CRÓNICA DE UN "CANARIO" POR
EL NORTE DE ESPAÑA.
ELOY
CUADRA
No vi ningún
pobre en El Bierzo, no vi gente pidiendo en la calle, ni poblados de chabolas,
ni personas viviendo en coches, en caravanas o en casas ocupadas, supongo que
es parte de la despoblación de la que les hablo, no están porque se marcharon a
buscarse la vida a otro sitio, o quizá porque las redes familiares e
institucionales de protección funcionan mejor, porque la vivienda es muchísimo
más barata, como la vida en general. Una anécdota sobre esta diferencia tan
abismal entre Canarias y El Bierzo, en la cesta de la compra por ejemplo: nos
paramos en una pequeña aldea junto a un río a estirar las piernas, y en una
ventita nos dio por comprar una botella de agua de litro y medio y algo menos
de dos kilos de fruta, entre manzanas, peras y melocotones; cuando le pedí a la
señora que me cobrara me dijo que eran dos euros y pico, le pregunté si se
había equivocado, pero la cuenta estaba bien; en Canarias eso mismo habría
costado tranquilamente el doble. Comparación ventajosa dirán algunos,
porque las peras, las manzanas y los melocotones se cultivan por allí y no
tanto en Canarias, ¿pero qué me dicen de los aguacates que sí se cultivan en
Canarias y no los hay en ningún lugar del norte de España? Varios días después
ya en Santiago, pensamos en hacernos una ensalada para cenar y paramos en una
céntrica tienda de frutas en pleno casco antiguo de la capital gallega, para
nuestra sorpresa había aguacates de Málaga a dos euros y pico el kilo, cuando
en Canarias llevamos tiempo con los aguacates rondando los 10 euros. En
resumen, si un día hiciéramos una comparativa real bien documentada entre lo
que le cuesta a cualquier español de la mayoría del país comer al mes y lo que
le cuesta a un canario, nos sorprenderíamos de lo pobres que somos en las Islas
por culpa de estos sobrecostes tan exagerados a beneficio de unos pocos
haciéndose de oro, con la cooperación imprescindible de nuestras
administraciones canarias corruptas y clasistas hasta decir basta.
En el Bierzo
son muy pocos los turistas como digo, son pocos en verano, imaginen en invierno
con el frío que hace. Pero tienen muchas ecotasas y no hay el más mínimo
problema. Así, para ver el Parque Natural Patrimonio de la Humanidad de Las
Médulas te obligan a dejar el coche en un parking a razón de 4 euros y subir
andando, para ver el Castillo de los Templarios de Ponferrada tienes que dejar
6 euros en taquilla, son 3 euros para el Castillo de Cornatel, 8 euros para la
Catedral de Astorga más allá de El Bierzo, y suma y sigue con la mayoría de
lugares de interés turístico de León, con aforos limitados incluidos. En
Canarias en cambio los turistas lo abarrotan e inundan todo, pero no les
cobramos por nada. Quizá porque no tenemos catedrales góticas ni castillos
medievales, porque nuestro patrimonio es casi enteramente natural, pero
ustedes saben tan bien como yo que no es ese el motivo, otra vez es nuestra
clase política corrupta, clasista, acomodada y servil que es incapaz de mirar
por el bien del Archipiélago y su sostenibilidad, por las necesidades de
nuestra gente. Y es curioso porque entre tanta visita monumental casi lo que
más nos gustó fue un salto de agua en un río formando una espectacular catarata
natural que va a dar a una especie de lago rodeado de bosque, en una postal que
parece sacada de una película de aventuras. Pudimos llegar hasta allí porque
conectamos con gente del lugar que nos hablaron del sitio y nos indicaron el
camino, y es que el spot más espectacular de El Bierzo no está en las guías
turísticas, no está en los vídeos de YouTube que te hablan de las maravillas a
visitar, y por no tener no tiene ni acceso indicado, hay que ir a pie monte y
bosque a través con alguien del lugar que te lleve, quizá porque allí cuidan
sus joyas de la masificación turística, ¿imaginan algo así en Canarias?
Pero no todo
fue El Bierzo, un lugar al que volvería sin duda, también estuvimos en Galicia,
donde sus carreteras, al igual que en León, andan con muy poco tráfico pese al
verano. El gallego es de naturaleza emigrante, supongo que también allí están
menguando en población en muchos pueblos. Me llamó especialmente la atención
que en Galicia todo está indicado en gallego, en los carteles oficiales, en los
comercios, todo el mundo habla en gallego, aunque se entiende perfectamente, es
muy parecido al castellano. Pero no es solo el lenguaje lo que se
cuida allí, también es la cultura. En la leonesa ciudad de Astorga por ejemplo,
coincidió nuestra visita con las fiestas grandes, la conmemoración histórica de
las batallas entre romanos y astures, con buena parte de la ciudad recreando
aquellos tiempos disfrazados de romanos y astures. La gran mayoría de los que
participaban en la fiesta tradicional eran jóvenes, astorganos de mediana edad
y familias con sus hijos. La tradición se trabaja y se refuerza, quizá porque
allí saben que un pueblo que trabaja y refuerza su cultura y sus tradiciones
refuerza también los lazos y la señas de identidad de sus gentes, muy
necesarias para hacerse fuerte en la unidad y la defensa de una tierra cuando
toca defenderla. Tanto o más de lo mismo en Galicia, las dos noches que pasamos
en Santiago las disfrutamos asistiendo a conciertos junto a la Catedral en los
que grupos de música tradicional gallega, pandeireteiras, gaiteros, violines y
coros femeninos hacían las delicias de los presentes, con un público también
mayoritariamente joven y local, con alegatos expresos incluidos en favor de la
cultura y el habla gallegas, como el de la cantante e instrumentalista Mercedes
Peón, mostrando que se puede ser con orgullo de un lugar y defender una cultura
y unas tradiciones y ser al mismo tiempo de un país, sin que haya que pedir
permiso ni perdón por ello, ¿se imaginan esto en Canarias? En el
Archipiélago por desgracia hace mucho tiempo que abrazamos la globalización más
salvaje y vivimos en una torre de Babel donde lo canario y el respeto a una cultura
y a una tierra brillan por su ausencia, en favor de la depredación, la rapiña y
la corrupción más absolutas.
Con todo, a
pesar de la fama que tienen del cerrados los norteños de aquella zona de
España, el trato que recibimos fue siempre amable y educado, dispuestos a
indicarnos y conversar sin problema. Un gallego incluso me pagó un billete de
autobús porque no tenían cambio y tampoco cobraban con tarjeta y me iba a
quedar en tierra. Por cierto, la imagen que leoneses y gallegos tienen de
Canarias, cuando les decíamos que éramos de Tenerife, es la de una tierra
invadida por los marroquíes, llena de pateras y de africanos que delinquen, eso
es lo que les llega de Canarias últimamente, en lo que no parece la mejor
imagen que podemos dar, pero, es lo que Clavijo y la ultraderecha nacional
quiere, es lo que hay.
Y así acaba
esta crónica improvisada de los seis días que un canario adoptado pasó por el
norte de España, esperando que nos sirva para luchar por lo mucho que nos falta
en Canarias, porque solo comparando con otros lugares podemos calibrar la
magnitud real de la estafa y el sometimiento que sufrimos en las Islas.
Eloy Cuadra
No hay comentarios:
Publicar un comentario