martes, 5 de junio de 2018

TIRAR EL MONUMENTO A FRANCO


TIRAR EL MONUMENTO 
A FRANCO
ANGHEL MORALES
Creo que las leyes se hacen para que se cumplan, no solo las que se hacen contra los catalanes, contra los tuiteros, contra los raperos, sino también la llamada Ley de Memoria Histórica, que tiene mas de diez años de vida, a la que Rajoy presumía de no dotar de presupuesto y que los ayutamientos de ultra derecha han intentado torear recurriendo a argucias, que lo único que pretenden es que siga viva la memoria del dictador y los símbolos fascistas sigan luciendo en nuestras calles y plazas.
Vivo en una ciudad, donde no se cumple para nada esta Ley, donde el último alcalde de la República fue desaparecido con algunos de los suyos y de los que nadie quiere saber nada, ni nada se hace para encontrar sus cadáveres y devolverselos a sus familiares.Tampoco entendemos como esta ciudad no ha tenido un reconocimiento mayor para el poeta, Domingo López Torres, que fue desaperecido con tan solo 29 años, metido en un saco con piedras y arrojado al mar en lo que hoy es la Darsena Pesquera. Me cuentan que cuando se estaba construyen, los buzos alemanes de la construcción encontraron muchisimos cadaves, nadie hizo nada por identificarlos. López Torres vino a ser el García Lorca de Canarias, fue el único intelectual eliminado por el régimen y ni siquiera sus compañeros supervivientes lo quisieron reivindicar nunca. Solamente gente como Antonio García, El Maestro de Fayffe mantuvo viva su memoria. En Canarias no hubo guerra civil, aquí solamente existió un bando que mataba y sembraba el terror en todas las islas, hubieron campos de concentración en Gando, Tenerife, Fuerteventura, pero en todas las islas existió la represión y las ejecuciones.

Como decía existen muchas calles y plazas que siguen llevando nombres de fascistas y que según la Ley de Memoria Histórica debían desaparecer, citaré por ejemplo el Colegio Onesimo Redondo, no entiendo como su nombre no ha sido cambiado aún, pero el mas significativo de todos es el vergonzoso monumento al caudillo, al que tuve que asistir a la fuerza, porque estaba en un internado con curas y a todos los chiquillos nos llevaron allí. Esta monumento tenía que haber sido derribado hace muchisimo tiempo, pero el ayuntamiento de Santa Cruz anda esquivando la Ley y manteniéndolo en pie, no tuvo la misma sensibilidad con otros edificios históricos que fueron arrasados por las palas, como la Ciudad Juvenil o el Parque Recreativo, pero es que hay un montón de edificios emblemáticos que están en el abandono, El Viera y Clavijo, el Balneario, El Templo Masónico, la Casa Siliuto, el Teatro San Martín. Ahora los que pretenden parar el derribo del monumentos fascista es la Academia de Bellas Artes, muy cercana al PP, por cierto, que pretenden que lo declaren BIC para evitar su derribo. No deja de ser una triquiñuela mas, aunque les recuerdo que el casco histórico del Barrio El Toscal fue declarado zona BIC y esto no ha evitado su deterioro y su derribo poco a poco.
No pretenden cambiarle de nombre, porque para el pueblo de Tenerife y de Canarias siempre va a ser un monumento al Dictador, por lo tanto no existe otro camino para la paz mental de esta ciudad que derribarlo, repito las Leyes están para cumplirse y los monumentos, calles y plaza fascistas deben desaparecer como hicieron en Italia y Alemania. Además, siguiendo con la tradición de esta ciudad, el monumento está en penoso abandono, cayéndose a trozos, por lo tanto lo único que toca es derribarlo y sería dotar a esta ciudad de una dosis de democracia de la que parece carecer, no se puede consentir que la ultra derecha se salga con la suya. Además, yo soy de los que quitaría las plazas y calles dedicadas a los invasores de canarias, que sembraron de sangre nuestras islas y esclavizaron a muchos de sus legítimos pobladores, la plaza de Weyler, el general que fue culpable directo, entre otras muchas atrocidades, de la muerte del padre del nacionalismo canario, Segundino Delgado, plaza del Adelantado y demás esclavistas invasores. Asco y vergüenza es que en el llamado Parlamento de Canarias sigan luciendo unos lienzos ofensivos para la dignidad de un pueblo, de sus mujeres y de su gente. No representan para nada la Historia de estas islas, hasta presidentes de derechas como Lorenzo Olarte ha dicho mas de una vez el repeluz que le produce acudir al Parlamento y encontrarse con unos lienzos humillantes.
En fin, la Ley de Memoria Histórica está para ser cumplida y ya esta bien de torearla, el monumento a Franco debe ser demolido, no vale cambios de nombre, ni otras sarandajas, derribarlo es la mejor forma de hacer justicia a todos los que murieron victimas de la dictadura. Acabar con calles y plazas con nombres fascistas y dignificar a ese último alcalde de Santa Cruz y a ese gran poeta, llamado Domingo López Torres, que lleva décadas hablándonos desde el fondo de los charcos, sería bonito que los niños aprendieran sus versos y no que fueran adoctrinados en un colegio llamado Onesimo Redondo.
 


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