IMANE KHELIF, TRANSFOBIA CONTRA
UNA MUJER CIS
DIARIO
RED
Imane Khelif en los Juegos Olímpicos de París — BBC
Cualquier mujer cis que sea más alta de lo habitual, con más vello facial,
sin capacidad gestante, con más potencia, más rápida, menos flexible, más
resistente o fuerte de lo que el patriarcado contempla como la norma, es una
potencial víctima de transfobia
Una ola global de transfobia se ha generado a raíz de que la boxeadora argelina, Imane Khelif, haya eliminado en sólo 46 segundos a su rival, la italiana Angela Carini, en los Juegos Olímpicos de París. Personalidades de todo el mundo, desde la primera ministra italiana Giorgia Meloni hasta la escritora J.K. Rowling, pasando por Elon Musk, Donald Trump o el argentino Javier Milei, han acusado a la deportista ganadora de ser “un trans” o “un hombre golpeando a una mujer”.
“Si
seguía la mataba”, ha llegado a escribir el presidente argentino en la red
social X, en respuesta a un vídeo que ha circulado por redes sociales. Sin
embargo, la boxeadora Imane Khelif no es una mujer trans, es una mujer cis.
O, dicho en lenguaje transfóbico, una mujer biológica, una mujer nacida mujer. Aunque
la boxeadora hubiera querido someterse a un proceso de transición de género, no
habría podido porque en su país está prohibido y se castiga con pena de
prisión.
Imane
Khelif es una mujer con altos niveles de testosterona, un trastorno hormonal
llamado hiperandrogenismo que produce exceso de andrógenos y hormonas sexuales
masculinas en la sangre de una mujer. Esta característica le otorga a la
boxeadora argelina más fuerza, lo que le beneficia en una práctica como el
boxeo, pero implica también menos flexibilidad, lo que le perjudicaría si en
lugar de boxeadora fuera gimnasta o nadadora artística.
La transfobia no es una
ideología de odio sólo contra las personas trans, sino contra cualquier persona
que se aleje de los cánones que el patriarcado ha definido para otorgar la
categoría de mujer u hombre
El debate
surgido sobre la boxeadora argelina plantea una reflexión nuclear. La
transfobia no es una ideología de odio sólo contra las personas trans, sino
contra cualquier persona que se aleje de los cánones que el patriarcado ha
definido para otorgar la categoría de mujer u hombre. Cualquier mujer cis
que sea más alta de lo habitual, con más vello facial, sin capacidad gestante,
con más potencia, más rápida, menos flexible, más resistente o fuerte de lo que
el patriarcado contempla como la norma, es una potencial víctima de transfobia.
Igualmente,
cualquier hombre cis con poca fuerza, baja resistencia, mucha flexibilidad o
con bajos niveles de testosterona en sangre, será considerado sospechoso de ser
poco hombre por no superar el examen de género patriarcal.
Lo que
borra a las mujeres no son las mujeres trans, sino la transfobia, que es una batalla cultural de la ultraderecha global en la que
viene a decir que las personas trans son un invento de ingeniería social y no
una muestra de la diversidad humana que existe desde que el mundo es mundo. La
transfobia no es más que una bifurcación de la autopista por la que circula el
antifeminismo global.
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