IRAK: WASHINGTON Y SU DESCALABRO
POR PABLO JOFRÉ LEAL
Irak se debate en una lucha que intensifica la destrucción del
país, la muerte de sus ciudadanos y sobre todo el camino al despeñadero después
de años de intervención estadounidense; cuyos resultados sólo han sido
intensificar las divisiones en este país de Oriente Medio.
La ofensiva del grupo Estado Islámico de Irak y al Sham (ISIS
por su sigla en inglés) perteneciente a la corriente islámica Takfirí/Wahabista
y que en sus orígenes constituyeron una fuerza mercenaria financiados con
dinero saudí y estrategia política diseñada en Washington y Tel Aviv, ha puesto
en el tapete el rotundo fracaso de la política exterior estadounidense y sus
intervenciones militares en Oriente Medio.
Fiasco particularmente visible en Irak, que tras la ejecución
del ex dictador Sadam Hussein (otrora aliado de Estados Unidos, Inglaterra y
Francia) comenzó el año 2003 una etapa de ocupación, que no cumplió ninguno de
los objetivos planteados: no hay democracia, no hay unidad nacional, no existe
un proyecto de país que reúna los intereses de kurdos, chiitas y sunníes. No se
ha fortalecido la economía y sólo han sido favorecidos el complejo militar
industrial estadounidense, las empresas que han reconstruidos refinerías, puentes,
carreteras, y otras obras de infraestructuras por decenas de miles de millones
de dólares. Mismas que fueron destruidas tras la invasión a Irak.
MUERTE A TODOS LOS INCRÉDULOS
A pesar de sus promesas como postulante presidencial, como
candidato a la reelección y como Premio Nobel de la Paz, Barack Obama ha sido
incapaz de concretar sus compromisos. No pudo sacudirse el pesado fardo de una
política exterior errada, agresiva, militarista y también vacilante, llevada a
cabo por los Bush (George padre e hijo) y que terminó convirtiendo a Irak en un
hervidero de intereses económicos, luchas religiosas y políticas. A cada paso
de las milicias Takfirí hacia Bagdad, Irak va en camino de convertirse en un
Estado fragmentado y dominado por los mismos que Estados Unidos y sus aliados
sauditas, han utilizado en su lucha contra Irán y Siria y que hoy se vuelcan
contra sus padres putativos. Cría cuervos y te comerán los ojos es la máxima
aplicable para la política exterior estadounidense.
Los Estados Unidos no parece aprender de sus estrategias
fallidas. Les pasó con Al Qaeda y hoy con el ISIS o Daesh como se le conoce en
árabe. Grupo nacido en las cárceles egipcias bajo el Gamal Abdel Nasser.
Corriente fundamentalista en pugna contra todas las corrientes islámicas a las
cuales considera incrédulas y por tanto necesarias de combatir. Grupo que tuvo
su período de aprendizaje – con aval occidental y de las monarquías del Golfo –
en Afganistán, Chechenia, Libia, Mali, Siria y hasta en Ucrania - y que hoy,
tal como al Qaeda en su momento, parece volar con alas propias gracias a las
conquistas de amplias zonas de Irak y el apoyo, hoy más soterrado pero
igualmente ingente de Arabia Saudita. El nombre tras el grupo takfirista es el
del jeque Abu Bark al-Baghdadi de quien se sospecha coordina sus acciones con
miembros del propio gobierno de al Maliki y del cual se recela también posee
buenas conexiones con el Mossad.
A las acciones del Daash hay que sumar la acción de los grupos
kurdos que operan a través de las denominadas milicias Peshmergas cuyo objetivo
es la creación de un gran Kurdistán que involucra zonas turcas y sirias y que
ya ha tomado el control de ricas áreas petroleras iraquíes y que al momento de
arreglar cuentas entre los distintos pueblos que habitan Irak no querrán soltar
aquellos territorios que consideran históricamente suyos. Hoy, parecen aliados
del gobierno chií pero…eso hasta cuándo. Difícil pronosticarlo, sobre todo,
porque hasta ahora Turquía, en cuyo territorio habían 20 millones de kurdos no
ven con mucha simpatía el papel que adquieren las milicias Kurdas.
Al mismo tiempo que el terrorismo se apodera del país, que se
supone sería un paraíso democrático, Irak ha develado la enorme corrupción de
lo que se conoce como el complejo militar industrial estadounidense, que
involucra a políticos, empresarios, organismo gubernamentales en una madeja de
intereses, que también suma a sus aliados occidentales y a las corruptas
monarquías del Golfo Pérsico. Ello ha demostrado el fondo de todas las
intervenciones estadounidenses y sus aliados, consignando que nada bueno se
puede esperar de una invasión y una ocupación cuyos frutos han sido la muerte
de cientos de miles de iraquíes – principalmente población civil – 2 millones
de refugiados y 7 millones de desplazados, la descomposición y destrucción del
país, de las fronteras geográficas, tal como se conocen hasta ahora y la
violación sistemática de los derechos humanos de una sociedad en guerra desde
hace ya 34 años.
