está en marcha, con ingredientes todavía más peligrosos.
En
estas circunstancias no han faltado la ambivalencia de Lula, el resbalón
pro-gringo de Arévalo, la reiteración de la gran traición de Gabriel Boric y
las canalladas reincidentes de Luis Abinader y de otros de igual calaña.
- UNA GUERRA QUE TRASCIENDE EL ATAQUE A MADURO.
No
es una guerra simplemente contra el satanizado Nicolás Maduro que, con enormes
limitaciones y dificultades de todo tipo, ha resistido junto a su pueblo las
embestidas imperiales.
Es
una guerra contra la autodeterminación de un pueblo y de un continente. Una
guerra para recolonizarlo, imponer un ultra neoliberalismo y un fascismo
neocolonial
Tampoco
es una guerra para abolir una supuesta dictadura y para destituir a un supuesto
dictador.
Ciertamente
la condición de país bloqueado, sometido a esa guerra, y el accidentado devenir
de un proceso transformador constantemente agredido por un poderoso sistema
mundial, ha impedido que la democracia plasmada en la Constitución Bolivariana
pueda ser desplegada en su debida dimensión y profundidad.
El
modelo constitucional actual tiene, por demás, componentes liberales en las
relaciones institucionales, en el sistema electoral y de partidos, en la
formulación de la separación de poderes propios de la democracia
representativa, que facilitan y resultan vulnerables por el accionar
contrarrevolucionario.
En
ninguna transición revolucionaria, sometida a esos grados de violencia, a una
guerra de ese tipo -todavía con fuerte presencia del gran capital local y
transnacional que a su vez sustenta el partidismo tradicional y las nuevas
derechas- es posible aplicar esas vertientes del modelo establecido.
La
centralización ha sido forzada por esas adversidades y por los retrasos en
materia de democracia directa y socialización de la propiedad y del poder.
La
defensa de la soberanía amenazada ha estado acompañada de un freno al proyecto
socialismo y al tipo de democracia que le corresponde, que nada tiene que ver
con los modelos liberales y neoliberales; mucho menos con el fascismo
disfrazado de democracia, que las ultraderechas venezolanas y sus tutores
tratan de imponer a como dé lugar.
- LA GUERRA CONTRA VENEZUELA BOLIVARIANA CONTINÚA.
Todas
las ilusiones de reconciliación y de paz no han tardado en desvanecerse. Igual
todos los intentos de insertarse tranquilamente en el mercado y las economías
del capitalismo occidental.
EEUU
está en guerra contra todo lo que no es su cada vez más precario mundo
unipolar, frente a todo lo que huele a soberanía y autodeterminación.
Está
en guerra con diferentes recetas, que van desde las aplicadas en Irak,
Afganistán, Siria, Libia, Yemen, Palestina…desde la guerra puesta en práctica
en la antigua Yugoslavia y actualmente ejecutada contra Rusia en Ucrania…desde
de la que apunta contra China e Irán…hasta las desplegadas contra Cuba,
Nicaragua, Venezuela, Honduras, Haití y Bolivia.
Si
el enemigo está en guerra, sus víctimas están forzadas a la confrontación o a
perecer.
Así
las cosas, con un enemigo así, no hay reconciliación posible. Hay que tirar por
la borda esa ilusión.
La
paz anhelada solo se logra venciendo la guerra a cargo del gran capital y
derrotando a quienes la usan para dominar y oprimir.
Esto
ha quedado confirmado en estos días venezolanos.
EEUU
y el fascismo interno han escalado la guerra con el pretexto del fraude.
Ahora
esto no es cuestión de buscar votos y actas en medio del tumulto.
Mucho
menos de aceptar reclamos de una oposición encabezada por agentes de la CIA.
El
nuevo plan desestabilizador -posiblemente con un nuevo montaje de gobierno
paralelo y acompañado de una gran orquestación regional y mundial- está en
marcha para fomentar la ingobernabilidad y exigir nuevas elecciones
intervenidas por la OEA y tuteladas por la comunidad internacional pro
imperialista.
El
nuevo Guaidó, es el agente especial de la CIA, Edmundo Gonzáles, manipulado por
una María Corina Machado, de pinta similar y fuerte impronta
golpista-terrorista,
Eso
no se disuelve cediendo, sino poniendo en tensión todo el poder armado, regular
y miliciano, disponible, como factor disuasivo; elevando los niveles de
movilización popular y la disposición combativa, activando todo el poder
comunal construido; cerrándole espacio a todo lo que pretenda aplastar la soberanía
ve resolana y fomentar la intervención militar imperialista; desmantelando el
paramilitarismo y proscribiendo todo lo que esa fascismo terrorista y
neocolonial.
- UN GOLPE DE TIMÓN A LO CHÁVEZ.
Me
parece que es la hora de un gran golpe de timón en esas direcciones, recordando
además las postergadas recomendaciones del comandante Chávez.
Hora
de repensar la democracia del proceso de transición revolucionaria tan pronto
se derrote la sedición y se estabilice la situación.
El
modelo original, deformado por necesidades imperiosas e improvisaciones
forzadas, da la impresión que ya está agotado.
Exige,
a mi entender, una reflexión crítica de alto nivel creativo, una práctica
diferente y una nueva reforma constitucional.
La
democracia de la transición revolucionaria en tiempo de una guerra como éste,
debe abrirse más hacia el pueblo, construir más espacios participativos y
revitalizar los poderes populares y comunales; cerrándole a la vez espacios y
complacencias infructíferas a los agentes de la contrarrevolución imperialista.
La
defensa de la revolución bolivariana tiene en Rusia, China e Irán –países
compelidos a la multipolaridad y al distanciamiento del afán hegemónico de
EEUU- aliados internacionales poderosos y tiene también la oportunidad de ser
parte del nuevo polo de los BRICS en proceso de ampliación.
El
proceso bolivariano tiene en Cuba un bastión solidario y así en todos los
estados soberanos y en los movimientos político y sociales del campo
antiimperialista y anti neoliberal.
En
el marco de esta nueva correlación mundial, el despliegue en mayor escala de
las fuerzas políticas, sociales y militares en que se ha sustentado el proceso
bolivariano-chavista y la solidaridad de estados y pueblos en lucha, son una
formidable combinación para resistir, vencer y profundizar los cambios.
Y
en días así, no caerían mal nuevas visitas de algunos buques de guerra rusos,
chinos o iraníes a puertos venezolanos.
Junto
a no cederle “ni un tantito así” a ese imperialismo insolente y agresivo en su
decadencia, procede demostrarle que el mundo multipolar llegó para imponerse.
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