HIGIENE DEMOCRÁTICA,
POR
FAVOR
Cándido
Quintana
La democracia en esta Ciudad de Santa Cruz de
Tenerife, más allá del comportamiento ejemplar de la mayoría de sus ciudadanos,
es algo que gran parte de la clase política utiliza a su conveniencia, buena si
sus efectos no les incomodan, pero de usar y tirar en caso contrario. Y no hay
que buscar demasiado para corroborar que realmente es así, el día a día de
cualquier actuación que les ponga en evidencia o las clásicas presiones de los empresarios del régimen, que
ya sabemos, lo dejan bien claro. Muchas iniciativas ciudadanas,
constitucionalmente reconocidas y emprendidas desde la congruencia, y
respaldadas con informaciones veraces y contrastadas, son escachadas
miserablemente, aún con dictámenes judiciales favorables, y lo son con la razón
de la fuerza, que no con la fuerza de la razón, que es como tendría que ser en
democracia.
Es
increíble, y los Estamentos Judiciales deberían entrar a saco contra ello, como
desde el poder político y con apoyos gratuitos, pagados o debidos de un sector
empresarial vinculado, medios de comunicación escritos y alguna que otra
institución de andar por casa, se viene torpedeando la sentencia del mamotreto,
bien directamente o bien confundiendo con las excelencias de esta mierda, de
las que muy claramente carece como mierda que es. Pero la situación es in
desmontable, como lo son todas las tramas maquiavélicas, es lo que es y obedece
a lo que obedece y punto, no le den más vueltas. Estos intentos extremos
utilizando todo tipo de argucias, no proceden, y menos partiendo desde un poder
político que debería dar ejemplo, acatar las decisiones judiciales y callar por
higiene democrática. Porque se intuye que persiguen presionar a personas, y los
jueces también lo son, que han tomado decisiones y las tendrán que volver a
tomar en la Audiencia Provincial, si finalmente los condenados recurren. Y ahí
está otra vez el Colegio de Arquitectos, dando la talla, como ya hizo con el
expoliador PGO de Santa Cruz, siempre a favor de los mismos como no podía ser
de otra manera, aunque tampoco esté claro en esta ocasión que su presidente
haya sido facultado para ello.
Analizar
cosas, rayanas en la estupidez pero amenazantes, que salen de bocas como la del
concejal Dámaso Arteaga, tampoco son de recibo y no deberían tolerarse, por esa
tan necesaria higiene democrática, ¡no todo vale aunque se gobierne! Y esto me
trae un recuerdo del Sr. Arteaga con propósitos similares, en su etapa de
consejero del Cabildo de Tenerife, hace ya unos años. En aquel entonces era yo,
en representación de la Federación Tinerfeña de Montañismo y de los Colectivos
Ecologistas, vocal del Patronato de Espacios Naturales Protegidos de Tenerife,
y en una reunión y sin previo aviso, se presentó don Dámaso para solicitar el
apoyo del Patronato a un rally que pretendía atravesar dos de esos Espacios,
algo que no consiguió en aquella reunión. Era intragable que un Patronato, que
estaba ahí para proteger unos valiosos Entornos naturales, respaldara
actividades que a priori los machacaba, aunque, como está sucediendo ahora con
el mamotreto, lo adornó con argumentos en los que ahora no voy a entrar para no
extenderme demasiado.
No,
Sr. Dámaso Arteaga, el mamotreto NO
es necesario para canalizar en Barranco del Cercado, ni mucho menos, hay
soluciones más baratas, seguras y congruentes que una rotonda encima de una
edificación que está dentro de la playa. Los viarios, que entrañan la
peligrosidad y contaminación que sabemos, deben de estar lo más alejados
posible de las personas, y aquello es una playa, la única que tenemos, por lo
que su utilización en ocasiones es multitudinaria y los riegos bastante
elevados. La opción del viario actual, pegado a la montaña, es la más
recomendable, segura y barata, aunque algunos ganen un poco menos por ello. Por
otro lado, una rotonda debe tener un fin más amplio que distribuir el tráfico a
la playa y a la carretera de Igueste, aunque ustedes se inventen otras
distribuciones innecesarias, como la del Bailadero, que ya tiene un acceso con
amplia suficiencia. Espero que Costas no se trague su cuento.
Yo
me he gozado varios desbordes de los barrancos del Cercado y de las Huertas, y
los efectos negativos no se generan en la carretera, a la que se le puede dotar
de un desahogo más amplio si se quiere, se generan en el Barrio, a cota más
baja, por lo que se inunda. No estrangulen el barranco, como han hecho con ese
campo de futbol que no se sabe bien quien lo ha pagado, porque los
embalsamientos de agua son los directos culpables del aumento de su velocidad y
de sus consiguientes desbordes en la parte baja. También los temporales de sur
han ocasionado embalses de agua de mar en el entorno, por esa dichosa escollera
de protección de la que mucho hablan, pero que nunca llega. Y eso que su coste
es una minucia comparado con el del mamotreto, lo que deja muy claro que el
negocio es el negocio, y no está precisamente en la escollera. Lo realmente
vergonzoso e inaceptable, argumentos intragables aparte, es que quiten el campo
de futbol y su espacio ahora lo ocupe el mamotreto, ¡que poca vergüenza!
Señor
Arteaga, señores que aún tienen algún tipo de dudas, el mamotreto no soluciona
el problema de aparcamientos de la playa, al contrario, lo agrava, y no sólo
por ser de pago, sino también porque el número de plazas disminuía, ¡digan alto
y claro los gratuitos que desaparecían con el truco de subir la arena! Pero
además, si les sirve de indicativo del engaño y de que el Pueblo de San Andrés
iría a peor, únanse a mí. Nos situamos, por ejemplo, en la puerta del Bar la
Estrella de toda la vida, desde donde siempre se había visto la Playa de las
Teresitas, ¿que ven ustedes ahora? Un mazacote de hormigón horripilante, por
mucho que lo quieran adornar, pero no todo queda ahí. Su altura es la que es,
la playa ya nunca se verá a no ser que el mamotreto desaparezca. Pero, súmenle
ahora una rotonda encima y unos carriles de circulación, ¿cómo se les queda el
cuerpo? Conclusión visual, el Pueblo de San Andrés más aislado que nunca, como
si de una cárcel se tratara. Conclusión global, ¡muy lamentable, sólo procede
su derribo!
© Cándido Quintana
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