Nunca el Irak de Sadam Hussein constituyó una amenaza al manido
argumento de Washington respecto a su seguridad nacional, como si parece serlo
el ISIS y su esencia yihadista antinorteamericana y anti-todo lo que no sea,
sencillamente, su visión de mundo mesiánico y de lucha incluso contra sus
hermanos de creencia. Así lo han reconocido políticos republicanos
norteamericanos como el presidente de la comisión de seguridad interior de la
Cámara de representantes, Michael McCaulk quien sostuvo que los terroristas del
ISIS “representan la mayor amenaza para el territorio estadounidense desde el
11 de septiembre del año 2001. Es un grupo que posee cerca de mil millones de
dólares y armas sofisticadas tras la toma de Mosul”
En el mismo tenor se pronunció el primer ministro británico,
David Cameron, quien advirtió que “el grupo terrorista Estado Islámico de Irak
y el Levante (EIIL) en Irak representa una amenaza directa para el Reino Unido
ya que los miembros de ese régimen, además de intentar conquistar territorio,
están planeando atacarnos a nosotros aquí, en casa, en el Reino Unido y la
solución a ello no está en atacarlos, pue atraería más problemas sino que la
soluciones a largo plazo: perseverante, paciente e inteligente para restablecer
la seguridad en el país árabe. "
recordemos que el propio gobierno británico ha admitido que medio millar de
británicos combate como mercenarios en las filas del ISIS.
A pesar de las palabras de temor, no existe autocrítica. Hoy,
Estados Unidos, sus aliados, las Monarquías del Golfo Pérsico, Turquía entre
otros son los principales responsables del auge del fundamentalismo en Oriente
Medio. La irresponsabilidad de estos gobiernos, la ineptitud demostrada en sus
relaciones internacionales, la irracionalidad de una política destinada a
dividir aún más a los pueblos con el fin de obtener réditos en las riquezas
hidrocarburíferas de la zona y profitar de la importante ubicación
geoestratégica en aras de la división del mundo, todo ello ha terminado por
demostrar que la política de gendarme del mundo y su visión imperial ya no
asusta a nadie.
Irak hoy, está más dividido que nunca. Entre suníes, chiitas y
kurdos. Entre los defensores el gobierno chiita de Nuri al Maliki y la
oposición sunita, cuyo brazo armado fundamentalista - el ISIS - avanza a pasos
agigantados a la capital, tras conquistar importantes territorios en el norte
Iraquí. Conquista que le ha significado consolidar posiciones en aras de
concretar su objetivo político de crear un califato que vaya de Irak al oeste,
lo que incluye a Siria.
Obama está en una difícil encrucijada. Si bien sacó a las tropas
estadounidenses (tras perder 4.500 militares en los 9 años de ocupación) no ha
salido totalmente de Oriente Medio, donde sigue moviendo sus hilos y donde la
situación de al Maliki sólo le ofrece dos soluciones: o conforma una fuerza
militar destinada a apoyar al debilitado gobierno chií – lo que socavaría su ya
alicaída imagen política y convirtiéndolo en Bush III – o consolida su
definitivo retiro, teniendo claro que al cabo de pocas semanas Irak será un
país perdido y en mano de grupos Yihadistas. Ello significa la posibilidad de
incrementar las tensiones con el gobierno de Irán, que no aceptará fuerzas
antichiies al otro lado de la frontera.
Estados unidos está sopesando todas las opciones de lucha contra
el ISIS, incluso una impensada hasta hace algunas semanas “cooperar con Irán en
apoyo del gobierno de al Maliki”, El secretario de Estado John Kerry sostuvo
que “estamos abierto a discusiones con Teherán si los iraníes pueden ayudar a
poner fin a la violencia y restaurar la confianza en el gobierno iraquí. No
descartamos nada que pueda ser constructivo pero, cualquier gestión con Irán se
concretaría paso a paso".
Irán ha sido enfático en declarar que está dispuesto a apoyar al
gobierno de al Maliki contra el ISIS si el gobierno iraquí pide la colaboración
de Irán para afrontar la ofensiva armada del grupo terrorista. “El gobierno de
Teherán estudiará el tema de acuerdo a los convenios internacionales. Es un
asunto bilateral y en ello no podrían intervenir terceros países” declaró el
Secretario del Consejo Supremo de seguridad nacional de la república islámica
de Irán, Alí Shamjani, en clara alusión a la responsabilidad de Estados Unidos
y sus aliados, que hoy con su política del leading from behind, entrega el
apoyo a través de terceros países como Turquía, Arabia Saudita, Qatar u otros,
tratando de superar la época de intervención directa.
Por su parte, como corroboración de lo sostenido por Irán, a
través de un comunicado, la oficina del primer ministro iraquí, Nuri al-Maliki,
acusó a Arabia Saudita de estar “del lado del terrorismo. Lo consideramos
responsable de la ayuda financiera y moral que reciben los terroristas del
grupo el Estado Islámico de Irak y del Levante”, señala el texto que sale en
oposición a la declaración saudí que el pasado lunes acusó al premier iraquí de
haber conducido a Irak al borde del abismo con su política de exclusión de los
suníes y pidió la formación de un gobierno de unión nacional.
Irán está dispuesto a apoyar la lucha contra el grupo Takfirí
teniendo claro que tuvo su origen en el apoyo estadounidense y de Arabia
Saudita. Por ello y a juicio de altos cargos iraníes, como el propio Shamjani
es Estados Unidos quien ha creado las oportunidades, ha dado el aval y el
sostén para la formación de grupos terroristas como el que combate al gobierno
de al Maliki “la actual crisis de Irak se enraíza en la intervención y la
conspiración de los enemigos occidentales y regionales de Irak, que va en
contra de la voluntad de los iraquíes”. Para mayor abundamiento sobre la
posición iraní, El Viceministro de Exteriores para Asuntos Árabes y africanos
de Irán, Hussein Amir Abdolahian declaró que “nuestro gobierno no considera
necesario ningún diálogo directo con Estados unidos en torno a los
acontecimientos en Irak”
Las acciones del ISIS ha dado pie para las más disimiles
referencias a su origen, financiamiento y desarrollo. Así, el jefe del Estado
Mayor de las Fuerzas Armadas de Irán, el general de división Hasan Firuzabadi
señaló a Hispantv que “el grupo takfirí ISIS es un truco del régimen israelí,
que busca la creación de un refugio para los sionistas destinado a alejar a las
fuerzas revolucionarias de sus fronteras y crear un lugar seguro para los
sionistas, hecho que han confesado también los medios de comunicación
sionistas”
Para Tom Engelhardt fundador de American Empire Proyect Irak
existen hechos irrefutables del fracaso de la política intervencionista
estadounidense “Primero, el modelo estadounidense de guerra no funciona y tras
13 años trece años de combate a los grupos terroristas, el fracaso es una
realidad: un Irak dividido por luchas intestinas, asediado, ruinoso, cuyo
gobierno es amigo de Irán y cuyas zonas dominadas por los sunníes están
controladas por un grupo aún más extremista que Al-Qaeda? En segundo lugar, las
guerras modelo estadounidense no han resuelto ningún problema, más bien han
aumentado los problemas mundiales. En tercer lugar el modelo estadounidense de
guerra es desestabilizador. En cuarto lugar las fuerzas armadas de EEUU no
pueden ganar las guerras que emprenden. Ninguna confrontación importante desde
Corea, Vietnam, Afganistán e Iraq ha sido positiva, van desde las tablas hasta
la derrota y el desastre. Salvo un par de campañas en las que se combatió
contra un enemigo inexistente (Granada y Panamá), nada –incluyendo la Guerra
global contra el terror– podría ser calificado de éxito. En quinto lugar las
fuerzas armadas estadounidenses no son “la mejor fuerza de combate que el mundo
ha conocido” o “la mayor fuerza de liberación humana que el mundo ha conocido”,
o cualquier descripción similar que el presidente de EEUU se siente
regularmente obligado a emplear”
Para el analista político y experto en Finanzas islámicas, el
inglés Rodney Shakespeare el avance Yihadista es una muestra que Estados Unidos
y Gran Bretaña han creado un monstruo que se ha vuelto contra ellos “y lo
siguen alimentando con un modelo fracasado, en parte porque les gustan y, en
parte, porque justifican las acciones para más espionaje, más armas y más
guerras. La creación del monstruo del
11S fue particularmente exitosa, ya que les permitió tener una excusa para
atacar a las naciones islámicas…sin embargo, en Europa, e incluso en los
EE.UU., cada vez hay más conciencia de que el monstruo takfirí/wahabí pronto
podría irrumpir por la puerta trasera…
Sin embargo, incluso mientras se quejan, los EE.UU., el Reino Unido y
otros más están animando, financiando y armando a los takfiríes y wahabíes! Esto,
por supuesto, es contradictorio, incluso demencial, pero ¿qué más da un poco de
esquizofrenia cuando estás entre amigos?”
Tal como pasó en Afganistán, como ha pasado en Libia, como
sucede en cada rincón del mundo donde Estados unidos interviene directa o
indirectamente, Washington y esa nube negra de fracasos que lo acompaña suele
soltar las fieras de la destrucción y después de la hecatombe suele asombrase
de los resultados y de la devastación ocasionada. En el caso de Irak, el
proyecto hegemónico estadounidense se desató a golpe de muerte y caos. La
apertura de las puertas del infierno anunciado por Amr Moussa – Secretario
general de la Liga árabe – con relación a la invasión y ocupación de Irak y hoy
el desarrollo sostenido del ISIS en suelo Iraquí es una realidad con resultados
a la vista: muerte y sufrimiento. Mucho sufrimiento.
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