LOS JUECES PROLONGAN EL CALVARIO
DE ASSANGE
El
Alto Tribunal británico da otras tres semanas a EE.UU. y al editor para alegar
en el litigio por la extradición. El fundador de WikiLeaks lleva cinco años
detenido bajo la acusación de espionaje tras publicar informes de interés
público
LOURDES
GÓMEZ LONDRES
Concentración por la
liberación de Assange a las puertas del Alto Tribunal británico, 26 de marzo de
2024. / BBC News
Tablas y un mar de dudas. El Alto Tribunal de Inglaterra y Gales ha pronunciado este 26 de marzo un veredicto sobre el recurso de apelación que presentó Julian Assange que no deja ganadores ni perdedores definitivos. Al fundador de WikiLeaks le reconoce el derecho a recurrir puntos legales de la sentencia favorable a su extradición a Estados Unidos, contraviniendo una orden anterior que quiso dar carpetazo a la vía de las revisiones judiciales en Reino Unido. Pero la Corte ofrece al mismo tiempo otra oportunidad a Washington y Londres para que impidan la celebración del juicio de apelación en suelo británico.
“La decisión deja
en el limbo a Julian Assange y a todos los defensores de la libertad de
prensa”, admitió Simon Crowher, director legal de Amnistía Internacional. El
exdirector de WikiLeaks ve aplazada su expulsión del Reino Unido para ser
juzgado en el estado de Virginia por 18 imputaciones relacionadas con la
obtención y difusión de documentos que desvelan abusos y crímenes de guerra por
parte de operativos y mandos estadounidenses.
Assange seguirá
confinado en una celda de la cárcel de máxima seguridad de Belmarsh
Pero, por el
momento, Assange seguirá confinado en una celda de la cárcel de máxima
seguridad de Belmarsh, al sureste de Londres, sin cargos pendientes, a la
espera de la resolución del procedimiento. Este abril cumplirá cinco años en
prisión provisional, que se añaden a los siete que estuvo refugiado en la
embajada de Ecuador en Londres.
“Julian es un preso
político. Jamás debería haber cumplido un solo día en prisión, es una vergüenza
para cualquier democracia”, protestó su mujer, madre de sus dos hijos pequeños
y asesora legal, Stella Assange.
La abogada acudió
al juzgado flanqueada por el equipo de WikiLeaks –su actual director, Kristinn
Hrafnsson, y el ‘embajador’ Joseph Farrell– y la letrada australiana Jennifer
Robinson. “Este caso es una advertencia para todos vosotros: si exponéis los
intereses que lideran la guerra, irán a por vosotros, os encarcelarán e
intentarán asesinaros”, dijo a los periodistas que aguardaban la decisión
judicial.
Formaban una masa
más numerosa que los cientos de políticos, activistas y simpatizantes que
participaron en la protesta de solidaridad con Assange y en defensa de la
libertad de expresión durante las últimas dos jornadas de vistas orales, el 20
y 21 de febrero.
La resolución de los
jueces –la presidenta Victoria Sharp y Jeremy Johnson– admite como debatibles
en apelación tres de los nueve puntos argumentados por la defensa del
australiano. La decisión implica que “no será extraditado inmediatamente” y
podrá recurrir la extradición en un nuevo juicio si Washington no cumple las
condiciones impuestas por ambos magistrados este 26 de marzo.
El Gobierno
estadounidense tiene tres semanas de plazo para presentar garantías
El Gobierno
estadounidense tiene tres semanas de plazo para presentar garantías sobre tres
aspectos cruciales para la defensa del exdirector de la plataforma digital: que
tenga asegurado el amparo de la Primera Enmienda constitucional en protección
de la libertad de expresión; que su condición de ciudadano extranjero no
resulte un factor discriminatorio durante un eventual juicio ni en las
consideraciones sobre la sentencia; y que no haya margen posible de que sea
condenado a la pena capital.
Sin estas promesas
diplomáticas, el Alto Tribunal dará luz verde a un juicio de apelación contra
la extradición basado principalmente en estos mismos puntos. Si, por el
contrario, el Gobierno de Estados Unidos ofrece “garantías satisfactorias” en
el plazo acordado, se celebrará una vista en la que ambas partes disputarán el
alcance, significado y credibilidad de la disposición remitida por el Gobierno
de Joe Biden.
Aitor Martínez,
abogado de Assange en España, explica que “es incomprensible que el tribunal
habilite un plazo para que Estados Unidos pueda aportar unas garantías que jamás
ha aportado después de años de extradición. Cualquier garantía que dé ahora
estará sometida a las fluctuaciones de las elecciones estadounidenses, donde un
nuevo gobierno podría heredar y desatender esas garantías”.
El experto en
Derecho Constitucional, que dirige la querella de la trama de espionaje en
posible interés de Estados Unidos montada en torno al australiano en la
embajada de Ecuador, considera que la decisión de la jueza Sharp genera “dudas
enormes”. Las garantías diplomáticas las ofrecen los gobiernos en
representación del Estado, pero, cuestiona Martínez, “¿puede un Gobierno
garantizar una decisión judicial?”. La separación de poderes permite suponer
que el Ejecutivo carece de competencias para imponer a un tribunal que aplique
o no la Primera Enmienda de la Constitución de Estados Unidos.
La Administración
norteamericana ya ofreció garantías que le aseguraron la victoria en la
apelación anterior, cuando estaba en liza la salud mental y la supervivencia de
Assange en el sistema penitenciario aplicado a los sospechosos y convictos de
delitos contra la seguridad nacional. Washington prometió entonces atención
médica y un régimen penal apropiado antes y después de ser juzgado por
prácticas periodísticas bajo la Ley de Espionaje de 1917 y pirateo informático.
Será prácticamente
imposible que jueces británicos cuestionen la integridad de garantías dadas por
EEUU
Ahora se ve ante
una tesitura de mayor calado y difícil compromiso, según fuentes legales. En
contrapartida, también será prácticamente imposible que jueces británicos
cuestionen la integridad de garantías dadas por Estados Unidos, pese a los
precedentes en la Unión Europea. “Hemos argumentado repetidamente que las
garantías diplomáticas entregadas por Estados Unidos en otras extradiciones con
países europeos fueron violadas cuando el extraditable se encontraba en suelo
norteamericano”, advierte Aitor Martínez.
Rebecca Vincent,
directora de campañas de Reporteros Sin Fronteras, tiene la “esperanza” de que
Assange obtenga justicia “finalmente en Reino Unido”, pese a la posibilidad de
que Estados Unidos cierre la vía del recurso. “Mientras, sigue detenido en la
prisión de máxima seguridad, donde su salud física y mental corre un grave
riesgo. No solo su destino, sino el futuro del periodismo está en juego con el
peligroso precedente que se establecería si se convierte en el primer editor
extraditado y juzgado bajo la Ley de Espionaje”, declaró la veterana periodista
de RSF, antes de remarcar que “nadie ha de afrontar la posibilidad de cadena
perpetua por publicaciones de interés público”. Vincent urge al Gobierno de
Rishi Sunak a “proteger la libertad de prensa impidiendo la extradición de
Assange y permitiendo su excarcelación inmediata”.
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