MASACRE DEL PUEBLO PALESTINO, OTRO
GENOCIDIO HECHO EN EE.UU.
POR
RENÁN VEGA CANTOR
Fuentes: El Colectivo - Rebelión - Imagen: La representante de los
Estados Unidos ante la ONU, Linda Thomas-Greenfield, vetando el cese el fuego
en Gaza, propuesto por Argelia, 20 de febrero de 2024. UN - Foto/Manuel Elías
La vergonzosa escena es una instantánea histórica que queda para la posteridad como testimonio visual de la participación directa de Estados Unidos en el genocidio del pueblo palestino: se trata del momento de la votación en el seno del Consejo de Seguridad de la ONU, el 20 de febrero, de una propuesta de resolución presentada por Argelia en la que se exigía un “alto al fuego inmediato que debe ser respetado por todas las partes”. En la infame, y aparentemente inocua fotografía, aparece la representante de los Estados Unidos, Linda Thomas-Greenfield, con la mano levantada como señal de veto de dicha resolución.
Fue el único país
que votó en contra, porque incluso Inglaterra se abstuvo y el resto, un total
de 13 votos votaron a favor del cese al fuego. Con este hecho Estados Unidos
ratificó su respaldo directo a Israel para que siga masacrando palestinos y
destruyendo Gaza, y confirmó su papel de genocida de los pueblos del sur del
mundo. Es el aspecto diplomático del genocidio, en el que la primera potencial
del planeta, en contra del resto del mundo, le otorga licencia a Israel para
masacrar a los palestinos. Esta mano levantada constituye una sentencia de
muerte para miles de personas, incluidas mujeres y niños y no deja de ser
irónico que esa mano sea la de una mujer negra. Esa mano, untada de sangre,
representa a todo el poder diplomático de Estados Unidos que no duda en
respaldar y participar directamente en un genocidio que se libra a miles de kilómetros
de su territorio, pero con su participación directa.
La acción genocida
de Estados Unidos incluye múltiples aspectos, entre los cuales vamos a resaltar
dos: el apoyo militar directo y la destrucción de la UNRWA.
LAS ARMAS DEL GENOCIDIO
Las armas y equipos
que emplea Israel para bombardear, ocupar y destruir la franja de Gaza y a sus
habitantes provienen en gran parte de Estados Unidos, que le proporciona el 80%
de todo el material bélico empleado. También le concede anualmente 3.500
millones de dólares a Israel, los cuales son usados en desarrollos tecnológicos
encaminados a producir artefactos de muerte para mantener la ocupación colonial
de Palestina. La dependencia sionista de los suministros de armas y municiones
de Estados Unidos es absoluta, puesto que sin las mismas Israel tendría
reservas solamente para tres días.
La participación
militar de Estados Unidos en el genocidio va más allá de proporcionar armas,
municiones y equipos, puesto que, tras los ataques del 7 de octubre, aumentó
sus suministros bélicos y envió dos portaaviones, con armas nucleares, y con
dos mil soldados que monitorean el aire, suelo y mar de Israel para impedir
cualquier ataque y bombardear a quien se le antoje por ser “enemigo” de Israel.
Además, Estados Unidos, junto con Inglaterra, libra una guerra de agresión
contra los hutíes de Yemen, el único grupo que en la región está rechazando el
genocidio de Israel, en forma activa y no retórica. Para intentar detener las
acciones de los hutíes, Estados Unidos e Inglaterra están bombardeando el
territorio controlado por estos rebeldes, con el vano objetivo de impedir que
estos sigan torpedeando la circulación de barcos, de bandera Israelí, inglesa o
estadounidense que circulan por el Mar Rojo, por donde cruza el 11% del comercio
mundial de mercancías y combustible.
Después del 7 de
octubre, de Estados Unidos han despegado miles de vuelos de aviones militares
que proporcionan armas, bombas, equipos, repuestos, municiones… para que
mantengan su equipo de muerte y su ritmo de bombardeo contra civiles
indefensos. Las bombas que lanza Israel de día y de noche, sean del tamaño que
sean, provienen de fábricas militares de Estados Unidos. Así, Boing suministró
en los primeros días de octubre 1000 bombas de 250 libras, con cada una de las
cuales se han aplastado a miles de inermes habitantes de Gaza.
