EL ENVÍO TURCO: SEGUNDO ENCUENTRO CON PILAR
ESCALONA
C.A. BENÍTEZ
Existe una virtud entre algunos escritores —al menos así lo creo
para determinadas obras literarias—, que es la de poder escribir de forma
sencilla y a la vez no caer en la literatura del tipo "lista de la
compra": «Llegué al aeropuerto de Tenerife. Bajé del avión cansado. Me
metí en el autobús. Cinco minutos tardamos en llegar a la terminal». Esto me lo
acabo de inventar, y quiero adelantarlo ya, no es el estilo de Pilar Escalona y
su novela El envío turco (Ediciones Idea).
Dado que no soy un lector habitual de novela negra, policíaca o de misterio, pocas cosas puedo decir del género; así que me limitaré a comentar dos o tres aspectos que me resultaron reseñables de El envío turco. Y es que uno también escribe, e inevitablemente coge recortes de aquí y de allá que le ayuden a mejorar por simple e inteligente comparación
Dado que no soy un lector habitual de novela negra, policíaca o de misterio, pocas cosas puedo decir del género; así que me limitaré a comentar dos o tres aspectos que me resultaron reseñables de El envío turco. Y es que uno también escribe, e inevitablemente coge recortes de aquí y de allá que le ayuden a mejorar por simple e inteligente comparación
Ni que decir tiene, que la obra parece estar muy bien
documentada, recreando Turquía —y yo no he estado aún allí— con un excelente
grado de detalle, aportando la sensación, he aquí lo reseñable, de que uno
realmente está allí y, sobre todo, intuyendo de una manera fidedigna lo que se
podrá encontrar cuando lo haga. Asimismo, y sin voluntad de destripar el libro
para aquellos que no lo hayan leído, me sorprendió (me entusiasmó) el nivel de
detalle de una serie de
robos narrados en aquel, así como del oficio policial,
y que forzosamente me lleva a preguntarme si la autora tuvo en algún momento la
intención de desvalijar algún (...) en Estambul... ¡Esto es una broma,
lógicamente! Supongo que todos los escritores de este género literario se
documentan ampliamente para poder escribir este tipo de novelas. Me consta que
Pilar Escalona conoce Turquía.
Por otra parte, la estructura del libro me pareció óptima; sobre
todo el empleo de capítulos cortos en un texto de más de trescientas cincuenta
páginas, de tal modo que evoca el espíritu de una película con sus respectivas
secuencias y escenas. Al menos, a mí me lo sugirió; y con esto no digo que haya
sido escrito como un guion de cine, ni mucho menos. Dicha estructuración, sobre
todo, agiliza la lectura; además de que uno (el lector) sabe de antemano cuando
puede hacer una pausa en la lectura para, por ejemplo, "ir al baño",
sin necesidad de hacerlo en mitad de la vorágine de un capítulo, sino justo
cuando sabe que va a concluir unos de esos breves capítulos.
Repito que no estoy familiarizado con la novela negra o de
misterio —y eso que una de las obras de las que guardo mejores buenos recuerdos
juveniles es precisamente El halcón maltés, de Dashiell Hammett—; si bien, la
trama de El envío turco me pareció muy bien hilvanada teniendo en cuenta la dificultad
inherente a elaborar un argumento de estas características: saltos geográficos
—no recuerdo si también de tiempo—, multiplicidad de personajes, situaciones y
escenarios...
Quizás no esté hablando de este libro como un lector, sino como
alguien que también pretende escribir; aunque este blog va precisamente de eso:
del intercambio de ideas y opiniones entre autores y/o lectores con el
propósito de aprender, mejorar, reforzarse en el estilo, o bien cambiarlo. La
única crítica que quiero y puedo hacer a la novela de Pilar Escalona —y que en
realidad no es una crítica, sino un punto de vista particular; es decir, una
preferencia personal, que no necesariamente significa el mejor camino para
escribir con acierto— es, tal vez, y a riesgo de estar equivocado o de ser
injusto por mi propio desconocimiento del género literario en cuestión, la
falta (que palabra más fea) de un mayor grado de introspección o subjetividad
de los personajes; que no de profundidad, que sí la hay, y mucha. De hecho,
considero que esa introspección sí está en el libro, pero como quiera que la
autora puso el listón muy alto en cuanto a las descripciones de ambientes,
paisajes, escenarios, ciudades, situaciones o acciones, da la impresión de que
aquella introspección queda de algún modo solapada y supeditada a lo segundo, y
que, así lo quiero entender, habrá sido el objetivo principal de la obra: una
obra vibrante, amena y accesible a cualquier clase de lector. Ejemplifico lo
dicho con el siguiente extracto, y que espero no le importe a la autora que lo
reproduzca aquí ya que merece la pena:
«Entre los hombres predominaban los trajes de corte occidental,
bien fueran pantalones cortos y tenis con calcetines, bien pantalones largos y
zapatos. Las mujeres ostentaban un amplio abanico de trajes que iban desde las
minifaldas y shorts hasta los burkas, pasando por las túnicas y largas faldas
con tocados de hiyab. El colorido reinante era indescriptible; todas las
tonalidades, todas las gamas de color, toda la policromía existente en la naturaleza
se había dado cita aquí.».
Toda la policromía existente en la naturaleza se había dado cita
aquí... Un gran pasaje, y una preciosa frase.
El envío turco lo terminé de leer hace ya algunos meses; pero me
tomé mi tiempo para realizar una entrada sobre el mismo, pues cuesta horrores
—y a veces tiempo— hablar de la obra de otros sin caer en tópicos que no
aportan nada a quien esté interesado en leer el libro.
Por cierto, y para concluir, tiene pinta de que habrá una
continuación de El envío turco...
C.A.
Benítez
Pilar Escalona en la presentación
de El envío Turco
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