EL FÚTBOL MÁS CARO DE EUROPA
El auto de un
juzgado mercantil que permite a La Liga actuar contra las personas que difunden
la señal de los partidos de manera ilegal reabre el debate sobre el crecimiento
de la piratería
RICARDO
URIBARRI
Javier Tebas, presidente de La Liga.
La batalla que lleva a cabo La Liga contra aquellos que fomentan y recurren a la piratería para ver los partidos de fútbol ha vivido un nuevo capítulo. El juzgado de lo Mercantil número 8 de Barcelona ha acordado que los operadores de acceso a internet en España entreguen a la patronal las direcciones IP y los datos personales de los usuarios que comparten estos contenidos de manera ilícita, con el fin de preparar una futura demanda contra ellos. El revuelo creado entre los aficionados ha sido enorme, generando muchas dudas e incertidumbre sobre el alcance de la decisión de cara al futuro.
El presidente del
organismo que agrupa a los clubes de fútbol señalaba hace unos meses que habían
detectado al inicio de la presente temporada más de cinco millones de descargas
ilegales en móviles en todo el mundo, de las que 1.100.000 eran en nuestro
país, para ver gratis los partidos del campeonato español. Además, tenía
localizadas 46.000 IP’s a nivel internacional desde las que se retransmiten de
forma ilegal diferentes eventos deportivos. En la pasada campaña, la 22-23, La
Liga identificó 8.747 establecimientos que estaban emitiendo partidos de forma
pirata, lo que, según sus cálculos, suponían unas pérdidas de 27,7 millones
anuales.
Buscando tener
herramientas para combatir este problema, La Liga inició el pasado mes de enero
un procedimiento ante la justicia para poder reclamar a los operadores
tecnológicos que faciliten los datos de las personas que tienen contratadas las
líneas de internet que están asociadas a las direcciones IP’s que ofrecen estos
contenidos de forma fraudulenta y que el organismo tiene localizadas, con fecha
y hora de conexión. La Ley de Enjuiciamiento Civil, en su artículo 256, permite
solicitarlos para su identificación a través de lo que se conoce como un auto
de diligencias preliminares, en caso de que haya indicios de que se esté
vulnerando la propiedad intelectual.
El juzgado de lo
mercantil número 8 de Barcelona emitió hace unos días un veredicto en el que
daba la razón a La Liga y obligaba a cinco compañías tecnológicas que operan en
España a entregar un fichero con la dirección IP asignada al usuario cuando
accedió al servidor con el que pudo compartir el contenido audiovisual de forma
ilícita, así como su nombre y apellidos, dirección y documentos
identificativos. Las empresas proveedoras de acceso a internet tienen la
obligación de guardar esas direcciones IP’s durante un año.
En un primer
momento, los medios generalistas deportivos dieron la versión de que La Liga
podía actuar contra el usuario final del proceso de piratería, es decir, contra
la persona que se limita a conectarse por algún sistema para ver un partido de
forma ilegal, sin tener contratado el servicio, mientras que otras voces
apuntaban que iban dirigidas sólo a los que comparten la señal de forma ilegal,
obteniendo un lucro económico.
Ante las
informaciones contradictorias, el servicio de comunicación del poder judicial
emitió un comunicado en el que aclaraba que “la petición de diligencias de La
Liga buscaba perseguir un tipo concreto de piratería: el cardsharing (…) El
cardsharing es una práctica por la cual usuarios legítimos difunden la señal a
determinadas redes pirata en la que todos los partícipes, incluidos quienes
únicamente defraudan la cuota, utilizan decodificadores”. También señalaba que
“la descripción de esta práctica permite concluir que se están realizando actos
de puesta a disposición o difusión de forma directa o indirecta de contenidos,
obras o prestaciones objeto de los derechos audiovisuales. Estos actos que son
la base para acordar la diligencia preliminar solicitada, sólo pueden ser
realizados por los cardsharers, que redifunden la señal y se lucran con ello y
no por los meros usuarios finales”. Y para acabar de dejar clara su postura, el
comunicado concluye con esta aseveración: “Las eventuales demandas futuras que
derivasen de estas diligencias preliminares sólo podrían ir dirigidas contra
los cardsharersque re difunden la señal para obtener un lucro”. Queda claro,
según este escrito, que La Liga no podrá actuar contra los que se limitan a ver
en su móvil u ordenador un partido, aunque no haya contratado el servicio y
acceda a él de forma ilícita.
