Y NO SÉ...
DUNIA SÁNCHEZ
Y no sé. Te esperaba en
la perfección de tu esencia abrigando mi desnudez. Sí, te esperaba junto a una
hoguera donde los cuerpos emergen de las cenizas y se vuelven nubes azules de
sus ensueños. Pero no viniste. Te evaporaste como las gotas de agua que cae
ante el denso calor. La oscuridad sin embargo me tendió sus brazos abiertos.
Unos brazos que se balanceaban por esas vertientes donde los grotescos rostros
de la nada acarician mi tez. Arrugas emanaron de mi piel. Fui envejeciendo
apresuradamente. Mis manos rajadas no podían avanzaban, a cada paso, se hundía
en el dolor, en la pena, en las lágrimas. Y no sé. Te esperaba en susurro del
viento cuando con su canto bajaba hasta mis labios. No viniste. Te fuiste con
tus espaldas tatuadas de adiós eterno. Un adiós que hace temblar cada
movimiento en mi desfallecimiento. En grutas me sumergí. Grutas donde el balazo
de lo negro vestía mis ojos cansados. Allí me quede, vírate y mírame. Sí allí
me quede con mis sentidos putrefactos, con mi aliento desdichado por violentas
espinas de rosas sin pétalos. Sin
embargo, de repente una luz vino hacia mí. Era el sol que anunciaba una nueva
vida. Tenía que seguir. Sí, levantarme y admirar la naturaleza de su
corpulencia. Y lo miré. E hipnotizada se engendró en mi una nueva vida. Una
vida cuyo mensaje era maravíllate por lo
que surge en cada instante de tus pasos, de tus manos abiertas a esta tierra
que vuela y vuela en el paraíso de los sueños.
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