UNA
DECISIÓN HUMANITARIA
LO QUE NO DICEN SOBRE GUANTÁNAMO
NIKO SCHVARZ
El
martes por la tarde vi un programa de TV en el cual se preguntaba a los
panelistas si apoyaban o no la decisión del gobierno uruguayo de traer al país
a varios presos de Guantánamo.
En
mi vida he visto un programa más sesgado. Todos, absolutamente todos, se
pronunciaron en contra. Ni uno solo se pronunció a favor. Ni uno, y eran media
docena. El programa consistía, en suma, en difundir la opinión del Partido
Colorado y del Partido Nacional, expuesta profusamente en todos los medios
estos días, y en ocultar la opinión del gobierno y del Frente Amplio, y sus
sólidos fundamentos.
El
primero de ellos es una razón de orden humanitario. Quienes van a venir al país
(un palestino y cuatro sirios, según trascendió) no son presos, sino
secuestrados. Lo mismo que los más de 800 detenidos que desde enero de 2002,
bajo el gobierno de George W. Bush, han desfilado por ese centro de reclusión y
torturas, de los cuales todavía quedan 154. Todos han sido capturados por los
servicios especiales de Estados Unidos en sus países de origen, en forma
piratesca, en violación directa de toda la legislación internacional. Ninguno
de ellos fue sometido en ningún momento a la justicia; no vieron nunca un juez,
ni un fiscal, jamás tuvieron un abogado defensor.
Es
el reinado de la discrecionalidad más absoluta. No pesa sobre ellos ninguna
condena. Un documento del gobierno uruguayo (que sin duda exhibirá el canciller
Almagro cuando concurra al Senado en régimen de Comisión General o mañana ante
la Comisión de Asuntos Internacionales de Diputados) señala que las personas
detenidas en la cárcel de Guantánamo “están en condición de secuestradas, nunca
han recibido asistencia jurídica, ni las ha visto un juez, ni han sido
condenadas” y que el gobierno de EEUU “las detuvo en sus países de origen
violando todas las normas y principios del derecho internacional”. O como
expresó gráficamente el presidente Mujica, “se comieron 12 ó 13 años de
garrón”. Esto es lo que no dicen los detractores de la conducta del gobierno
uruguayo.
Tampoco
dicen que estas personas secuestradas han sido sometidas, durante años, a un
régimen bestial de torturas, que incluye el submarino (waterboarding),
privación de sueño, exposición a temperaturas extremas, música a volumen
estridente, obligación de permanecer durante horas en posiciones incómodas,
además de ofensas a las convicciones religiosas de detenidos musulmanes. Es lo
mismo, por otra parte, que ha venido practicando el gobierno estadounidense en
las numerosas cárceles secretas (o no tanto) que instaló en Irak, en varios
países de Europa y en otros continentes. La decisión del gobierno uruguayo
contribuye a que cese este régimen aberrante, y acentúa por ende su carácter
humanitario.
Y
contribuye también a que se clausure de una buena vez la cárcel de Guantánamo,
que es una vergüenza para la humanidad y está instalada en un territorio
usurpado a Cuba desde hace más de un siglo (1903). Esto lo prometió Obama al
comienzo de su mandato y no lo ha cumplido. Como expresa el citado documento
del gobierno uruguayo: “Si la comunidad internacional reclama que se cierre la
cárcel de Guantánamo, es entonces la comunidad internacional a través de sus
países la que deberá ayudar en lo que esté a su alcance en este sentido”.
Esto
tampoco lo dicen los detractores de la decisión del gobierno uruguayo, que en
las últimas horas han recibido desde el otro extremo el refuerzo de Jorge
Zabalza, a través de un vitriólico texto contra Mujica y su decisión. Pero han
quedado aislados en el mundo, que en líneas generales está apoyando la decisión
del gobierno uruguayo. Así, hemos visto una manifestación organizada por
Amnistía Internacional en Bruselas, al margen de la Cumbre EEUU-Unión Europea,
reclamando que se cierre Guantánamo y organizando un desfile con presos
encapuchados que remedan la situación imperante en la prisión. Por Canal 5,
Álvaro Padrón declaró que esta decisión situó a Uruguay en el mapa del mundo y
colocó en el centro la cuestión humanitaria. La ex vicecanciller Belela Herrera
declaró que en breve llegará al país una representante de Acnur, la
organización de la ONU para los refugiados, a fin de ocuparse de este tema
candente.
El
gobierno izquierdista de El Salvador ya acogió a dos de estos refugiados, y
otros 83 habrán de ser recibidos por terceros países como Francia, España,
Portugal, Bélgica, Suiza, Cabo Verde, Bahamas, Irlanda, Bulgaria, Eslovaquia.
Varios gobiernos de América han sido consultados, y Uruguay fue de los primeros
en contestar. Ya hemos indicado que respetó de esta forma lo mejor de la
tradición nacional en materia de asilo, de la cual reniegan blancos y colorados
juntos. Mujica citó una anécdota del viejo Batlle: cuando en 1914 unos
anarquistas fueron echados de Buenos Aires y el prefecto del puerto no los dejó
entrar a Montevideo, Batlle los mandó buscar cuando ya andaban por las Islas
Canarias, y en Uruguay obtuvieron refugio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario