OMINOSO PRESENTE:
UNA CLAUDICACIÓN DE HUMANIDAD
Israel dispuesto a acabar con los palestinos y las
palestinas
Aunque
todavía estamos en el pleno y agónico presente, a partir del operativo
guerrilleril de la resistencia armada palestina en la Franja de Gaza el 7 de
octubre de 2023, su gravedad, la acumulación de dolor, vesania, fake
news y muerte, es tal que nos atrevemos a afirmar que, como el 11 de
setiembre del 2000 con las torres neoyorquinas esfumadas, y varias otras
efemérides históricas, este 7 de octubre ha forjado un tiempo nuevo. No
necesariamente mejor. Más bien, ominosamente peor.1
Nunca antes el ejército israelí ha experimentado la muerte de dos o tres centenares de soldados en enfrentamientos con la resistencia palestina (que, como se sabe, no tiene ejército). Por ejemplo, el operativo israelí “Plomo fundido”, en 2008, que provocó miles de muertos palestinos, arrojó a su vez cinco soldados israelíes muertos. Lo mismo ha pasado en las intifadas, en las sucesivas “invasiones punitivas” o en la resistencia a los desalojos: los muertos son puestos por los palestinos, no por las tropas de ocupación, salvo excepciones y “accidentes”.2
La reacción
israelí ante su primera derrota militar y securitaria significativa con
palestinos el 7 de octubre, 2023, parece haber funcionado como “un juego de la
verdad” poniendo a la luz del día, ya sin afeites más o menos diplomáticos, lo
que Israel siente por Palestina, lo que los judíos israelíes consideran que
tienen que hacer con los palestinos.
El trastorno
”estadístico”, el revés político y policial generado por el operativo
palestino, “ayudado” o no por la seguridad israelí (una hipótesis parte de la
base que la sofisticación securitaria israelí no puede haber omitido la
observación y el control de preparativos que hasta los servicios egipcios
registraron y advirtieron a “sus colegas” israelíes como de “inminente
invasión”. Para quien esto escribe es de segundo orden saber si el operativo
fue así “ayudado” o desencadenado sólo desde la misma resistencia. Porque lo
importante es la huella dejada.
En ese penoso
balance con soldados israelíes ejecutados el 7 de octubre, hay que anotar
también los asesinados mediante la Directiva Hannibal, un criterio según el
cual Israel mata incluso a sus “hijos” para que no caigan en manos de “el
enemigo”, ni siquiera para un canje con preservación de vidas. En ese caso, en
ese mismo 7 de octubre estamos hablando de israelíes matados… por israelíes.
Israel oculta celosamente cuántos.
Una
“directiva” como la Hannibal nos permite otear el alcance del orden dispuesto
(e impuesto) por Israel. Si están dispuestos a matar a propios, ¿qué podemos
vislumbrar para quienes son sus enemigos?
Luego de ser
Palestina y los palestinos bombardeados en sus viviendas, comercios, mezquitas,
escuelas, calles, usinas, universidades, hasta derribar edificaciones a veces
de diez o más pisos, con el consiguiente tendal de desolación, muerte, heridos,
Netanyahu rubrica semejante daño prosiguiendo el sitio: “no alimentos, no agua,
no electricidad, no combustibles, no medicina.”
Tras una
estudiada demora dejando a Israel hacer lo que considera necesario, es decir
admitiendo el poder de Israel como superior, incombatible, prácticamente el
único, aliados mediadores inician tímidamente movimientos apaciguatorios. Un
mes después del 7 octubre, Anthony Blinken se atreve a recordarnos que
“demasiados palestinos han sido asesinados” en Gaza.3 Habla entonces de cientos.
A cinco
meses, diversos informes nos hablan de guarismos cercarnos a treinta mil
muertos palestinos: Anna Lekas Miller menciona 27 131 asesinados en la FdG, en
febrero 2024.4 La Union Juive Française pour
la Paix (UJFP), antisionista,5 registraba en enero 2024 “más
de 30 000”. Y la TV española en marzo: “Al menos 30.878 palestinos han muerto
por los ataques israelíes desde el 7 de octubre”.6
¿Por qué
desde hace ya meses, los asesinados mediante bombardeos y derribo de gran parte
de las estructuras urbanas de la principal ciudad gazatí (y de otras como Khan
Younis) siguen rondando los 30 000? Las cifras habían crecido a ritmo infernal
desde los cientos de noviembre (declarados ya muy a la baja por Blinken) hasta
los tan reiterados treinta mil.
Porque las
cifras de muertos y heridos provenían de los hospitales gazatíes y registraban
el imparable aumento de muertos provocados por los bombardeos. Pero hace ya
mucho tiempo que no hay registros luctuosos porque no hay más hospitales.
Israel ha pulverizado todas las instancias e instituciones sociales, además de
los cuerpos individuales de lo palestino.
Y la
realidad, monstruosa, supera racionalidades y rutinas. Alguien que se ha
atrevido a ponderar el daño material y todos los torniquetes que Israel ha
aplicado a la FdG (y también a Cisjordania y el área palestina de Jerusalén),
estima los muertos palestinos hacia febrero-marzo en unos 200 000 seres
humanos, hombres, mujeres, infantes. Se trata de Ralph Nader, un estadounidense
de origen libanés, alguna vez candidato presidencial (aunque de partidos
menores como el Verde).7
Con sensatez,
nos recuerda lo que ya vimos, que no hay más estadísticas confiables y advierte
que tanto el gobierno israelí como Hamás están, por razones distintas, interesados
en “achicar” la montaña de cadáveres. Aventura un juicio que me parece digno de
tener en cuenta: “Hamás subestimó demasiado la comisión de crímenes de guerra
por parte del vengativo ejército de ocupación israelí; un superpoder total e
incondicionalmente respaldado por el superpoder militar norteamericano.”
Pero el
argumento más contundente, a mi ver, es que los números que se publicitan no se
parangonan con la realidad de los bombardeos. Nader se pregunta como conciliar
una cifra de muertos que apenas sobrepasa el 1% de la población expuesta al
ataque inmisericorde con la devastación y el alcance que las imágenes muestran
(más ajustadamente 1,5%).
Y agrega que
una estimación hecha, por ejemplo en diciembre 2023, desde la cátedra de Salud
Pública de la Universidad de Edimburgo, alcanzaba al orden de medio millón de
palestinos matados para 2024 (mantenidas las acciones como entonces).
Hay que
agregar que estos guarismos crecen progresivamente aun sin nuevos bombardeos
porque Israel, empecinado en llevar adelante el genocidio palestino mantiene el
sitio en todos sus órdenes: sanitario, alimentario, energético, de traslados.
La muerte en
esta situación busca más a la infancia. Que es lo que brota de la escasa
información que puede venir rompiendo el cerco a costa de tanto riesgo de vida.
“Israel está
matando de hambre intencionalmente a los palestinos de Gaza desde el 8 de
octubre”, han denunciado esta semana expertos de la ONU.
“[…] La
hambruna, la fase más crítica de la inseguridad alimentaria, es ‘inminente’.8 Salvo lo ridículo del
“inminente”, cuando hace ya mucho tiempo que la tortura del hambre, las enfermedades,
el desamparo y la artillería están castigando… todos los cuerpos, y la
inminencia ya ha quedado muy atrás.
Acerca de la
política de estrangulamiento progresivo de Israel sobre la FdG, es importante
tener en cuenta la observación de Jens Laerke, vocero de la UNOCHA9 en Ginebra: “Una vez que se
declara una hambruna es demasiado tarde para mucha gente”. Nos recuerda que en
Gaza, hay medio millón de personas que en la práctica ya la sufren: no hay un
flujo comercial de alimentos, los camiones con ayuda humanitaria entran a
cuentagotas y tienen muchas dificultades para circular ‘porque Israel derriba
toda edificación y destroza toda pavimentación.’ 10
El 2 de marzo
2024, el reportero Ishaan Tharoor del Washington Post escribió:
“El grueso de los más de dos millones de habitantes de [la Franja de] Gaza
enfrentan la probabilidad del hambre; un estado de cosas que implica la pérdida
de nutrición a una velocidad jamás antes vista de acuerdo con trabajadores
dedicados a la ayuda de emergencia. La niñez es la que entra más rápidamente en
la inanición. Las redes de asistencia han puntualizado que es la restricción
dispuesta por Israel sobre el flujo de asistencia al territorio, la principal
causa de las carencias. Algunos jerarcas del gobierno israelí reclaman
abiertamente terminar con todo el flujo.”11
Y Nader
también transcribe el testimonio de Jan Egeland, a cargo del Consejo Noruego de
Refugiados: “Digámoslo claramente: los civiles gazatíes enferman por la falta
de alimentos y agua porque Israel mantiene tan severas restricciones; todas las
provisiones vitales para mantenerse vivos están intencionalmente bloqueadas; y
las mujeres y la niñez sobre todo, están pagando el precio.” (ibíd.)
Esta voluntad
genocida de los israelíes, que sobrepasa la furia desatada el 7 de octubre,
cuando los palestinos sorprendieron guardias israelíes que “se la habían hecho
fácil” y que no pudieron responder a tiempo, sobrepasa el revanchismo.
Se nutre de
algo más profundo. Tiene el viejo nombre de racismo. Siempre entrelazado con
todos los proyectos colonialistas. En África, en Asia en el nuevo mundo de
Colón.
El racismo es
un rasgo básico que a todas luces nutre al sionismo (y a tantos otros
movimientos, hoy en día incluso en auge): es el nervio ideológico mediante el
cual cuando Israel salva del hambre de judíos falashas (etíopes afro), sin
decir nada anudan las trompas de Falopio de las mujeres so pretexto de
controles ginecológicos.
Porque, como
dice el excelente Jonathan Cook: “Gaza no es sólo la primera línea de la guerra
genocida contra el pueblo palestino; también es una primera línea en la guerra
de la élite occidental contra nuestra capacidad de pensar críticamente.” 12
1 Fechas que en la historia moderna, ya no solo nuestra, han operado
como parteaguas: 20 marzo 2003, EE.UU. y los estados que le obedecen invaden
Irak; 30 abril 1975, EE.UU. abandona Vietnam; 6 de agosto 1945, EE.UU. arroja
bomba atómica en Hiroshima, Japón; 19 de julio 1936, fuerzas sindicales y
políticas salen al paso del golpe de estado en España (desde África, el 17 de
julio); y tal vez, aunque nos falte perspectiva histórica para verlo, 24
febrero 2022, Rusia invadiendo Ucrania. Del s xix, tenemos al 1º. Mayo ante
matanza de obreros del 4 de mayo de 1886 (en Chicago, EE.UU).
2 Hubo una excepción; la huelga general, llamando a la resistencia de
la sociedad palestina ante la intromisión creciente y avasallante de sionistas,
en 1936. La sociedad palestina perdió unos 5000 hombres y tuvo unos 15000
heridos. Por su parte, británicos y judíos tuvieron unos 300 muertos cada
sector (que no se enfrentaron entre sí, sino que actuaron juntos contra los
huelguistas y rebeldes palestinos). Israel ha sufrido sí mayores pérdidas en
vida humanas en guerras con estados árabes (aunque siempre muchísimo menores
que las sufridas por sus antagonistas).
3 https://edition.cnn.com/videos/cnn-en-espanol/2023/11/10/blinken-palestina-muertos-guerra-gaza-crisis-israel-cnn-dusa.cnn.
4 https://mondoweiss.net/2024/02/operation-al-aqsa-flood-day-119-israel-vows-to-push-forward-into-rafah-leaving-palestinians-with-nowhere-left-to-flee/
, 2 febrero 2024.
5 https://ujfp.org/ils-nassassinent-pas-seulement-les-palestinien-nes-ils-tuent-aussi-le-judaisme/?utm_source=mailpoet&utm_medium=email&utm_campaign=le-newslettertotal-communique-de-lujfp-14297.
6 https://www.rtve.es/noticias/20240308/gaza-guerra-israel-hamas-franja-de-gaza-estados-unidos-puerto-ayuda-humanitaria-joe-biden/16004979.shtml.
7 https://www.unz.com/article/how-many-gazans-have-already-died-perhaps-200000/.
8 https://elpais.com/planeta-futuro/2024-03-10/la-inminente-hambruna-en-gaza-como-hemos-llegado-aqui.html.
9 Sigla de Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos
Humanitarios.
10 https://news.un.org/es/story/2024/03/1528032.
11 Cit. p. Ralph Nader.
12 “ ‘Are we the baddies?’ Western support for genocide in Gaza means
the answer is yes”. (¿’Somos los malos? Que Occidente apoye el genocidio
en Gaza significa que ‘nosotros somos los malos’). https://www.middleeasteye.net/opinion/israel-palestine-war-baddies-western-support-genocide-gaza-yes.
27 dic. 2023.
Luis E.
Sabini Fernández
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