AHORA
DUNIA
SÁNCHEZ
Ahora que somos
envergadura de las cimas que colindan con los astros. Bebemos de ellos. Alzamos
nuestros brazos y volamos por el paraje de los sueños que bien temprano
anuncian la ida de la madrugada. Aquí estamos. Somos ese rincón de esperanzas
que se mueve vigilante a través de las entrañas de este mundo agotado.
Anunciamos la luz de la paz con el tintineo de algún océano que sobrevolamos
como oasis fértil de vida. Me miras. Te miro. Y cuentas cada estrella que en
nuestro viaje interminable se va cruzando ¡Qué belleza¡, dices. Todo se mueve
en el sentido de nuestro aliento vertical. Sí, ascendemos como fuente que mana
el sabor de la bondad, de la honestidad. Aquí estamos, digo. Sí, aquí en medio
de un paraíso donde las aves migratorias están al acecho para tomar su rumbo.
Mientras aquí en esta cima. El universo anuncia buenos tiempos, tiempos
cambiantes que fecundará las manos en que nos agarramos para continuar por esas
estrechas cuerdas que dan al vacío. Te he dicho que te quiero. Creo que sí. Yo
no sé lo que tú habrás mencionado. Pero en este instante eterno nos conmueve un
beso. Para qué palabras. Sí, amarnos. Amarnos en los lindes de este paisaje de
ensueño ¡Qué pintoresco es¡, digo. Y me miras. Y te miro. Y con nuestra miradas
somos bocetos de esos colores que un arco iris de una lluvia ida nos trae el
sol. Ahora viene esa calidez que nos
hará erupcionar con los vuelos de nuestra imaginación, de nuestra ilusión.
Seremos…Seremos gaviotas que descenderán hasta las mareas al encuentro de las
ballenas que nos guiarán en el surcar de la jornada. Nos hundiremos. Hallaremos
esos ahogados que en la celeridad por el bienestar duermen en las
profundidades. Otra vez en la superficie saludaremos aquellos que vagan en la
ruta de los sueños. Y cuando anochezca volveremos a esa cima. Sí, esa cima que
tanto nos embriaga.
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