NECESITAMOS UNA DERECHA
MÁS PRESENTABLE
JUAN
TORTOSA
Madero
Cubero / Europa Press
Ahora andan por Europa pidiendo amparo a sus primos de Zumosol. Como pollo sin cabeza, Feijóo no sabe ya a quién recurrir para cumplir el encargo que le hicieron quienes le colocaron donde de momento todavía está: acabar cuanto antes con el Gobierno de coalición que preside Pedro Sánchez. Y nada, que no encuentra la manera, el pobre. Acusa al Ejecutivo de humillarse y quien se humilla es él reconociendo su impotencia ante sus correligionarios europeos en Bucarest. Consiguió algo de respaldo, sí, pero mucho menos del que hubiera deseado, aunque igual le reconfortaron los exabruptos de Manfred Weber contra los socialistas españoles.
No consigue tampoco
sacudirse el aliento en el cogote de la presidenta madrileña, tan desahogada
como siempre ella, pidiéndole a Von der Leyen que deje de coquetear con
Sánchez. Que no compadree, llegó a decir textualmente en la reunión con sus
colegas europeos de partido. Me gustaría saber el término que emplearon en la
traducción simultánea para transmitir el punto cheli del verbo compadrear con
todo su significado. En realidad, fue una falta de respeto, pero, claro, que la
presidenta de la Comunidad de Madrid se comporte así hace tiempo que dejó de
ser noticia.
Se estrellan una y
otra vez porque no saben o no quieren apostar por desempeñar una oposición
responsable, como sería de esperar por parte de un partido de Estado. Más de
tres meses ya liderando la oposición y aún andamos esperando que nos sorprendan
con una mínima propuesta constructiva, pero no, prefieren ladrar. O llorar por
no estar gobernando, aunque ya parecen haberse olvidado de repetir una y otra
vez que han ganado las elecciones. O que no gobiernan porque no quieren.
Los gritos y los
insultos en el Congreso y el Senado van a acabar impidiendo que las sesiones
parlamentarias puedan ser retransmitidas en horario infantil. Algunas de las
cosas que el Partido Popular firma en su cuenta de X, antes Twitter, son más
propias de un influencer friki que de un partido con vocación de gobernar.
"Mensaje para los corruptos del PSOE: -escribían el otro día en la red- es
la una de la madrugada. Dice Yolanda Díaz que es hora de salir de las
marisquerías. Ya pueden dirigirse ordenadamente a sus prostíbulos de confianza.
Quién sabe: igual llegan a consejeros de Renfe". ¡Ea!
Se tiran en plancha
al caso Koldo al tiempo que continúan aferrándose a cualquier clavo ardiendo
con tal de no renovar el órgano de gobierno de los jueces. Y se resisten a
renovarlo porque son decenas los expedientes por corrupción aún abiertos que
les afectan de lleno. Gobiernan en Ceuta, Melilla y 11 comunidades autónomas,
en más de 3.000 municipios, pero no saben cómo rematar la faena para llegar a
la Moncloa. Hipotecados como andan con la ultraderecha y sus desmanes, parecen
haber renunciado a tener personalidad propia. Y no solo no avanzan, sino que
hacen el ridículo una y otra vez.
Por eso no les vale
pedir auxilio en las instituciones europeas, donde hay muchos de sus propios
correligionarios que los ven desleales con su país cuando actúan así. Y los ven
desleales porque lo son. Porque el país va por un lado y ellos se empeñan en
querer llevarlo por otro. No acaban de asumir la diversidad ni el carácter
plural de los territorios, y por eso las derechas nacionalistas que otrora
pactaron encantadas con ellos llevan años dándoles la espalda.
El PP tiene que
sacudirse a Vox si quiere volver a ser respetado. Los ultras están cada vez más
desactivados, por mucho que llenen un teatro en el madrileño barrio de
Salamanca y se dediquen a cantar himnos saludando brazo en alto. La
personalidad de un partido de derechas con vocación de gobierno no puede ser
escorarse hacia un espacio cuya bandera es la intolerancia, el machismo, el
racismo o la prohibición de libros y obras de teatro. Por ahí desde luego no
es, señor Feijóo.
Pero ellos siguen a
lo suyo: alentando cansinas performances de agricultores fachas que contaminan
y desdibujan las legítimas reivindicaciones de los auténticos trabajadores del
campo; llevando el derecho al aborto al Constitucional mientras países como
Francia lo llevan a la Constitución; torpedeando la educación pública; llenando
de ideología retrógrada los centros de enseñanza concertados; subvencionando
perros fieles en diarios, radios y teles que intoxican y mienten sin parar, tal
como vienen haciendo desde los atentados del 11M, hace hoy 20 años. Al tiempo
que promueven campañas de descrédito contra periodistas decentes como Silvia
Intxaurrondo o Manuel Rico.
Cada vez andan más
desesperados. Va a ser verdad que no saben ya cómo demonios hacer. Solo les
falta rematar tanto ridículo sumándose a la moda de esos curas fachas que andan
por ahí rezando para que el papa se muera. Pues que hagan como ellos y se
dediquen a rezar por lo que les parezca. Pero que nos dejen en paz.
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