HOY COMO AYER RECORTAN Y PROHÍBEN NUESTROS DERECHOS ¡POR UN 8 DE
MARZO DE LUCHA EN LAS CALLES!
MUJERESPANYROSAS
Hoy
como ayer el Día Internacional de la Mujer, nada que celebrar, todo por
reivindicar. Hoy, esas fotos en blanco y negro que vemos de nuestras madres y
abuelas luchando “Por el derecho al aborto libre y gratuito” o por “Igual
trabajo, igual salario”, se reproducen a color en nuestras retinas.
Hoy
como ayer el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, nada que celebrar, todo
por luchar y reivindicar. No queremos flores ni obsequios. No pediremos,
exigiremos en las calles nuestros derechos más elementales, esos que nos están
arrancando día a día. Hoy, esas fotos en sepia o blanco y negro que vemos de
nuestras madres y abuelas luchando “Por el derecho al aborto libre y gratuito”
o por “Igual trabajo, igual salario”, se reproducen a color en nuestras retinas.
Hoy
como ayer, nos prohíben el derecho al aborto. Un derecho que nadie nos regaló,
sino que conquistaron generaciones de mujeres anteriores a nosotras, siendo
muchas de ellas encarceladas por abortar. La “Santa Alianza” —iglesia y
patriarcado— se impone en nuestras vidas como una especie de “reconquista bajo
la Inquisición”: ¡son 70.000 las mujeres que mueren en el mundo en abortos
clandestinos!
A
este derecho prohibido se suman los derechos recortados. Hoy como ayer, tenemos
que luchar por condiciones de trabajo igualitarias. Bajo el franquismo, cientos
de mujeres trabajadoras fueron incluso torturadas por luchar por ello en las
fábricas y centros de trabajo. Hoy, la brecha salarial entre hombres y mujeres
alcanza el 23%. Estudios recientes plantean que el empobrecimiento de las
mujeres asalariadas es consecuencia de los bajos salarios y de la “femenina”
precariedad laboral. El porcentaje de mujeres empleadas a tiempo parcial es de
un 25 %, más del triple que el de los hombres, un 7,8 %. Esto no es contradictorio
con el único destino que nos quieren imponer la Iglesia y Gallardón: el de ser
madres y “ángeles del hogar”, pero con más riesgo de pobreza. Es decir, salir
de nuestros trabajos precarios y mal pagados para entrar al segundo turno de la
cadena de montaje: el hogar, o esa “gran fábrica invisible” de trabajos
domésticos y de cuidados totalmente gratuitos para el capitalismo.
También
somos las mujeres mayoritariamente las que percibimos pensiones contributivas y
jubilaciones más bajas: hoy más de un millón de mujeres jubiladas están
sufriendo las consecuencias de las discriminaciones soportadas a lo largo de la
vida. Lo mismo respecto al desempleo, está peor retribuido y dura menos tiempo
que entre los hombres. (El Mundo, 17/02/2014)
Y
hoy como ayer… las mujeres trabajadoras, jóvenes y estudiantes ¡en pie por sus
derechos!
Esta
alianza criminal es triple: Iglesia, patriarcado y capitalismo. Y está basada
en la más profunda de las desigualdades: la de un sistema de explotación bajo
el cual la mayoría de las mujeres —las trabajadoras, las precarias, migrantes,
pobres, jóvenes— estamos expuestas a sus múltiples opresiones. Éstas se
desencadenan de forma cada vez más violenta: el acoso sexual y violaciones a
las mujeres jóvenes, la homolesbotransfobia, el aumento de las tasas de
feminicidio, entre otras. Los crímenes violentos no son anomalías en los lazos
amorosos y de protección: son la consecuencia última de una larga cadena de
violencias que incluye la subestimación, ridiculización, la desconfianza y el control,
la intimidación, la condena de la sexualidad y de los comportamientos que no se
ajustan a las “normas heterosexuales”, la desvalorización de los cuerpos que no
se corresponden a los “modelos de belleza” socialmente impuestos, de las
capacidades intelectuales y las destrezas físicas, la desvalorización cotidiana
de la mujer, entre otros.
Sin
embargo, esas imágenes actuales a color de mujeres luchando en las calles
empiezan a reproducirse a gran escala. No se hicieron esperar las
manifestaciones masivas contra la Ley del aborto del PP. Así como las jóvenes y
estudiantes que se organizan en los institutos por sus derechos, en las
universidades contra el acoso sexual en las aulas y por el derecho al aborto.
¡Paso
a las mujeres trabajadoras!
“Los
que planean explotarnos doblemente por ser mujeres y trabajadoras. Esos que
quieren robarnos la dignidad de las rosas”
Así
escribía una trabajadora de la limpieza de Aragón en una pancarta. Es que este
día de lucha queremos dedicarlo especialmente a las mujeres trabajadoras que se
han visibilizado en las luchas con sus propias reivindicaciones. Pan y Rosas en
el Estado español cumple un año. Desde un inicio nos propusimos que las mujeres
trabajadoras tuvieran voz en cada una de nuestras reflexiones, actos, acciones.
Fue un orgullo para Pan y Rosas haber estado junto a las trabajadoras de la
huelga de la limpieza de Aragón, Hewlett-Packard, de Telepizza de Zaragoza. En
Madrid, junto a las trabajadoras de la limpieza, de la lavandería y hoy de Coca
Cola. En Barcelona, junto a las de Caprabo en lucha por la conciliación laboral
y familiar, Mecaplast contra los despidos. junto a las jóvenes precarias,
paradas y estudiantes luchando juntas por nuestros derechos.
¡Y
junto a las obreras de Panrico que llevan casi cinco meses de huelga! Ellas son
un ejemplo: salieron a luchar por “0 recortes, 0 despidos”. Contra todo, contra
sus patrones, enfrentando la represión policial, parando camiones en los
piquetes. Son las más audaces para impulsar la caja de resistencia. También se
unieron a las jóvenes y estudiantes por el derecho al aborto libre y gratuito
en las manifestaciones, y contra los recortes en las movilizaciones a favor de
la educación pública junto a sus hijas.
Por
todas ellas decimos, como las trabajadoras de la limpieza de Aragón en huelga:
“Como el año 1912. ¡Pan y Rosas! ¡Por vosotras valientes! Que nadie robe
vuestra dignidad. La dignidad de las rosas.”
¡Por
un 8 de marzo combativo y de lucha en las calles!
http://mujerespanyrosas.wordpress.com/2014/02/28/hoy-como-ayer-recortan-y-prohiben-nuestros-derechos-hoy-como-ayer-por-un-8-de-marzo-de-lucha-en-las-calles-por-cynthia-lub-3/
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