ISRAEL PIERDE
LA BATALLA DE LA OPINIÓN PÚBLICA
MIGUEL ANGEL
FERRER
Poco a poco va siendo evidente que Israel está perdiendo la
batalla de la opinión pública en su artera y criminal agresión contra la
población de Gaza y, en general, contra la nación palestina. Y no podía ser de
otra manera. Vivimos en la época de mayor y más extenso desarrollo de los
medios de comunicación, lo que hace imposible ocultar o minimizar el genocidio
que Tel Aviv está cometiendo en Gaza.
Israel pierde la batalla de la opinión pública
Es cierto que la inmensa mayoría de los medios de comunicación
occidentales, como gigantescos conglomerados capitalistas y por tanto simpatizantes
del sionismo, pretenden ese ocultamiento y esa minimización, pero es claro que
no lo están logrando.
Contra toda la palabrería en favor de la agresión, basta una
fotografía de niños palestinos asesinados por la metralla israelí en la primera
plana de cualquier periódico del planeta para concitar el repudio y la condena
más severa para el gobierno israelita.
¿Cómo ocultar o minimizar la declaración pública de condena a
Israel de varias centenas de los más prestigiados científicos, artistas, periodistas,
cineastas y, en general, de los mejores intelectuales del orbe? Hace apenas
unos días un grupo de cineastas y artistas españoles pidió el cese de la
criminal agresión contra Gaza, y la maquinaria mediática occidental no pudo
evitar su difusión, la que resultó enorme. Y, acto seguido, tampoco pudo
ocultar o minimizar la respuesta amenazante, abiertamente chantajista, de los
grandes estudios hollywoodenses contra cineastas y artistas: “Si protestáis por
la agresión y censuráis a Israel no podréis filmar en Hollywood. No habrá
contratos, dinero a raudales y una mayor celebridad internacional”.
Por otra parte, internet permite y consigue que millones y
millones de personas, sobre todo jóvenes, conozcan los hechos de Gaza y los
crudos testimonios y evidencias sobre la matanza que el ejército israelita
lleva adelante en los territorios ocupados ilegal y militarmente por Tel Aviv.
El fracaso del ocultamiento de la masacre ha obligado al
sionismo a echar mano de sórdidas justificaciones a cargo de ciertos
intelectuales de la más cavernaria derecha. A la sucia, interesada y
económicamente rentable campaña justificatoria se han sumado personajes ligados
al imperialismo como Enrique Krauze y Mario Vargas Llosa. Pero estos tristes
personajes sólo han conseguido un mayor desprestigio político y humano.
Pero si la tarea de ocultamiento y minimización de la matanza ha
sido imposible, también lo está siendo el éxito de la campaña militar
israelita. Tel Aviv es capaz de producir enormes sufrimientos, ríos de sangre y
montañas de muertos, pero no está en posibilidades de vencer la resistencia
palestina a la ocupación y al despojo. Resistencia política, social, ética y
cultural a los esfuerzos de dominación
sionista.
Pare vencer, Israel tendría que poner en práctica un genocidio
absoluto. Y no hay en la historia, al menos en los últimos 500 años una
experiencia semejante. La conquista de América es prueba fehaciente de la
imposibilidad del genocidio absoluto. Cinco siglos más tarde, la población
originaria de América sigue viva y luchando por recuperar sus tierras, sus
aguas, sus derechos. Al menos el diez por ciento de la población actual de
México es indígena o se reconoce indígena.
A ese genocidio español en América se le ha llamado la mayor
hecatombe demográfica de la historia. De 25 millones de habitantes a finales
del siglo XV, la Conquista exterminó a más de 24 millones. Estuvo España cerca
de lograr el genocidio absoluto, pero no lo consiguió.
Mientras haya guerras de conquista, ocupación militar y rapiña,
habrá resistencia. Pacífica o armada. La causa palestina no puede ser
derrotada. Ni militar, ni cultural ni mediáticamente. Ya lo sabíamos y, por
enésima vez, lo estamos comprobando.
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