lunes, 19 de agosto de 2024

TIEMPOS DUROS PARA LOS NIÑOS Y NIÑAS


TIEMPOS DUROS PARA LOS NIÑOS Y NIÑAS

FRANCO BERARDI (BIFO) 

 

Foto: Unicef

Tiempos duros para los niños y las niñas. Los israelíes se centran especialmente en ellos, los supuestos terroristas del mañana. Para los nazi-sionistas, sus vidas no valen nada. Pero la vida no sólo es dura para los niños y niñas palestinos. Es dura para todas las criaturas de todo el mundo. La guerra se extiende a innumerables zonas del planeta y el clima es cada vez más caluroso. En su película Cafarnaum, la directora libanesa Nadine Labaki pone en escena a un niño de 12 años, refugiado sirio en Beirut, que comparece ante un tribunal tras haber decidido incoar un proceso civil contra sus padres. Cuando el juez le pregunta por qué quiere demandar a sus padres, Zain responde: «Porque nací» (o, más exactamente, «porque me trajeron al mundo»). ¿Qué es la vida para un niño sirio obligado por la guerra a refugiarse en Beirut, sino un infierno? Pero no sólo en Gaza y en Siria la vida es un infierno para los niños y las niñas.


Tomemos a modo de ejemplo Estados Unidos, donde la facilidad para adquirir armas permite que jóvenes infelices maten a niños y niñas en escuelas y supermercados antes de suicidarse. Es bien sabido que la infelicidad se extiende como un incendio en el bosque en ese país a juzgar por la venta de antidepresivos. Así pues, podemos predecir que los niños y niñas correrán cada vez más el riesgo de ser asesinados. Lo cual no es el peor de los destinos.

Sin embargo, los supremacistas blancos quieren que las mujeres no dejen de procrear a las víctimas del sueño americano, que se basa en el trabajo duro, la dura competencia, el fentanilo, las armas y los proyectiles. Por ejemplo, la nueva gloria del sueño americano, J. D. Vance, cree que tener hijos es un deber nacional. Hace unos años, en su novela Hillbilly Elegy (2016), Vance relataba el alcoholismo de sus abuelos y el historial de drogadicción de su madre. Pero como el joven Vance no era un idiota, consiguió ir a Yale. Para ser exactos, antes de ir a Yale Vance fue a Iraq para luchar en una guerra criminal en la que murieron innumerables niños y niñas. Pero si uno tiene que ir a matar criaturas para entrar en la prestigiosa Facultad de Derecho de Yale, entonces uno pensaría que la vida para la gente de ese país no es realmente tan hermosa. Sin embargo, J. D. Vance no está de acuerdo y desprecia a las mujeres que no aceptan tener hijos para la patria. Refiriéndose a este tipo de mujeres que traicionarían a Estados Unidos con su comportamiento, Vance pronunció estas palabras:

Un puñado de señoras estrafalarias, cuya única ocupación es cuidar gatos, que no tienen hijos, que están descontentas con sus propias vidas y con las decisiones que han tomado y que, por lo tanto, quieren hacer infeliz también al resto del país.

Lo que es falso y repugnante en esta frase es la identificación de la miseria psíquica con la decisión de no tener hijos. Vance es un hombre, está orgulloso de ser estadounidense y está dispuesto a ir a Iraq para realizar su sueño americano, pero cada vez menos mujeres en el mundo (y también hombres) están de acuerdo con él. Y ello también se verifica en Estados Unidos, donde un número récord de mujeres está optando por no tener hijos: 21,9 millones de mujeres estadounidenses de entre 20 y 39 años no habían dado a luz en 2022, alcanzándose con estas cifras un mínimo histórico, según el Census Bureau estadounidense.

¿Por qué deberíamos tener hijos? ¿Por qué debemos entregar a personas inocentes a las máquinas asesinas de la guerra, al apocalipsis climático y a una explotación laboral cada vez más brutal? ¿Por qué debemos contribuir a la superpoblación en condiciones de escasez de agua?

De acuerdo con informes de encuestas recientes, el porcentaje de adultos estadounidenses menores de 50 años que no tienen hijos y que probablemente nunca los tendrán ha aumentado 10 puntos porcentuales entre 2018 y 2023, pasando del 37 al 47 por 100. En 2022 nacieron casi 134 millones de niños en todo el mundo, lo cual supone una media de 367.000 recién nacidos cada día. Aunque pueda parecer una cifra elevada, en realidad es el número más bajo de recién nacidos registrado desde 2001. Y podemos apostar a que esta cifra descenderá, a pesar de Vance y de todos los guerreros patriarcales adalides de la supremacía blanca. Si el fascismo del siglo pasado era la movilización de jóvenes eufóricos que querían hacer la guerra y conquistar colonias, el fascismo de hoy es la movilización obligatoria de energías que no tenemos ningún deseo de movilizar. Ante todo, el fascismo es una campaña concebida para aumentar la natalidad. Incitando a los europeos a ir a la guerra contra Rusia, Emmanuel Macron dijo que Europa no solo necesita un rearme militar, sino también un rearme demográfico.

El problema es que cada vez más mujeres se dan cuenta de que vivir en el futuro será probablemente horrible, así que la pregunta es: ¿por qué deberíamos tener hijos? ¿Por qué debemos entregar a personas inocentes a las máquinas asesinas de la guerra, al apocalipsis climático y a una explotación laboral cada vez más brutal? ¿Por qué debemos contribuir a la superpoblación en condiciones de escasez de agua?

No hay razón alguna para movilizar nuestras energías psíquicas en favor de una sociedad que sólo sobrevive chupando la sangre psíquica y económica de los que tienen la desgracia de haber nacido.

El principal problema político actual es un problema filosófico (o biopolítico, si se prefiere). La cuestión es: ¿es la vida un bien en sí misma? ¿Debemos pensar que la vida es un bien, aunque se esté convirtiendo en una cámara de tortura? Si crees que es justo traer al mundo a alguien que no te pidió venir a un planeta invivible, si crees que tienes derecho a obligar a alguien a vivir en un lugar donde la esclavitud, la aridez, la depresión y la guerra anulan la posibilidad de cualquier placer, adelante.

Pero cada vez hay más personas en el mundo que abandonan la tarea de dar a luz a las víctimas de un mundo destruido por el capitalismo.


Recomendamos leer: Franco Berardi, «Bifo», «Thomas Matthew Crooks», Diario Red y la serie de artículos publicados en el El Salto.

Articulo originalmente aparecido en Il disertore y publicado en Diario Red con permiso expreso de su autor.

 

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