MATANDO DE HAMBRE A UN PUEBLO
El genocidio, el
intento consciente y planificado de exterminar a un grupo humano o a una parte
de él ‒que es lo que está sucediendo
en Gaza‒ comporta el empleo de diversos
mecanismos de exterminio, entre los que sobresale el esfuerzo para matarlo de
hambre. Y eso sucede en estos instantes en Gaza, con la participación directa
de Estados Unidos. El hecho más claro en esa dirección lo constituye la
intención de destruir La Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de
Palestina en Oriente Próximo (UNRWA). Esta entidad fue creada en 1949 por la
ONU con la intención de crear campamentos de refugiados en los cuales alojar a
los 700 mil palestinos expulsados por Israel de sus tierras. Está entidad
emplea a 30 mil personas, la mayor parte de ellas refugiados palestinos Tiene
programas de educación, en varios niveles; de salud con 183 centros de atención
primaria y algunos hospitales; lleva a cabo un programa de ayudas alimenticias
a 250 mil personas en los campos de refugiados; en tiempos en que se acentúan
los ataques directos de Israel, la UNRWA presta ayuda de emergencia a los
habitantes de Gaza y Cisjordania. En la actualidad atiende a seis millones de
refugiados de origen palestino.
La UNRWA se
financia con un 95% de contribuciones voluntarias de diversos países y de la
Comisión Europea, y otro porcentaje proviene de donaciones de ONG o de
particulares. Las contribuciones se hacen en dinero y una menor parte en especie.
Israel nunca ha
ocultado su intención de destruir a la UNRWA, por lo cual procede con
premeditación y sadismo a bombardear las infraestructura de esta instancia de
naciones unidas y a asesinar a su personal. En esta ocasión, ya van centenares
de médicos, enfermeros, profesores, asistentes sanitarios, proveedores de
alimentos… que han sido asesinados. Esas acciones se hacen con armas de Estados
Unidos, país que además nunca condena ni sanciona los ataques de Israel a la
ONU. El objetivo de Israel, para lo que cuenta con la aprobación de Estados
Unidos y la Unión Europea, es liquidar las instituciones que puedan ayudar a
los palestinos, para matarlos de hambre y no puedan enfrentar las enfermedades
y epidemias y dejen de educarse.
Luego de la ambigua
decisión de la Corte Internacional de Justicia (CIJ), una instancia de la ONU,
en que admite tramitar la denuncia contra Israel sobre genocidio, este decidió
arremeter contra la UNRWA acusándola, sin pruebas de ninguna índole, de ser una
instancia al servicio de Hamas. De inmediato, dándole plena credibilidad a
Israel, los principales financiadores de la UNRWA decidieron quitarle su apoyo
financiero y entre esos se encuentra Estados Unidos. Esto supone poner en
peligro inmediato de muerte, por hambre y enfermedad, a 2 millones y medio de
palestinos de la Franja de Gaza. Los que ahora le quitan el apoyo financiero a
la UNRWA son los mismos que proporcionan armas a Israel; es decir, incurren en
un doble crimen contra los palestinos: los asesinan con artefactos bélicos y
los extermina por física inanición.
En conclusión, en
otros tiempos la marca Made in USA se estampaba en las mercancías para mostrar
el poder de Estados Unidos en la economía mundial ‒cuando producían bienes
industriales y bienes de consumo y los exportaban a todos los continentes‒ pero ahora que ese país no produce
ni lastima, puesto que gran parte de lo que circula por el mundo proviene de
China, solo le queda como registro la muerte y el crimen. Y eso se demuestra
con lo que acontece en Gaza, un genocidio con el macabro sello Made in USA.
Publicado en papel
en El Colectivo (Medellín), No. 94, marzo de 2024
Rebelión ha
publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de
Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
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