¿RELIGIÓN VERDADERA?
FRANCISCO SANZ
¿Qué religión están aprendiendo hoy
nuestros hijos, qué religión están enseñando a nuestros nietos?
Hay que sustituir las religiones teístas por las civiles. Porque
estas últimas no sólo no llaman a la salvación de las personas individualmente
sino que las llevan a colaborar unas con otras, no las llevan a preocuparse más
por las cosas imaginarias que por las reales, no incitan a la indiferencia en
asuntos políticos, no insultan a la inteligencia de las personas pretendiendo
que crean cosas no sólo falsas, sino incluso absurdas y finalmente porque no
llevan su prédica de la no-violencia hasta el extremo de desautorizar al pueblo
a defenderse del abuso de los poderosos. El espíritu del cristianismo es
demasiado favorable a la tiranía como para que esta no lo aproveche siempre.
Menos cuando eran revolucionarios. Los emperadores cristianos, sostenía
Rousseau, destruyeron el Imperio Romano: “Cuando la cruz hubo expulsado al
águila, todo el valor romano desapareció”.
Comte apenas se molestó
en responder a la pregunta “trivial” de
cómo conseguiría el positivismo desplazar a la Iglesia Católica y sus
influencias. Pensaba que del mismo modo que la mecánica newtoniana había
quitado de en medio a las teorías de Aristóteles: por el potencial superior de
sus ideas para explicar la realidad. Sin embargo una religión civil no nos
permite acercarnos a entidades sobrecogedoras ni nos da, aunque sea con la
promesa de otra vida, consuelo por los sufrimientos en los que la nuestra abunda,
ni ayuda a bien morir, como las religiones teístas. Esas cosas ayudan a creer
en Dios.
Lo más cerca que hemos
estado de una religión civil es con la desobediencia civil. Pues bien antes de
embarcarse en un acto de desobediencia civil debemos, según uno de los mártires
de la desobediencia civil entendida como una religión, M.L. King, debemos:
Informarnos de los hechos, la injusticia de los hechos que nos llevan a esta
acción, contrastarlos adecuadamente, considerar cómo pueden cambiar por lo que
vamos a hacer. Negociar a muerte apurando todas les medidas legales a nuestro
alcance. Examinarnos para precisar si somos lo bastante fuertes para aguantar
lo que se nos viene encima, por ejemplo una violencia a la que no podremos
responder, una prisión que no debe quebrantarnos. Y finalmente: Hacerlo, y
mantenernos firmes en ello, sin dar marcha atrás. Todo un catecismo, una
preparación para el martirio por la fe.
¿Religión verdadera?
Todas las religiones son verdaderas, en cuanto hacen vivir espiritualmente a los
pueblos que las profesan, en cuanto los consuelan de haber tenido que nacer
para morir, y para cada pueblo la religión más verdadera es la suya, la que le
ha hecho. (Unamuno, en San Manuel Bueno, mártir). ¿Qué religión están
aprendiendo hoy nuestros hijos, qué religión están enseñando a nuestros nietos?
Es un misterio.
En La prueba del
laberinto, Mircea Eliade escribe: “Lo sagrado no es una etapa en la historia de
la conciencia, sino un elemento de la estructura de esa misma conciencia. En
los grados más arcaicos de la cultura, vivir como ser humano es ya en sí mismo
un acto religioso, puesto que la alimentación, la vida sexual y el trabajo
poseen un valor sacramental. La experiencia de lo sagrado es inherente al modo
de ser del hombre en el mundo”. Al final de sus días, como director del
Departamento de Historia de las Religiones en la Universidad de Chicago,
afirmaba: “Estoy seguro de que las formas futuras de la experiencia religiosa
serán completamente distintas de las que ya conocemos en el cristianismo, en el
judaísmo, en el Islam, que ya están fosilizadas, desvirtuadas, vacías de
sentido. Habrá otras expresiones. La gran sorpresa es siempre la libertad del
espíritu, su creatividad”. Cioran diría que Dios es el luto de la ironía.
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