¡MALDITOS ALEMANES!
ANÍBAL MALVAR
Veo
en la portada de La Razón una graciosa foto de Cristina Cifuentes con una
graciosa frase destacada: “Hay que ser nosotros mismos y dejar de hablar de
Cs”. La frase puede resultarle algo anodina y simple al lector poco atento,
pero uno debe de analizarla más a fondo cuando se tiene en cuenta el currículum
de esta señora tan rubia y academizada. Una persona con tantas titulaciones
nunca dice tonterías, al contrario que el ignaro lector o el estólido
escribiente que pergeña estos versos.
Otra
de las claves sobre la convención del PP en Sevilla que destaca La Razón –no
hay que olvidar que su director Paco Marhuenda trabajó para Mariano Rajoy
durante cinco años cuando el presi era ministro– son las palabras de María
Dolores de Cospedal sobre el Hazte-la-Rubia-gate: “Hay que defender lo nuestro
y a los nuestros”.
“Ser
nosotros mismos” y “defender a los nuestros”, frases que parecen sacadas de una
antología de idioteces de Paulo Coelho, cobran un sentido mucho más profundo
cuando salen de entre los labios de dirigentes del Partido Popular. Ser y
defender, nosotros y los nuestros. Qué tufillo a 1936. Hay que agradecer a La
Razón su ojo clínico a la hora de destacar la verdadera esencia del PP, ellos,
lo suyo y los suyos. Que viva España.
Puigdemont
Se
ha enfadado muchísimo en ABC Salvador Sostres con la justicia alemana y su
empeño antidemocrático de no guillotinar en plaza pública a Carles Puigdemont
por rebelión. “Las legislaciones europeas son una cueva para golpistas y
delincuentes”, escribe. Ítem más: “La precariedad intelectual que nos ha traído
la corrección política, medioambientalista y feminizante, nos distrae de las
categorías fuertes sobre las que cualquier idea de orden necesita sustentarse”.
Y sigo: “Pretenden hacernos creer que la rendición es una forma de tranquilidad
[…]. La dictadura de los débiles se nos llevará por delante hasta arrasarnos
[…]. Vale más despertarnos como israelíes que no nos acabe quedando más remedio
que quejarnos como palestinos. Somos lo que defendemos”.
Cada
vez que leo a este señor, me lo imagino escribiendo vestido de uniforme y con
la Luger reposando al lado del tintero. Y no es el único plumilla del
torcuatiano diario que arremete contra la justicia alemana poniendo en cuestión
la Unión Europea: “El engendro europeísta fue creado para que los pueblos
invadidos de nieblas germánicas pudiesen someter a los pueblos bendecidos por
la claridad latina. Y este engendro ha desnacionalizado por completo España, ha
aminorado el patriotismo”, escribe Juan Manuel de Prada con una mano sobre el
teclado y otra agitando el hisopo.
Es
curioso cómo el affaire Puigdemont está despabilando la conciencia
antieuropeísta de nuestra ultraderecha disimulada. Nada se dijo de las “nieblas
germánicas” cuando estas sí sometieron la soberanía española imponiéndonos la
economía desigualitaria de la austeridad. Volvemos a lo mismo: ser y defender
lo nuestro y a los nuestros, con la Luger y el hisopo, y con el mismo hedor a
viejos calendarios.
El
País tampoco está nada contento con los togados germanos de Schleswig-Holstein.
En su editorial de hoy, hace una relectura de la decisión de no entregar al ex
president por delitos de rebelión, dándole unas vueltas muy funambulistas al
argumentario alemán, para concluir que “independientemente de su calificación
judicial, el procés tuvo un carácter violento […]. Ni el tribunal alemán ni la
propaganda independentista pueden cambiar esos hechos”. Parece ser que los
alemanes, de repente, han dejado de ser modélicamente democráticos incluso para
el diario social-conservador de Prisa. Cómo se exalta el patriotismo cuando se
nos enseña nuestra propia sinrazón desde el extranjero. Hasta ahora, todos los
medios viejos se habían reído mucho del fracaso de los nacionalistas catalanes
en su afán de internacionalizar el conflicto. Ahora que lo han
internacionalizado, toca denigrar lo internacional. Muy español y mucho
español, todo esto. Der Spiegel, la publicación más influyente de Alemania,
escribía ayer que “los argumentos del juez Llarena fueron destrozados por los
jueces alemanes”.
En
El Mundo, Francisco Sosa Wagner también dispara sin trinchera contra la
decisión judicial germana: “¿Piensan los jueces alemanes que violencia es solo
tripular un tanque?”. Es curiosa la reincidencia en el lenguaje militar de los
ofendidos por la victoria europea de Puigdemont. Defender lo nuestro y a los
nuestros, con el hisopo y la Luger, la pluma y el tanque. No reconocer que la
justicia alemana quizá sea menos arbitraria que la nuestra. Huelga de jueces y
fiscales para, entre otras causas, defender la separación de poderes. Federico
Jiménez Losantos pidiendo en su radio que secuestremos a los 200.000 jubilados
alemanes de nuestras islas y atentemos contra las cervecerías de Baviera. Qué
sepia, qué sucio, qué absurdo, qué irracional, qué polvoriento (de pólvora),
qué rancio suena todo. Nunca entenderé por qué los calendarios del siglo XXI me
hieden a tan viej
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