Y de repente un viaje
El 15 de septiembre, se presentó. Y de repente un viaje, obra pictórica de Pedro Raidel en La Casa
Massieu, Tazacorte, La Palma.
No habla, pero en sus ojos anida toda una
conversación” (Henry Wadsworh)
Me
gusta escribir sobre escritores y pintores quizás porque, cuando escribo sobre
ellos, siento que escribo sobre mí misma. No conocía a Pedro Raidel ni su obra.
Me lo presentó un amigo común, y al conocer que era un artista plástico y que
su nueva exposición estaba inspirada en la obra de José Saramago El viaje del elefante, despertó mi
curiosidad, realzó la solemnidad de la ocasión, me envolvió en recuerdos:
En la magnífica conferencia que pude escuchar de José Saramago en Lanzarote, en aquella película de mi más tierna infancia, titulada La Senda de los Elefantes, en el que el sonido produce imágenes más allá de las que aparecen en la pantalla. 0 en aquellos días que debajo de la carpa del Circo Price, era incapaz de apartar los ojos de aquellos enormes paquidermos que me miraban fijamente.
Me
sedujo la idea de dejarme llevar por el diálogo de dos artistas, dos obras: la
novela de Saramago y la obra plástica de Raidel.
La
novela de Saramago, El viaje del elefante,
narra como Juan II, rey de Portugal obsequia a su primo el archiduque
Maximiliano III de Austria un elefante asiático. Describe el viaje de un
elefante por ciudades europeas desde los ojos de los personajes de la época,
siglo XVI. Un elefante grande, enorme, barrigudo, con una voz capaz
de asustar a los menos timoratos y una trompa como no la tiene ningún otro
animal de la creación. Asegura el escritor que es una metáfora humana, que
aunque esté protagonizado por un animal justifica el libro.
En
esta muestra pictórica titulada Y de
repente un viaje, Raidel, recrea el espíritu del libro, El viaje del elefante, el diálogo y la comunión entre la palabra y
la representación plástica de dos artistas que se intercambian pensamientos,
reflexiones de este universo, en donde de alguna forma casi todos somos
náufragos y supervivientes.
Y
nos presenta en grandes y pequeños formatos la abstracción y la figuración,
centrada en el personaje central, Salomón. Dibujos parados en el tiempo,
testimonio realizados con gran detallismo, suaves, dóciles. Retratos que parece
que retumban, gritan, nos estremecen. Un
momento de delicia visual. Realizados con una técnica minuciosa, con lápiz,
carboncillo, acrílicos, dibujos, collage o collagraph, donde la luz y la sombra
quizás semejan el bien y el mal.
Bellas
composiciones, sobre tabla lienzo o papel, casi carente de color: ocres, azules
cobalto, rojos, grises, verdes oscuros y casi negros. Colores que han estado
destinados a las esperanzas terrenales. Figuras que tienen una presencia
destacada en primer plano con rostros delicados, sensibles. Fragmentos, cicatrices de unos elefantes
desnudos que actúan como el espejismo de la eternidad.
En esta muestra, Raidel ha
querido ser testigo de la realidad y expresa también uno de los objetivos de la
novela de Saramago: La reflexión sobre la
compasión solidaria. Y utiliza el arte para interpretar la vida de Salomón,
desentrañar en su mirada, la ternura, el miedo, el hambre, la agonía, la
nobleza. El sentimiento
de injusticia al que ha sido sometido el protagonista en su
largo, largo viaje.
Y capta
el artista la humanidad del elefante, el gesto emocional de los ojos, la
relación afectiva, la naturaleza de la expresión, la vulnerabilidad y la reciprocidad de la mirada, de
esa mirada que nos dirigen esos mastodontes que nos invitan a los otros a mirar
en su interior. Esa mirada mutua por la que conocemos las intenciones de cada
uno en el mundo de la naturaleza. En un mundo donde la muerte no es poética. Nos
muestra el silencio, la piel rugosa que los protege de las inclemencias del
clima, el carácter y la simbología de la multiplicación de su patas en su
laborioso caminar. Nos muestra esa mirada que al contemplarla sentimos que la
hemos hecho nuestra.
Pedro
Raidel, nace en Tazacorte, La Palma en 1961. Desde pequeño se entretenía
haciendo copia de dibujos de todo tipo y me confiesa:
-
Quien
primero se dio cuenta de mi sensibilidad para el arte fue mi madre, pero fue mi
profesora de dibujo en la escuela, Rosa Cabrera, de familia de grandes músicos
en Tazacorte, quién hablo con mis padres y les dijo que debería estudiar Bellas
Artes porque hacía unos dibujos extraordinarios.
Licenciado en Bellas Artes por
la Universidad de La Laguna,1986. Profesor de dibujo artístico y color en la
Escuela de Arte, ha despertado anhelos, descubierto vocaciones, iniciado a la
juventud en el amor por el arte. Ha participado en exposiciones, certámenes,
muestras desde 1984 hasta 2.022.
En
esta muestra Y de repente un viaje,
Raidel nos ofrece con su amplia paleta, el pequeño universo dramático del mundo
de los elefantes, y nos da un mensaje de
humanidad, de generosidad y de esperanza. Un mensaje que me ha hecho recordar a
Bergman que nos dice en sus películas: Con
todos los condenados hemos aprendido no solo a vivir en el Infierno, sino
también que el Averno está en nosotros.
La
exposición permanecerá abierta hasta el 16 de octubre en La Casa Massieu,
Tazacorte, un lugar que tiene unas puestas de sol tan espectaculares que hace
de esa villa un lugar único.
Rosario
Valcárcel, poeta y escritora
Blog-rosariovalcarcel.blogspot.com
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