Sin embargo, La
Liga reaccionó a este comunicado emitiendo otro en el que se agarra a la
literalidad de lo que se expone en la parte dispositiva del auto para defender
su postura por la que también podrá actuar contra los usuarios finales del
proceso. Javier Tebas, presidente de La Liga, publicó un mensaje en redes
sociales en el que decía: “Tan ladrón es el que emite la señal pirata como el
que la ve o la compra a precios irrisorios. Ver contenido pirata = robar =
ladrón”. La idea del organismo es presentar una demanda contra estas personas
solicitando una indemnización por daños y perjuicios. El auto estipula que una
vez que las operadoras entreguen la información requerida, La Liga tiene un mes
de plazo para interponer las demandas.
Este asunto ha
servido también para reabrir el debate a nivel público de porqué existe un alto
nivel de pirateo en España de los partidos de fútbol. Y la conclusión está
clara para una gran mayoría de aficionados. Estamos ante la transformación de
un evento popular, como ha sido el fútbol a lo largo de la historia, en un
producto de lujo que está fuera del alcance del consumidor medio, un proceso
que se ha manifestado de forma más extrema en nuestro país. No hay más que
comparar el coste económico que tiene poder ver el fútbol por televisión a
nivel nacional respecto a las ligas más importantes del continente europeo
teniendo en cuenta, además, el salario mínimo de cada país.
En España se puede
ver fútbol por televisión desde 80,95 euros mensuales
Según un informe de
la web futbolenlatv.es, en España se puede ver fútbol por televisión desde
80,95 euros mensuales a través de Orange, con obligación de permanencia de un
año, mientras que si escoges Movistar el precio mínimo es de 116,90 euros al
mes. Las dos te obligan a contratar línea de teléfono fijo o línea móvil,
respectivamente. Mientras, en el Reino Unido, puedes ver todo el fútbol por
84,52 euros al mes; en Alemania por 74,48 euros; en Italia por 62,49 euros; en
Francia por 44,98 euros; y en Portugal por 39,98 euros.
A estos precios hay
que añadirles la variante del poder económico de cada ciudadano de esos países.
Mientras que en España el sueldo mínimo bruto es de 1.323 euros, en Reino Unido
es de 1.929 euros. En Alemania alcanza los 2.054 euros, en Francia es de 1.767
euros y en Portugal de 957 euros. Italia no tiene estipulado un salario mínimo.
De tal manera que a un hincha español le cuesta porcentualmente un esfuerzo
mayor hacer frente a esas cuotas que a cualquiera de sus vecinos europeos.
La burbuja
económica en la que está sumida el fútbol no solo afecta al coste de ver los
partidos por televisión. También al coste de las entradas, de los abonos e
incluso hasta del precio de las camisetas. Esa inflación de precios provoca que
muchos seguidores no tengan la posibilidad de disfrutar de una actividad cada
vez más restringida a las personas de un nivel adquisitivo medio-alto.
Tebas ha pasado de
ganar 360.000 euros anuales a poder alcanzar los 5,4 millones
Llegado a este
punto, Tebas, que está en su papel de combatir una actividad como la piratería
que hace daño a su negocio, debería reflexionar si no sería mejor redimensionar
el sector del fútbol, por mucho que su prioridad sea que engorde todavía más.
Puede que sea tarde y que ya no haya forma de reconducir la situación por
iniciativa propia, pero deberían planteárselo antes de que algún día estalle el
globo y tengan que apretarse todos de golpe los cinturones. Entre ellos, el
propio presidente de La Liga, que en unos años ha pasado de ganar 360.000 euros
anuales a poder alcanzar los 5,4 millones de euros si cumple una serie de
variables. Piratería siempre habrá, pero seguro que el volumen sería mucho
menor si los precios que rodean al fútbol no obligan a la gente a quedarse
fuera del sistema y a tener que buscarse la vida, de una manera u otra, para
disfrutar de su pasión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario