LIGA ESPAÑOLA: UNA, GRANDE Y LIBRE
Con
el nuevo modelo, lo que ocurra en los campos de fútbol será retransmitido bajo
el prisma del exmiembro de Fuerza Nueva Javier Tebas. Entre esto, la Supercopa
en Arabia y el Mundial de Qatar no estaría de más apagar la tele
GERARDO TECÉ
Javier Tebas, presidente de La Liga, en un evento en 2019.
Si usted, como yo, es consumidor de fútbol profesional, deme un abrazo y lloremos juntos en una esquina porque seguir participando de un negocio tan putrefacto con la excusa de la pelotita tiene su mérito. O una cita con el psicoanalista, según se vea. El país que mide las distancias en Bernabéus y que hace tiempo convirtió el deporte de las clases populares en un parque de atracciones controlado por empresarios mafiosos y fascistas de medio pelo estrena este año una novedad de lo más sincera. Desde este curso que comienza, las retransmisiones futboleras que usted, como yo, verá por televisión, dejarán de estar manipuladas en favor de los clubes grandes como en el viejo modelo y pasarán directamente a un modelo de censura que ya quisiera para Corea del Norte el amado líder y especialista en la pena máxima Kim Jong Un. El Kim Jong Un español, como no podía ser de otra forma, no es comunista –quita, quita– sino un ultraderechista de bien, de nombre Javier Tebas y de oficio presidente de la Patronal de Empresarios del deporte putrefacto también conocido como La Liga.
El funcionamiento de censura que
se estrena surge de un nuevo modelo en el que La Liga controlará las retransmisiones
deportivas y de paso el trabajo de los periodistas que participen de las
coberturas. Un funcionamiento tan sencillo que el propio Tebas es capaz de
explicarlo. “Yo no voy a decirle a los periodistas lo que deben preguntar, pero
cada periodista deberá saber lo que no debe preguntar. Si un periodista
pregunta algo que no está dentro del manual, no volverá a salir. Si el canal
está controlado por La Liga, lo que no puedes hacer es preguntar una cosa que
no creemos que sea adecuada”. Es decir, el sueño de Florentino y cualquier
empresario de éxito que se precie hecho realidad mediante norma escrita y
contrato firmado. De momento y dado que Pablo Iglesias no es lateral izquierdo
del Rayo Vallecano, la asociación de la prensa se mantiene al margen de la polémica.
Una de las primeras consecuencias
de este asalto, uno más por parte de la ultraderecha a otro entorno mediático
del país, son las nuevas caras de los periodistas contratados por La Liga para
retransmitir partidos de fútbol. Entre ellos destacan ilustres miembros del
prestigioso Chiringuito dirigido por el nacionalista español y servidor de
Florentino Pérez, Josep Pedrerol. Periodistas que, con la lección bien
aprendida de casa, no tendrán problemas de censura. La mejor censura es
contratar a quienes no tendrás que censurar. El fútbol patrio, con Tebas al
frente, da un paso más en su transformación en gran empresa en manos de la
derecha mediática. Lo vimos cuando el primer partido suspendido en la historia
de la liga española por gritos violentos fue aquel en el que aficionados del
Rayo Vallecano le recordaban a un jugador de ideología nazi que era un nazi. Lo
vemos en cada retransmisión deportiva en la cual las aficiones juveniles de
ideología ultraderechista son presentadas como grada de animación y las de
izquierda como grupos radicales. Con el nuevo modelo, lo que ocurra en los
campos de fútbol –reflejo de la sociedad según se dijo siempre– será
retransmitido bajo el prisma y a voluntad del exmiembro de Fuerza Nueva Javier
Tebas. Entre esto, la Supercopa en Arabia y el Mundial de Qatar no estaría de
más hacerle caso a Éric Cantona y apagar la tele
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