LA ARITMÉTICA DE BENTOS, DELEGADA PARA CANARIAS
DEL GOBIERNO
METROPOLITANO
MOVIMIENTO UPC
El siete de junio de 2014 se convocaron
manifestaciones en todas las islas Canarias, incluyendo el Archipiélago no tan
Chinijo, pues tanto los habitantes como los visitantes de la Graciosa salieron
masivamente a la calle, oponiéndose con actitud firme, clara y segura en contra
de las prospecciones que, con muy malas mañas, pretende llevar a cabo la
petrolera española Repsol en las aguas que sólo a Canarias corresponden, eso
si, una vez que posea soberanía sobre las mismas, para lo que es
inprescindible, acorde con el ordenamiento jurídico internacional, que
acatamos, pues somos gente de orden, proceder previamente a la descolonización
y proclamación de la independencia, pues con el actual “statu quo” España, como
administradora de esta desdichada colonia, sólo tiene jurisdicción en doce (12)
millas alrededor de cada isla (Parte IV, artículos 46 al 54 de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho
del Mar, Convención
de Montego Bay de 1982, dedicada a la definición y regulación de los espacios
marítimos y aéreos en los llamados Estados archipelágicos), mientras que las
prospecciones autorizadas se extienden hasta más de cuarenta millas de las
costas de Lanzarote y Fuerteventura, lo que, por otra parte, no debe extrañar a
nadie, dado que España actúa como un auténtico Estado forajido, al estar gobernada por grupos
e individuos que no respetan los derechos humanos, convierten el derecho en una
farsa, o mejor en un sainete y sustituyen las normas éticas de la convivencia
social por un comportamiento propio de bandidos, no de personas civilizadas y
mucho menos de estadistas. Sus gobernantes incumplen las leyes y convenios
internacionales y desafían, en vez de acatar, las decisiones de los organismos
internacionales que están encargados de velar por el mantenimiento del orden y
la paz mundial, dando lugar a un auténtico Estado forajido, en definición del
filósofo estadounidense John Rawls.
Sostiene la delegada que fueron muchísimos
más los canarios y canarias que no asistieron a las manifestaciones en contra
del petróleo que los que si lo hicieron y tiene razón demagógicamente hablando,
lo que no quiere decir que los que no se han manifestado todavía estén a favor de
los prospecciones y mucho menos de las extracciones.
Si la delegada quiere confrontar las
encontradas posturas a favor y en contra de las prospecciones lo tiene bien
fácil, realizando una convocatoria invitando a salir a la calle a todas
aquellas personas que estén a favor de las mismas e incluso convocando un
referéndum y contar uno a uno los votos a favor y en contra de las mismas.
Claro que eso de contar los votos nos lleva
a la aritmética, en la que no parece muy versada la delegada, sobre todo teniendo
en cuenta que del total de los 1.670.555 ciudadanos que conforman el censo
electoral de Canarias 132.475 votaron al mal denominada Partido Popular (PP) en
las recientes elecciones al Parlamento Europeo, menos del ocho por ciento (7.9
por ciento para ser aritméticamente exactos) del censo electoral, o sea, el 6
por ciento de los 2.110.039 residentes a 1 de julio de 2013, que incluye
también, obviamente, a los que no tienen derecho reconocido al voto, último
dato publicado por el Instituto Nacional de Estadística de España. muy por
debajo de la cifra de manifestantes que el 7 de junio de 2014, clamorosa y
festivamente respondieron a la convocatoria en contra de las peperas
prospecciones, que probablemente rozaron el 25 por ciento de los canarios, sin
tener en cuenta los innumerables compatriotas que desde la diáspora fueron
unánimes en contra de la destrucción de nuestros recursos naturales y estamos
hablando de cosas tan serias como la amenaza que el asunto del petróleo supone
para el banco de pesca canario-sahariano.
Las extracciones petrolíferas suponen un
continuo vertido al acéano, como siempre que se abre una llave, es suficiente
con fijarse en el charquito que se va formando debajo del surtidor cuando se va
a repostar a cualquier gasolinera (que nadie lo haga en las de Repsol). Pues
ese vertido continuo en cualquier extracción produce una contaminación
inevitable del ecosistema y no estamos hablando de una catástrofe como la del
Prestige, cuyo vertido llegó hasta la costa francesa, a miles de kilómetros de
distancia de su origen, sino del inevitable derrame consustancial con las
extracciones.
La contaminación del ecosistema no es un
mantra o una frase virtual, no, los ecosistemas son reales, y están formados
por todos los organismos vivos que habitan un espacio determinado, un biotopo
como lo denominan los ecólogos y ese ecosistema es uno de los de mayor
biodiversidad del planeta, al tratarse de una de las cinco zonas de afloramiento
de nutrientes del mismo, probablemente la más rica.
Las consecuencias inmediatas de las
extracciones darán lugar a la inevitable contaminación de esos organismos, que por
medio de la cadena trófica pasarán a otras especies, incluida la especie
humana, de tal manera que de seguir adelante el maléfico proyecto del ministro
de cuyo nombre no queremos acordarnos hasta los camarones sabrán a petróleo.
Movimiento por la Unidad
del Pueblo Canario (Movimiento UPC)
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