TETE: GOLFERÍA
DEPORTIVA
JUAN HENRÍQUEZ
Antes en el sector de la
construcción se usaba mucho el trabajo a destajo: acabar el tajo acordado antes
de la hora prevista. Eso es lo que ha hecho el TETE esta temporada, se
comprometieron a mantenerse en segunda, y una vez cumplido el objetivo se
echaron a la bartola, a gandulear. Cómo auténticos mercenarios, desde el
momento en que se vieron con serias posibilidades de subir a primera,
entrenador y jugadores, se conjuraron para no ganar ni un partido más de los
siete que restaban para finalizar la temporada.
¿Recuerdan aquel Real Jaén
1-Tenerife 0?, pues a partir de ahí decidieron no ganar ningún partido más. Lo
que ocurrió es muy simple de pensar y explicar. Primó más en la plantilla,
encabezada por la mafia deportiva del entrenador Álvaro Cervera, el interés
personal de garantizarse el curro en el equipo, que el deportivo del Club. Lo
diré más claro. Para el supuesto que hubieran cumplido con su obligación,
profesionalidad y autoestima, estaba cantado que subir a la primera división
estaba al alcance, bien por la vía del ascenso directo, bien por quedar campeón
de los play off.
Así, por la puta cara, y a
la vista de los acontecimientos con el visto bueno del Presidente, se renunció a
subir a la primera división. ¿Por qué? Sencillamente porque peligraba el futuro
del entrenador y el contrato de la mitad más uno de los jugadores, totalmente
descartados para poder estar en la liga de las estrellas; demasiado traje para esbirros
plañideros. Esto no es serio, unos vividores sin conciencias, que le han tomado
el pelo y se han reído en la cara de una afición que merecíamos el total respeto.
Ahora se entiende el despido
del director técnico, Quique Medina. Seguramente el único que se opuso a la
golfada de perder, de manera intencionada y especulativa, los siete partidos
que restaban de la temporada. Había que evitar a toda costa, ni siquiera
permitir una remota posibilidad, de que el TETE subiera a la Primera División.
Y lo peor: ¡Tragar a esta golfería deportiva!
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