viernes, 1 de junio de 2018

RAJOY SE DESPIDE


RAJOY SE DESPIDE
ANTONIO MAESTRE
Toda la bancada popular, en pie, aplaude la última intervención del presidente del Gobierno. Mariano Rajoy se sienta. Sus diputados y diputadas siguen aplaudiendo en pie. Coge la cartera bordada con su cargo y su nombre. La bancada sigue aplaudiendo en pie. Cierra la cartera y se levanta. Se da la vuelta para saludar a los representantes de su partido. La ovación se cierra. Mariano Rajoy coge la cartera y sale del hemiciclo con paso de marcha matutino mientras sigue despidiéndose. La ovación continúa y se apaga con la salida del presidente del Gobierno del hemiciclo.


El final no se corresponde con la lucha parlamentaria que Rajoy ha dado durante su discurso. No piensa dimitir, tendrán que derribarlo. Una actitud que hace honor a su mítica trayectoria de resistencia, que pretende dejar a los demás la iniciativa para buscar el error. “En democracia, un presidente se va cuando lo dicen los electores o la Cámara. Y por eso estoy yo aquí”, sentenció un Mariano Rajoy desafiante ante la petición de dimisión del secretario general del PSOE, Pedro Sánchez.

El discurso del dirigente socialista ha sido correcto. Sin buscar molestar demasiado a todos aquellos grupos que pueden prestarle su apoyo. Una intervención que en su primera parte pareciera la exposición de motivos de un decreto o una propuesta no legislativa, una retahíla de menciones al valor constitucional de la moción de censura como legítima herramienta para descabalgar al presidente del Gobierno. Una invocación constante al espíritu de la Constitución y a la necesidad de recuperar el descrédito político e institucional que el Ejecutivo provoca con su incapacidad para asumir responsabilidades políticas tras la sentencia de la Gürtel: “Dimita señor, Rajoy. Y todo acabará”. Una petición sorprendente en plena moción que evitaría la llegada al poder de Pedro Sánchez. Movimiento de defensa que pretendía adelantarse a una posible salida por peteneras del presidente y, además, presentarse como hombre de Estado que no quiere el poder sobre cualquier cosa.

Sánchez apeló al patriotismo civil para justificar la moción de censura y estableció una posición dilemática para el resto de formaciones: “Rajoy sí, o Rajoy no. No hay terceras vías”, dijo. Una declamación extraña viniendo de un socioliberal. En diversas ocasiones prometió diálogo con el Govern catalán y con el Gobierno de Euskadi apelando al reconocimiento de la diversidad de nuestro país. La iniciativa fue muy bien recibida en la bancada del PdCAT, que no se molestó en ocultar.

El PNV se mantuvo silente, impasible, hasta cuando Pedro Sánchez afirmó que mantendría los presupuestos generales aprobados esta semana por el PP y que rechazó con su voto. Aitor Esteban acabará con la incertidumbre en su intervención en el Congreso a partir de las 15.00 horas de esta tarde. Será entonces cuando sabremos si la despedida de Rajoy fue sincera o solo una apreciación de este periodista buscando confirmar su propio sesgo. Esperemos.

 


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