domingo, 17 de marzo de 2024

NO MIRES A AYUSO, MIRA A SUS MEDIOS

 

NO MIRES A AYUSO, MIRA A SUS MEDIOS

Que la presidenta de Madrid mienta es lo esperable. Que lo hagan a coro decenas de medios es el verdadero escándalo. Un peligro que deja a nuestra democracia vendida como anciano en residencia madrileña

GERARDO TECÉ

Cheque regalo. / La Boca del Logo

A lo largo de la historia se han dado infinidad de casos de persecución política, pero ninguno de las características del que estos días sufre Isabel Díaz Ayuso. El método es inédito. Consiste en esperar a que el entorno de la presidenta madrileña se forre a base de turbios pelotazos para así dañar su imagen cuando esto se conozca. Más que política, podríamos decir que la persecución es económica, ya que el dinero persigue a Ayuso. Impotente, la presidenta madrileña observa de un tiempo a esta parte cómo rebosan las cuentas nada corrientes de sus padres, hermanos, parejas y amigos sin que ella –hija, hermana, novia y amiga de sus amigos– pueda hacer nada para evitarlo. Es lo que tiene desconocer o, como acuñó doña Cristina de Borbón, que no te conste. ¿O acaso sabe usted cómo se ganan la vida su pareja o su hermano? Habrá cotillas que sí, pero no es el caso de Isabel, que estos días anda justificando facturas falsas, millones en el banco, pisos de lujo y coches de alta gama que le caen del cielo como una maldición bíblica. Lo cual supone un grave daño a su carrera y confirma que el novedoso método de persecución funciona tan bien que habrá que revisar los clásicos del género persecutorio. El Coyote lleva una vida fracasando en su persecución al Correcaminos cuando la solución era tan simple como pedirle el IBAN e ingresarle unos milloncejos.

 

“Lo que han hecho con Ayuso y su novio demuestra que el Gobierno es una mafia y Sánchez su capo”, denunciaba desgarrado el candidato al Pulitzer 2024 Eduardo Inda. No ha sido el único periodista de prestigio en darse cuenta del régimen de terror al que nos enfrentamos tras la decisión de Hacienda de investigar facturas falsas por valor de dos millones de euros. En la tele, el analista Risto Mejide informaba a los espectadores de su programa del asunto apostando por la imparcialidad: ni a favor ni en contra de que el novio se forre de manera ilícita. Eso sí, señalaba a Moncloa. “Qué casualidad que esto salga ahora que el PSOE está arrinconado con el caso Koldo, ¿verdad?”, sonreía a cámara Risto, con esa mirada avispada y libre del que no es ni de izquierdas ni de derechas, mientras Esperanza Aguirre asentía sentada en la mesa de debate. Si el método de persecución es novedoso, no lo es menos esta dictadura sanchista en la que los grandes medios se alinean con la Ayuso perseguida y alcanzada por la pasta.

 

En la COPE, don Carlos Herrera, destilando esa elegancia del que sabe colocarse el pañuelo en el bolsillo de la chaqueta, explicaba con voz engolada de qué iba todo este asunto: “El Gobierno utiliza la Agencia Tributaria en beneficio propio, como una mafia, porque odian a Ayuso”, despejando así las dudas de los oyentes que quizá se sintieran confusos frente al hecho de que la presidenta madrileña viva a día de hoy en un piso valorado en un millón de euros propiedad de un técnico sanitario que conduce un Maserati. El diario El Mundo, entendiendo que no estamos ante un escándalo de las dimensiones de aquel en el que el bebé de Irene Montero era sujetado en brazos durante un mitin por una trabajadora del Ministerio, ha decidido darle perfil bajo al tema. Esteban Urreiztieta, subdirector del periódico, porta a estas horas en su cuenta de Twitter la tremenda medalla que supone para un periodista que los usuarios de la red hayan denunciado que ha vertido información falsa sobre el intercambio de mails entre el novio y Hacienda. A pesar de que está demostrado que fue la pareja de Ayuso quien le propuso a la Agencia Tributaria negociar tras ser descubiertos sus delitos, la información errónea del subdirector de El Mundo, en la que sugiere un chantaje de Hacienda contra el pobre ciudadano, sigue publicada.

 

La lista de medios y periodistas que salen en defensa del clan Ayuso es interminable. Tanto como lo son las jugosas subvenciones vía publicidad institucional que un poderoso grupo de medios recibe por parte de la Comunidad de Madrid. Si mañana el Maserati del clan Ayuso atropellase a alguien en un paso de cebra, se le caería el pelo al operario que pintó las líneas en el lugar equivocado. Que la presidenta de la Comunidad de Madrid mienta públicamente y trate de manipular a la opinión pública es lo esperable y lo humano, dadas las circunstancias. Que lo hagan a coro decenas de medios de comunicación es el verdadero escándalo. Un peligro que deja a nuestra democracia vendida como anciano en residencia madrileña.

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