LA NOCHE ES GRINGA Y COLOMBIANA
LA REPUBLICA
En
Latinoamérica todos queremos creer en Barack Obama, pero los porfiados hechos
nos alarman y nos preocupan. Nos referimos, en el caso de estas líneas, a la
crisis venezolana y a las repercusiones en la región y su vecindario.
Como
siempre pasa antes de una intervención de la Casa Blanca en su patio trasero,
primero dicen que quieren mediar, sobre un asunto al que nadie los invitó, para
después terminar conspirando y provocando crisis institucionales y, si es posible,
llevar adelante algún golpe de Estado.
Para
sostener lo anterior no es necesario ser marxista-leninista, ni castrista ni
mucho menos terrorista de izquierda. Solo hay que leer lo que dicen los
gobernantes de Estados Unidos. Veamos, entonces.
“Estamos
trabajando muy de cerca con Colombia y otros países para intentar ver cómo
podría producirse algún tipo de mediación, porque obviamente ya se ha
demostrado que es muy difícil que los dos lados puedan ponerse de acuerdo por
sí mismos”, dijo el secretario de Estado John Kerry tras reunirse con la
canciller colombiana, María Ángela Holguín.
Estamos
ante un sistema de alianzas de Estados Unidos, con el gobierno colombiano. El
más derechista de América del Sur. Alianzas con gestos de mediadores que nadie se
los compra, por más que sean adictos al “Producto Bruto Ingenuo”.
En
este sentido vale el análisis de Fernando Britos en el último número de LA ONDA
digital, cuando afirma que “Como en Cuba, como en la República Dominicana, como
en Chile, como en Serbia, como en Iraq, como en Afganistán, como en Libia, el
imperialismo estadounidense se apresta ahora para atacar a Venezuela y culminar
así un proceso que comenzó hace quince años.
Imposible
ignorar las lúcidas advertencias del profesor Moniz Bandeira: los Estados
Unidos están listos para una intervención armada para derrocar al gobierno
legítimo de la República Bolivariana de Venezuela. Tal vez la expresión usada
para denunciar lo que allí sucede no sea precisamente la de golpe suave. Sería
más apropiado hablar de un golpe escalonado donde el cerco y aniquilamiento de
un gobierno legítimo se desarrollan mediante una escalada implacable y una
panoplia de medidas orquestadas y financiadas por el gobierno estadounidense”.
La
alerta de Britos va más lejos cuando recuerda que “Colombia se ha transformado
en uno de los países del mundo que ha recibido mayor ayuda militar por parte de
los Estados Unidos. Durante años ocupó el segundo lugar, detrás de Israel, en
cuanto al armamento, los medios técnicos, municiones, aeronaves, recibidos.
Además, la presencia de tropas, asesores y bases militares ha significado una
militarización importante.
Distintos
expertos aseguran que los servicios de inteligencia, estadounidenses e
israelíes, contribuyeron en forma decisiva a la formación de unidades
paramilitares, las llamadas bandas de autodefensa, responsables de sangrienta
represión, asesinatos y pillaje contra la población civil. El principal
responsable político de las peores violaciones a los derechos humanos en
Colombia es el ex Presidente Álvaro Uribe. Este personaje de extrema derecha es
uno de los que reclaman un ataque de su país contra Venezuela para liberarla de
su actual gobierno”.
El
próximo 11 de marzo, cuando asuma Michelle Bachelet su segunda presidencia en
Chile, los presidentes latinoamericanos tendrán la gran oportunidad de
demostrar que los pueblos del sur del Río Bravo solo comulgan con la paz y la
defensa de la institucionalidad.
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