viernes, 21 de agosto de 2020

CANTO PAGANO


CANTO PAGANO

RUDYARD KIPLING

Yo que he estado donde he estado-

Yo que he ido donde he ido-

Yo que he visto lo que he visto-

cómo podría nunca competir

otra vez con la terrible vieja Inglaterra,

casas a ambos lados de la calle,

cercas a los dos lados del camino,

en medio el sacerdote y las gentes de buena familia,

si nos encontramos, tocan mi sombrero-

¿Yo que he visto lo que he visto?

 

Yo que he mirado medio mundo

levantarse brillante entero con el rocío,

que pone un velo de lluvia al sol,

y tan pronto como la niebla abre el paso

nuestro helio parpadea y parece divertido-

tres lados de una plaza de noventa millas,

sobre valles tan grandes como un condado-

«¿Estáis allí? Estáis allí? ¿Estáis allí?»

Y el ritmo ciego entonces de nuestro fuego.

ruedo por la grama en la Terratenencia,

                                                                                  ¡yo!

 

Yo que he cabalgado a través de la oscuridad

con frecuencia, al final, cuarenta millas,

por todo el Rancho Mahollisberg,

con las estrellas sólo como guía

y sólo la noche como amiga,

y las cosas que huyen a mi paso,

y cosas que entre la hierba saltan,

y el silencio, el resplandor y el tamaño

de las alturas, indecibles cielos-

estoy llevando algunas cartas casi

tanto como a una milla de la posta,

y «si no te importa regresa con el cambio»

                                                                                         ¡Yo!

 

Yo que he visto a Barbeton cogido

cuando caímos a través de las nubes sobre su cabeza,

tiraron los revólveres y huyeron-

yo que cruzaba la Colina del Diamante,

y Pieters y Springs y Belfast-

desde Dundee y todo Vereeniging-

yo que aguanté hasta el final

(cinco galones relucen en mi pecho)-

aprovecho mi domingo en la escuela,

con la ayuda del Terrateniente y de su mujer

(sin mencionar la criada y la cocinera),

entrar y manos arriba y sé todavía

trabajar honestamente por mi pan,

mi vida en este estado de vida

que complacerá a Dios que habrá de llamarme

                                                                                                ¡a mí!

 

Yo que he seguido mi oficio

allí donde los Rayos se fabrican;

entre las Lluvias y el Sol y la Luna-

yo que me he acostado y levantado

tres años con el cielo como tejado-

que he soportado hambre y sed

seis mil millas enteras a pie,

con el Vaal y Orange como vaso,

el Brandwater Basin era el plato-

¡Oh! difícil es comportarse como ellos quieren

(demasiado difícil, y tal vez demasiado pronto),

tendré antes que pensarlo

                                                       ¡yo!

 

Apareceré y de aquí me iré-

viajaré al Sur y me aseguraré

si son sólo mis encantos o no

que hace pálida en Inglaterra la luz del sol,

y estropea en Inglaterra las brisas,

algo pequeño se ha perdido,

Yo que sé de un sol y de un viento,

algunos llanos, detrás una montaña,

y algunas tumbas junto a cercas de espino,

y un alemán con quien me he pegado fuerte me da

un trabajo donde me inclino

a mirar en una silla y vivo

donde no hay una carretera ni un árbol-

sino sólo mi Hacedor y yo,

esto -creo- ha de curarme o matarme,

por eso creo que allí tendré que ir a verlo.

                                                                                        ¡Yo!

 

Versión de Luis Cremades

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario