CARTERISTAS Y OTROS “CHOROS” A MANSALVA
MIGUEL LEAL
CRUZ
Periodismo
Historico
Se
retoman comentarios en torno a estas ilegales actividades punibles, y más a la
vista del incremento que “en tiempos de crisis” da lugar a aumento considerable
como ve y aprecia cualquiera que quiera, y más aún por Carnavales. Al respecto,
no hace mucho los “Mossos” catalanes y la Fiscalía barcelonesa parece han
propinado un “duro golpe” a los llamados “carteristas” que tanto pululan en la
Ciudad Condal, y muy conocidos “profesionalmente”. Constituye esta una
infracción, en principio de “poca monta” por no ejercerse apenas fuerza física
en las personas, ni siquiera clara intimidación, pero sí con resultado
perjudicial en grado sumo al quedar el afectado con fuerte susto y sin dinero o
documentos casi siempre; sus autores sólo usan el descuido o despiste de la
víctima, salvo que sí produzcan violencia en cuyo caso el hecho punible es
mucho más grave y, sobre todo, por ser reincidentes la mayoría de estos
presuntos delincuentes más que conocidos.
En
el argot policial se les conoce como “piqueros” (o “espadas”) toda vez que, por
norma de uso, utilizan dos dedos de una mano a modo de “pico de ave”
(normalmente el pulgar e índice con otros) que introducen en un bolsillo o
bolso del elegido donde el infractor intuye o aprecia se encuentra la cartera o
similar. Otras modalidades utilizadas
por estos “poco simpáticos amigos de lo ajeno” es seccionar con una hojilla o
instrumento similar la tela del traje o vestimenta desde dónde fácilmente
sustraen la cartera; o, también, utilizando la llamada “muleta” (periódico,
revista o similar) que colocan en la cara de la persona objeto del intento, por
lo general en metro, autobús, o tranvía y, aprovechando su falta de visión
momentánea, cometer el hecho por el procedimiento citado. Si resulta efectivo
su autor entrega la cartera o similar a su “compinche” situado en lugar próximo
para así evitar “problemas” cuando el perjudicado lo perciba y “reclame”
requiriendo a la Policía o, si existe, al servicio de seguridad del medio donde
se cometa.
A
este respecto, conocido personalmente, y para plasmar en libro a editar bajo título “Memoria Policial de Antaño” a
prologar en breve plazo por el ex Magistrado Fernández del Torco (hoy con
bufete de abogados), ya se ha dicho y publicado que en Las Ramblas
barcelonesas, Plaza de Cataluña o aledaños (extensible a otras grandes
ciudades, y más aún en aglomeraciones por fiestas masivas…) se comete casi
permanente esta “no difícil ni arriesgada” modalidad, con resultados (en la
citada urbe) de próximo a doscientos hechos
de esta índole por noche, según fuentes policiales, e incluso hoy en
día. Eligen la víctima, normalmente turistas o foráneos, y la acosan
disimuladamente por un lado mientras por el otro con artimañas le sustraen.
Es
tan preocupante el asunto que se recomienda no sacar la mano del bolsillo que
porta el objeto o cosa, porque la insistencia del o los carteristas es
ilimitada, puesto que además “no tienen mucho que perder” por quedar el hecho
tipificado en principio como “falta de hurto”, salvo que sea considerado delito por razones conexas u
otras varias. El hurto, sin agravantes, conlleva prisión de seis a ocho meses
cuando la cantidad sustraída supera los 400 euros. Inferior a la misma la pena
se reduce a una multa, normalmente. De ahí el por qué esta modalidad de
sustracción prolifera en cualquier lugar, siendo sus autores de las más
variadas características sociales o de procedencia: naturales de la zona,
gitanos, rumanos, bosnios, sudamericanos, magrebíes, a lo que ahora parece se
suman parados, desahuciados, y tantos otros como producto de la crisis
económica que nos afecta.
¡Qué
es aconsejable, profesionalmente, a más de lo expuesto!: llevar poco dinero y
con documentos fotocopiados bien guardados en bolsillos interiores de la
chaqueta, telefonía móvil en lugar interno de la vestimenta, evitar
aglomeraciones, y, sobre todo, hacer un retrato robot del infractor cuando
comete el hecho para favorecer la actuación policial tras denuncia en Comisaría
Nacional o Local, donde, a veces, se encuentra la cartera con la documentación
pero sin dinero o tarjetas, pero que
también hay que hacer constar en la misma denuncia, e inmediatamente en el
banco que las expide. Continuaremos con mismas argumentaciones y hechos por más
que conocidos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario